A MERCED DEL DINERO. C117: Siempre se cubren las espaldas.
Marfil salió primero del pasillo donde había tenido lugar la confrontación con Abigail. Su andar era rápido, como si necesitara dejar todo aquello atrás de una vez. No miraba a nadie, no se detenía por nada, y llevaba la espalda erguida con el rostro impasible.Lucas, que había permanecido cerca, la vio salir. Le llamó la atención el modo en que caminaba: con determinación, como si escapara de algo, o de alguien. Intuyó que ya iba tarde para su clase, pero también que algo más le sucedía. Y no tuvo que esperar mucho para entender que lo que había presenciado momentos antes no era un malentendido trivial.Pocos segundos después, vio salir a Abigail del mismo pasillo, pero su andar contrastaba por completo con el de Marfil. Abigail apenas podía dar un paso tras otro. Iba encorvada, con los brazos cruzados contra el pecho, como si intentara protegerse. Sus ojos estaban hinchados, rojos, llenos de lágrimas que no dejaban de correr por sus mejillas. A cada paso, se detenía a limpiarse la c
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