Capítulo 24 — Solo diez minutos.
Mi cuerpo rebota levemente cuando soy colocada en medio de la cama, mojándola casi de inmediato. Ni siquiera habíamos terminado de ducharnos cuando Alex cerró la llave de la ducha, tomó mi mano y, con nuestros cuerpos chorreantes, nos dirigimos a la habitación. Así terminamos en la cama, con el castaño encima de mí, besando mi cuello con fervor. Dios, amo esto. —Alex... —Murmuro en su oído, mientras sus labios bajaban hacia mi pecho, estremeciendo cada fibra de mi piel. Haciéndome temblar. —Eres tan receptiva. —El castaño sonríe contra mi piel, su lengua saboreando mis pechos, mis pezones alzados con orgullo ante aquellas caricias calientes— Tan bonitos. Perfectos como tú, Olivia. Oh... Sin decir nada más, Alex vuelve a subir a mis labios, besándome sin compasión, mientras una de sus manos se deslizaba sensualmente por mi cintura, hasta llegar nuevamente a mi zona íntima. Doy un respingo al sentir su mano fría, pero de nuevo me lleno de expectativas. Esos movimientos se sienten
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