Aurore miraba su reflejo en el espejo del vestidor, ajustando con cuidado los últimos detalles de su vestido de gala. La tela azul oscuro caía con elegancia, resaltando sus ojos grises y proyectando una imagen de sofisticación. Sin embargo, a pesar de su apariencia serena, una mezcla de nerviosismo e incertidumbre se agolpaba en su pecho. Esta noche sería la presentación formal de su compromiso con Alonso ante la sociedad y, aunque ya había pasado por varios eventos similares, sabía que esta cena era crucial. Los ojos de todos estarían sobre ellos, evaluándolos, buscando cualquier signo de debilidad.Unos golpes suaves en la puerta la sacaron de sus pensamientos. Caroline, su madre, entró con una sonrisa cariñosa pero también con una sombra de preocupación. Vestida con un elegante vestido de terciopelo burdeos, se acercó a Aurore y le acarició el hombro.—Estás preciosa, querida —dijo Caroline, observando a su hija con admiración y un toque de nostalgia—. Hoy es un día importante, per
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