61. La Distracción Perfecta
Sabía que el rey Salim y sus allegados se verían obligados a centrarse en otros asuntos, desviando su atención, al menos por un tiempo. Ese tiempo era crucial.Mientras los movimientos del reino se alzaban con la noticia, Hassan se preparaba para dar el siguiente paso. Su mente estaba en constante cálculo, con cada minuto que pasaba acercándose al momento decisivo. Sabía que debía ser rápido, pero también inteligente. El rey Salim no era fácil de engañar, y sus hombres, leales hasta la muerte, serían un obstáculo formidable. Sin embargo, Hassan había apostado todo a este movimiento. Si el rey y sus seguidores se mantenían ocupados, él podría llevar a cabo su plan sin ser detectado.En su corazón, la misión era clara: rescatar a la hija de los Arden, despojar al rey Salim de su juguete, y devolver la esperanza al pueblo. Hassan no dejaría que la oscuridad se apoderara de la joven, no bajo su vigilancia. El futuro de muchos dependía de lo que sucediera en los próximos días. Y Hassan est
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