Capítulo 2. El secuestro.
Minutos más tarde, Blair llegó a la pensión donde vivía, abrumada por el intenso frío nocturno. Al entrar, corrió hacia su habitación y cerró la puerta tras de sí con un suspiro de alivio. Sin embargo, el silencio que la rodeaba la envolvió y, de repente, su mente se llenó de recuerdos del pasado. Recordó cómo, hacía más de un año, Julia la había echado de casa como si fuera un perro, una experiencia que la había dejado marcada y llena de dolor. Las lágrimas brotaron de sus ojos al rememorar aquel momento desgarrador, y la sensación de traición y desamparo que había sentido en ese instante la cubrió completamente.Pero, a pesar de la tristeza que la invadía, una sonrisa comenzó a asomarse en su rostro. Reflexionó sobre su vida actual y se dio cuenta de que, a pesar de las dificultades, había logrado reconstruir su vida. Contaba con un trabajo que le permitía mantenerse y un techo donde refugiarse. Esa pequeña victoria, aunque frágil, era un testimonio de su resiliencia y determinación
Leer más