Dante sonreía mientras se acercaba a Aurora, su mirada llena de intención, por hacerla suya por completo.—Esa noche, tú vas a ser mía —dijo Dante en voz baja y seductora. Pero Aurora no se intimidó. En lugar de eso, lo insultó con una serie de palabras duras, miró hacia un lado y vio otra lámpara la tomó en sus manos y lo miró fijamente a los ojos —Si no sales de mi habitación, te la pondré en la cabeza como la noche anterior —amenazó Aurora, su voz temblando de rabia. Dante se rió, pero no se movió. Alonzo, que caminaba por el pasillo, se detuvo frente a la habitación de Aurora y escuchó la conversación detrás de la puerta, una leve sonrisa se dibujó en sus labios, aún guardaba la esperanza que ella no fuera de su amigo.“Joder Alonzo, ¿Que crees que haces aquí?, ¿Acaso estás esperando a que tú mejor amigo y hermano te diga, ven y compartimos a mi esposa” dijo Alonzo en voz baja sin quitarse un milímetro de la puerta.Dante se acercó aún más a Aurora, su sonrisa cada vez más am
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