La mujer desconocida se quitó desesperadamente la máscara como si le quemara la cara para poder hablar; necesitaba la penitencia para sentirse menos culpable.Apretó la máscara entre sus manos y sus labios temblaron.“Perdóname, Padre, porque he pecado… mis pensamientos me traicionan en cada silencio, en cada oración, y mi piel arde de deseos que ni siquiera la oración puede calmar. Mis manos buscan lo prohibido y mi alma, aunque lo intenta, se entrega a lo que no puedo decir en voz alta, a lo que sólo tú podrías absolver.”Al quitarse la máscara dejó al descubierto un lindo rostro libre de malicia y con rasgos delicados, era muy bonita.¿Así que hasta las chicas más inocentes tenían ese lado travieso? No pudo evitar contener una sonrisa.Eliotte miró a la muchacha y abrió un poco los ojos al contemplar su delicada belleza. A pesar del dolor que irradiaba de su hombro, se sintió intrigado por su comportamiento inocente pero atribulado. Se inclinó ligeramente hacia delante y dijo en v
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