24. Derribando Murallas
El día amaneció con un aire de incertidumbre, pero también con una extraña tranquilidad. Mi rutina de los últimos meses había adquirido un tinte diferente desde la confesión de Chasse. Cada interacción, cada cruce de miradas, parecía estar cargado de un significado que ambos entendíamos, aunque ninguno de los dos se atrevía a mencionar.Estaba sentada en mi escritorio, revisando una propuesta de marketing para una nueva línea de productos de la empresa, cuando Chasse apareció en la puerta. No tocó, simplemente se apoyó en el marco y me miró con esa mezcla de autoridad y calidez que tan bien sabía manejar.—Harmony, necesito que vengas a la reunión con el equipo de Nueva York. —Su voz era directa, pero había un deje de algo más, algo que solo yo podía captar.—Claro. Dame un minuto para terminar esto. —Asentí sin levantar la vista, intentando aparentar que mi corazón no había dado un salto al verlo.—Te espero en la sala de juntas. —Dicho eso, desapareció tan rápido como había llegado.
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