Capítulo 5.
Mateo no estaba dispuesto a convivir con alguien tan insoportable. Le dejó una de sus casas a la mujer con la que se casó, estableciendo límites estrictos a los empleados para evitar pérdidas. Él se quedaría en una casa a muchos kilómetros de distancia, donde pudiera vivir tranquilo con sus mascotas; el rottweiler y el tigre blanco, con los cuáles se entendía mejor que con la gente.Después de cenar y dormir esa noche, se trasladó a Aegis, su lugar de trabajo, una fortaleza equipada con la mejor tecnología, donde él era uno de los principales encargados de probar y mejorar los sistemas. Recibía heridas nuevamente, pero todo volvió a la normalidad, no sentía absolutamente al hacérselas. Aunque se obligó a recordar lo ocurrido, como también ignoró a quién quiso preguntar por ello. Regresaba a su casa para despejar su mente, pero dos noches después se encontró con una visita inesperada.—Todos nuestros amigos fueron a mi fiesta de cumpleaños y tú faltaste esta vez —dijo Braden, con su v
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