Voy a enloquecer, realmente perderé la razón ante lo que estoy sintiendo, porque a diferencia de antes, la invasión se siente placentera y poco dolorosa. Estar en un suelo firme, me ayuda a sentirme segura y ni hablar de lo agradable que se siente su cuerpo presionando el mío desde arriba.Mentalmente, cuento para contabilizar los tres minutos, pero, antes de llegar al número cien, él sale de mi interior, para observarme atormentado. Confundida, levanto mi espalda del suelo, pero, antes de poder hacerlo completamente, él me ha girado y limpiando mi trasero con su mano, me invade nuevamente cortándome la respiración.La invasión es la misma, pero, desde una postura diferente, se siente mucho más, por lo que, me aferro a la arena que aprieto en mis manos, mientras intento recuperar el aliento liberado por la invasión que sin comprender que sea peor, me han hecho experimentar.— Antonella… creo que voy a enloquecer. — dice él entrando tan profundamente en mí, que siento que va a partirme
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