—Te ves terrible. —Mónica pasaba una toallita húmeda por mi cara, preparándola para luego maquillarme un poco. El baño se había convertido en nuestro espacio de descanso desde hace un rato— ¿Desde cuándo vienes a la universidad sin maquillaje? Me encojo de hombros y simplemente suspiro sin mucho ánimo. Estaba agotada, quería dormir toda la tarde y que nadie me molestara, pero desafortunadamente hoy tenía entrenamiento, así que mi día apenas estaba comenzando y no tenía pensado ser mejor que ayer. —Apenas logré dormir una hora gracias a Alex. —Medio me quejo porque, aunque su visita había sido completamente inesperada, sí que había sido placentera— Al menos pude presentar mi examen sin problemas. Estaba bastante confiada con mis respuestas; había agotado las últimas energías que me quedaban en ese salón de clases, así que cuando salí fue que pude darme cuenta de lo horrible que me veía. Bueno, no tanto así, pero para como estaba acostumbrada a venir a clases, sí que era un cambio r
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