Lauren se detuvo en el umbral de la habitación, su corazón latiendo con fuerza. Allí estaba, en la víspera de su noche de bodas, una mujer casada pero aún virgen, sin saber qué esperar. Miró a su alrededor, observando los detalles elegantes de la habitación, pero todo parecía extraño y amenazador.Alexander entró detrás de ella, cerrando la puerta con un clic que resonó en el silencio. Lauren se estremeció involuntariamente, sintiendo la tensión eléctrica que crecía entre ellos. Durante la ceremonia, habían mantenido las apariencias, sonriendo y saludando a los invitados, pero ahora, a solas, ya no podían esconder la incomodidad que los rodeaba.—¿Estás lista, Lauren? —preguntó Alexander, en un tono que intentaba sonar suave, pero que delataba su impaciencia. Parecía que solo se estaba burlando de ella, claramente no estaba preparada para acostarse con él. Lauren tragó saliva, sus ojos evitando el contacto visual. —Yo... no estoy segura —admitió en voz baja, sintiéndose repentiname
Leer más