La oficina central de Lund Farma tenía un aire sofisticado, minimalista, y Kaja Lønn había estado allí muchas veces, pero esta vez era por un motivo diferente. Mientras caminaba por el brillante vestíbulo de mármol, su sonrisa habitual fue sustituida por una expresión fría y calculadora. El sobre en su mano parecía arder, pero no por el contenido, sino por lo que significaba. Helge Andersen, el investigador privado que había contratado un par de días atrás, había hecho un excelente trabajo, proporcionándole lo que ella necesitaba: la verdad sobre quién era la madre de los niños. Sofie Vang. Ese nombre le resonaba, y no fue hasta que vio que había sido asistente personal de Mathias, durante la época en la que ellos habían tenido una relación, que comprendió quién era realmente.Sin pensarlo mucho, entró en la sala de juntas sin pedir permiso. Los altos ventanales dejaban entrar la luz del mediodía, y Mathias estaba de pie junto a una pantalla táctil, revisando un esquema estratégico.
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