Capítulo 9. Río de pasiones ocultas.
Oliver regresó a la cabaña donde había dejado a Blair y, al abrir la puerta, se encontró con una visión que lo dejó sin aliento: ella había salido del baño, completamente desnuda, con la piel aún brillante por las gotas de agua. Un torrente de deseo lo invadió al instante y se sonrojó, mientras retrocedía y balbuceaba disculpas antes de salir a toda prisa. Blair, atónita, se quedó en silencio, procesando lo que acababa de suceder. Oliver se recostó contra la puerta, con la imagen del cuerpo de Blair grabada en su mente, y sintió cómo la tensión se apoderaba de él, provocando una erección involuntaria. Salió en busca de aire fresco, pero solo encontró a algunos empleados domésticos, mientras su mente seguía atrapada en el recuerdo de aquel instante.Oliver se apoyó contra el tronco de un árbol, intentando calmar el torrente de emociones que lo invadía. La imagen de Blair, su piel brillante y suave, se repetía una y otra vez en su mente. «¿Qué he hecho?», murmuró para sí, sintiendo cómo
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