Inicio / Romance / Tu amor mi maldición. / Capítulo 11 - Capítulo 18
Todos los capítulos de Tu amor mi maldición.: Capítulo 11 - Capítulo 18
18 chapters
Capítulo 11.
Luc abrió sus ojos, gracias a la suplica que escuchaba, un eterno “por favor, no”, que sabía lo llevaría a la locura, pero esta vez no era su pesadilla, sino la de Nammi, con asombro la vio echa un ovillo en uno de los sofás que estaban frente a la camilla, el sol estaba ingresando por la ventana, era la primera noche que dormía completa luego de un mes, con pena y odio a él mismo, descubrió que no era el único que tenía pesadillas.— Nammi. — su nombre se sentía raro en su boca, no ajeno, sino como un sacrilegio, algo que él no debería mencionar. — Nammi. — repitió con voz estrangulada al ver como sus mejillas estaban empañadas en lágrimas.— Por favor, no, por favor… — era lo único que la joven repetía, y sin poder soportarlo, cargo su peso en su brazo sano, para poder elevarse, con toda la intención de ponerse de pie como sea y despertar de esa horrible pesadilla a la joven que él había marcado.— ¡Pero ¿qué haces?! — el grito de Mimi, lo hizo perder el equilibrio y caer de espalda
Leer más
Capítulo 12
Su estómago se agito, Nammi se veía tan joven y era virgen, pero era enfermera y eso llevaba tiempo de preparación, los números en su cabeza cruzaban a una velocidad de vértigo y por más que sumara y restara no le estaba dando resultado alguno, al menos favorable para él.— 24 años, señor Luc, es que mi padre se enamoró de Marsella muy joven. — el ceño fruncido de su nuevo empleador la hizo reír, le recordaba a Rocco cuando no comprendía algo, suspiró con pesades, debía aprender a vivir con la melancolía, de que las únicas personas que la quisieron y cuidaron ya no estaban. — Marsella es mi madre, así se llama, bien lo dejare descansar, regresare en unos minutos a ver si necesita algo. — dijo antes de salir y Luc se preguntó en qué momento esa mujer le había ayudado a colocar el pijama, que embrujo le hizo, que no se dio cuenta que ya estaba en su cama arropado como si de un niño pequeño se tratara.— Mi maldición. — susurro, sabiendo que debería aprender a vivir con la culpa, o tomar
Leer más
Capítulo 13.
Nammi:El silencio es abrumador a mi alrededor, el frio que golpea mi espalda es un recordatorio de que estoy sola en esa habitación, y el sollozo que se agolpaba en mi garganta al fin sale, dispersando el silencio, al comprender que nadie vendrá a ayudarme.— ¿Por qué llora? — la voz de Rocco suena tan confundida como siempre.— Porque no aprendió nada, bebé, esa es la verdad. — la voz de fastidio de Valentina Constantini, detiene mi llanto, crispando mi piel.— Esto es imposible. — murmuro viendo mi desnudez, tratando de cubrir mi maltratado cuerpo, pero, aun así, giro mi rostro para verlos. — Ustedes estan muertos. — reconozco con dolor, sin asombrarme por las amplias sonrisas que muestran los reyes y su reina por supuesto.— ¿Y? — la pregunta de Ezzio me hace brincar del sofá, sin importar mi desnudez, pues esto es un sueño, un maldito sueño, solo eso explica que los pueda ver, tan pulcros e impecables como siempre.— ¿Y? ¡¿esa es tu estúpida pregunta!? me dejaron sola, indefensa…
Leer más
Capítulo 14
Luc:Sus ojos me ven fijamente, sus labios carnosos y amplios, repiten mi nombre sin descanso, sus delgadas y cálidas manos se aferran a mi espalda empapada en sudor.— Por favor.Susurra sobre mi oído y estoy a punto de liberarme cuando unos golpes me alejan de ese maravilloso sueño, dejándome agitado y sudado, medio sentado en la cama.— ¿Adelante? — debería salir una orden, pero no puedo evitar realizar una pregunta, pues aún estoy confuso, ¿acabo de tener un sueño erótico con… — ¡¿Nammi?! — su nombre, salió con espanto, al reconocer que acabo de soñar con la joven que arruine.— Buen día señor Luc, no me vea así que no soy un fantasma. — me sonríe y yo solo quiero lanzarme por la ventana, soy un enfermo perverso, ¿Cuándo me volví así?— Yo… yo puedo solo. — trato de hacerla desistir al aferrarme a la sábana, no puedo creer que tenga una erección, maldición, estoy duro por ese maldito sueño.— Seguro que puede solo, nadie duda de su fuerza, ni de su salud, pero es mi trabajo. — mie
Leer más
Capítulo 15.
Nammi era buena aprendiendo, eso siempre la ayudo en sus estudios, en salir adelante y alejarse de su madre, dos años junto a la reina le fue más que suficiente para aprender lo que debía, dejando la mafia a un lado, eso no era para ella y esa siempre fue una de las razones por la que no dio un paso hacia Greco, le gustaba, lo queria, pero también queria vivir, y estar en la mafia no te garantizaba longevidad.— Mi princesa decidió ser feliz y tener una larga vida. — dijo un día Valentina disfrutando de las fotos que su hija le enviaba de sus nietos.— Ustedes también tendrán una larga vida. — refuto Nammi, sintiéndose ansiosa por solo pensar que podria perder a los pocos amigos que tenía.— Bambina, no quieras mentirte. — la interrumpió Salvatore. — Para ser mafioso, se debe ser consiente que hoy estas y mañana quizás no.— Todo depende de la astucia, la inteligencia, más que de la fuerza, de ver a tu alrededor. — Ezzio era tan enigmático como la misma reina.— No lo comprendo.— Si
Leer más
Capítulo 16
Luc había enviado a investigar a Nammi, descubriendo nada, y pensó que nada era muy poco y que si queria hacer las cosas bien, las debía hacer él mismo, por lo que apenas estuvo solo en su habitación y aun con su brazo enyesado, se puso manos a la obra con su ordenador, ahora no solo sabia el nombre de la joven, también sabía que fue enfermera en Chicago, y así comenzó su investigación, percatándose que alguien había querido borrar los registros de Nammi, pero siempre quedaba algo, un pequeño hilo del que jalar, y eso fue todo, su mano herida le hacía más lerdo el trabajar, pero no imposible, código tras código, página tras página y cuando menos lo pensó, había ingresado en una de las computadoras principales y no del hospital, Luc había llegado al sistema operativo de Valentina Constantini y el corazón se le aceleró, no pensaba revisar ni meter su nariz en algo que solo lo llevaría a la muerte, por lo que solo fue a la lista de empleados del club “el infierno” y sí que lo era, al men
Leer más
Capítulo 17
Nammi lavo sus manos con sumo cuidado, sus piernas no temblaban, y aunque su corazón martillaba a una velocidad de vértigo, su rostro no demostraba nada más que concentración, los años que ejerció como enfermera le sirvieron de mucho, pero sin lugar a dudas el tiempo bajo la supervisión de Valentina Constantini, también le brindaban cierta seguridad al distinguir que sea quien sea Luc, no la mataría, al menos no ahora, que estaba hurgando la pierna de uno de sus custodios, para retirar la bala que el mismo Luc le había puesto allí.— ¿Segura que sabes lo que haces? Esto duele como el demonio. — se quejó el hombre y Nammi lo vio casi con aburrimiento.— ¿Por qué los hombres son tan quisquillosos? — murmuro más para ella que para los presentes, aunque sin lugar a duda la escucharon y prueba de ello fueron las risillas que dejaron salir.— Claro, seguro que a ti te han quitado varias balas y sabes lo que se siente. — refuto molesto Emilio, el guardia herido.— Nunca me han impactado, ha
Leer más
Capítulo 18
— Creo que te debo una explicación. — el aliento de Luc golpeo el delgado brazo y Nammi sin ser consiente lo quito un poco de la cercanía del rostro de su jefe. — Lo siento, ¿lo hice mal? — la castaña negó con la cabeza, pues sus cuerdas vocales estaban duras, incapaz de producir sonido alguno. — En ese caso, por favor, deja tu brazo más cerca, que solo tengo una mano buena. — una nueva sonrisa apareció en el rostro del mayor y Nammi se obligó a aclarar su garganta, para poder decir algo y no quedar como estúpida.— Creo que ahora ambos solo tenemos una mano útil. — y de forma fugaz a su mente llego la imagen de Valentina, y su explicación de cómo darse placer sola, y no perder su preciosa virginidad.— ¿Segura que estas bien? Estas completamente roja. — y seguido a la acusación de Luc, su mano dejo la gasa y su palma abierta toco la frente de Nammi, provocando que su temperatura aumentara aún mas y ella solo queria que el mismo infierno se la llevara.— Yo… yo… no estoy acostumbrada
Leer más
Escanea el código para leer en la APP