Mientras tanto, Alexander se puso furioso. Cuando se dio cuenta de que Lauren no estaba cerca, la buscó por toda la clínica, también afuera recorriendo las calles con su automóvil, maldiciendo entre dientes. Nadie se atrevía a desafiarlo de esa manera. Iba a encontrarla y traerla de vuelta, cueste lo que cueste.No lo consiguió. Cuando llegó a casa, Matilda estaba limpiando, como solía. La sirvienta se dio cuenta que el hombre estaba como una fiera y ella trataba de disimular el nerviosismo, no quería que él notara que ella ayudó en la huida. Aunque en realidad nunca lo sabría. —Señor, ¿qué puedo hacer por usted? —¿Lauren te comentó algo sobre escaparse? —¿Qué? ¿Huyó? Él chasqueó la lengua. —Imposible, todo lo hizo en secreto, mierda. Ella tragó duro. —Tal vez podría llamar... —dejó la oración a medias recordando que Lauren ni siquiera tenía un teléfono —. Lo siento, señor Alexander. Sé que esto es un gran problema. —Ella me las pagará —sentenció envalentonado. Ella se apart
Lauren no pudo evitar que su mente divagara hacia su hermano Jack, un pensamiento que la perseguía como una sombra oscura. La preocupación por él crecía en su pecho, un nudo que se apretaba cada vez más. No quería que nada malo le sucediera, pero su propia vida estaba en juego. La libertad que tanto anhelaba dependía de su capacidad para escapar de aquel hombre detestable que había hecho de su vida un infierno. Huir era su única salvación, y eso era lo que hizo. Pero cada día que pasaba la acompañaba el miedo de lo que podría ocurrirle a Jack. Esa angustia la ahogaba, como si una mano invisible presionara su garganta.Ahora en aquel enfrentamiento telefónico, había dejado salir sus sentimientos reprimidos. Las palabras habían brotado de su boca como un torrente, llenas de dolor y rabia.—¿Por qué quieres que me quede a tu lado si me odias sin motivos? —le había preguntado, su voz temblando, pero firme—. ¿Por qué debería seguir sufriendo al lado de una persona tan malvada? Nunca te ama
Dos meses después... Lauren caminaba con pasos pesados por las calles bulliciosas de la ciudad, su vientre abultado bajo la chaqueta gastada que llevaba. Cada paso era una lucha, un recordatorio constante de la carga que cargaba sobre sus hombros. Ser una futura madre soltera, sin trabajo y sin hogar, era una realidad que la aterrorizaba cada vez más.Esos días se sentía más débil, a duras penas se alimentaba, su piel estaba pálida. Había recorrido las calles durante horas, buscando desesperadamente una oportunidad, un trabajo que le permitiera ganar un poco para alimentarse y comprar lo que necesitaba. Pero en cada lugar, las miradas de desaprobación y los rechazos la hacían sentir aún más insignificante.Finalmente, llegó a un pequeño café en una esquina. Tomando aire profundamente, empujó la puerta y se acercó al mostrador, donde una mujer de mediana edad la observaba con curiosidad.—Disculpe, ¿están buscando personal?— preguntó Lauren, con un hilo de voz.La mujer la miró de ar
Mientras Camila le mostraba el resto de la casa, Lauren notó la presencia de un hombre mayor, de aspecto serio pero amable, que parecía observarlas con curiosidad.—Ah, permíteme presentarte a Samuel, mi mayordomo. Ha trabajado conmigo durante años y es de gran ayuda en la casa. — habló la mujer.Samuel se acercó y asintió cortésmente.—Bienvenida, señorita Lauren. Espero que se sienta cómoda aquí. Lauren le devolvió el saludo, sintiendo que poco a poco los nervios se iban. Más tarde, mientras cenaban juntos, Camila le contó a Lauren sobre su propia historia. Cómo, tras la trágica pérdida de su hija, había caído en una profunda soledad que parecía no tener fin.—Desde entonces, he intentado llenar ese vacío, pero nada ha funcionado. Hasta que te vi allí, bajo la lluvia, y supe que tenía que ayudarte —pronunció con lágrimas en los ojos.Lauren escuchó con atención, sintiendo en carne propia el sufrimiento de Camila, ella también había perdido a sus padres, sabía lo que era perder par
—No, en realidad no sabe de mi embarazo, tampoco quería convertirse en padre... Esto es un poco complicado. —Descuida, no te voy a presionar, si no te sientes preparada solo guarda silencio, lo entenderé. —Él y yo nos casamos hace poco, pero todo fue sin amor, algo arreglado, al final huí y exigí el divorcio, ha sido un milagro que desistió de buscarme y, me dio el divorcio. Nunca se enteró de mi embarazo y no tengo intenciones de ponerlo al tanto, de todos modos será imprudente de mi parte, a él no le interesaría un bebé, él sería capaz de pedirme que aborte y yo no soy un monstruo... —se detuvo sin poder evitarlo y ya comenzaba a sollozar. —No lo imaginé, lo siento mucho. Eres una chica bastante fuerte, y es cierto, no necesitas a ese hombre. Es un infeliz —añadió bajito. —Lo es, ahora estoy en esta situación, tú has sido mi salvación. Sin embargo, sé que debo apañarmelas por mi cuenta, esta es mi responsabilidad. Ella tomó su mano. —No debes presionarte, quizás es extraño que
6 años después Lauren ajustó su vestido negro de corte elegante mientras se acercaba a la entrada de la sede de Beauty. Su corazón latía con emoción y nerviosismo ante la idea de la fiesta que Camila había organizado en su honor.Era increíble que ya habían pasado seis años desde que se separó de Alexander, él estaba enterrado en el pasado y le suplicaba al cielo no encontrarselo jamás. Lauren sonrió, este evento marcaba un hito importante en su carrera. No fue fácil al principio, pero cada desvelo valió la pena porque los sacrificios que hizo la llevaron a donde ahora se encontraba. Respirando profundamente, empujó las puertas de cristal y se adentró en el espacioso vestíbulo, donde los invitados ya se arremolinaban. El ambiente era sofisticado y elegante, con detalles en dorado y mármol que reflejaban el éxito de la compañía. Lauren se sintió abrumada por la presencia de tantas figuras influyentes del mundo de la moda y la cosmética, pero una cálida voz la sacó de su ensimismamie
—Me sorprende verte aquí. —Alexander hizo un gesto abarcando el salón—. Parece que has tenido mucho éxito desde... —Hizo una pausa, como si buscara las palabras adecuadas— ...desde que nos separamos.Lauren asintió, sintiendo cómo el pasado volvía a abrumarla.—Sí, bueno, las cosas han cambiado mucho. —desvió la mirada, incapaz de sostener la intensidad de los ojos grises de Alexander.Ella en el fondo se estaba preguntando la razón por la que ese hombre estaba allí, aunque jamás le reveló a Camila el nombre de Alexander, eso podría explicar su presencia allí, de otro modo habría sido descartado de la lista. También pensó en la probabilidad de que Alexander tuviera planes de hacer negocios con Beauty; tal vez Camila lo conocía. Tantas cavilaciones la dejaron paralizada. Un silencio incómodo se instaló entre ellos, lleno de nada bueno, el antaño jamás traería algo positivo. Lauren se preguntaba cómo podría mantener la compostura ante la presencia de su exesposo, cuando su corazón la
Bebió un gran sorbo de la bebida y soltó el vaso sobre la barra ocasionando un estruendoso sonido, todavía no sabía cómo podría mirar a la cara a Camila, luego de que ella le soltara aquellas palabras, no era tampoco acertado contarle sobre su relación pasada con ese hombre y el vínculo que ese sujeto imbécil tenía con su hijo. Era absurdo. —¿Por qué te quedas callada? no creo que haya dicho algo malo. ¿Sabes? No quiero que te sientas presionada, es tu decisión si vuelves a tener una relación con alguien o no, aún así no quiero que te sientas demasiado ajetreada y enfocada en el trabajo... al principio podría ser algo normal, pero se convertirá en algo que no es tan saludable. —Camila, durante todo este tiempo no he tenido la intención de salir con alguien, solo me quiero enfocar en Lucas y en mi trabajo, tal vez con el tiempo pueda encontrar la oportunidad. Además, ese hombre no es mi tipo —puso una cara de asqueada. Camila soltó una risotada. —Oye, no seas así —apuntó