El agua fría sobre mi cuerpo, me hace despertar moviendo mis extremidades por miedo a ahogarme. Pero, no estoy en el agua, en realidad, estoy en mi cama improvisada en el suelo, siendo nuevamente pisoteada por la prometida del alfa de la manada: Eliza Koart.
— Por fin despierta la bella durmiente, pensé que tendría que llamar a nuestro alfa para que te diera el beso que te despertaría del mágico sueño en el que estabas, princesa. — Si fuera una princesa, diría que te has equivocado de historia, porque parezco más cenicienta, pero, en la parte que es maltratada por sus hermanastras y su madrastra. — Antonella, tú no tienes hermanastra. — Parece que nadie lo sabe, porque todos están desesperados para tratarme como esas hermanastras. — digo con enojo. Eliza, se burla y coloca su pie en mi pecho, enterrando su tacón aguja en mi piel. Aunque quiero defenderme, no es posible, será la luna de la manada en la que desgraciadamente pertenezco. — ¿Qué pasa, pequeña basura? ¿Quieres golpearme? — pregunta Eliza sonriente. — Me ha despertado, me imagino que no fue solamente para pisarme. — digo con mi mirada llena de enojo. — ¡Querida, ¿Dónde estás?! — grita alguien fuera del establo donde yo duermo. Eliza, retira su pie de mí, pero, me amenaza con su mirada y su aura que me dice lo lista que está para lastimarme. — Estoy con la sucia Antonella. — dice Eliza. El alfa de la manada, Robert, aparece en su versión lobo, causando que de inmediato me arrodille, temiendo lo peor. Siempre soy violentada en esta manada, pero, peor cuando el alfa está presente, porque eso quiere decir que tengo una nueva misión… una nueva tortura. — Sucia Antonella, prepárate, servirás a los alfas de la sociedad unánime. — dice el alfa Robert. — ¿Por qué vas a llevarla a ella otra vez? No me agrada en lo absoluto que estes con ella en un lugar tan importante. — dice Eliza en su versión lobo. — A los alfas les gusta burlarse de cosas inútiles, por eso, la llevo, después de todo, es una mujer lobo sin su loba. — dice el alfa Robert y su prometida sonríe complacida. La manada Luna plateada, se encarga de recordarme cada segundo de mi vida que soy una mujer lobo que ni siquiera es capaz de sentir la presencia de un lobo. Eso se relaciona a un daño en mi cuerpo que me impedirá tener una loba cuando cumpla la mayoría de edad. Hay mujeres así en otras manadas, por lo que, saben que no será revelado mi lobo y es por ello, que me atacan disfrutando de mis heridas, ya que, por no tener un lobo, no tengo el poder de sanar rápido y eso les causa placer. — Colócate lo mejor, el rey alfa estará ahí y no quiero que se lleve una mala imagen de mi manada. — dice Robert llevándose a su prometida en medio de besos y juegos tontos. — Entonces, hoy no seré capaz de caminar por mi cuenta. — digo levantándome del suelo. Me preparo rápido y salgo con el alfa de la manada que ignora como me lanzan bolas de papel, ropa sucia o fruta dañada que gracias a mi experiencia con ellos, puedo esquivar. El alfa, sube a su auto y yo debo acompañar a los cisnes que serán entregados al rey alfa como regalo. ‘Incluso los cisnes tienen un auto para ellos y los tratan dulcemente a diferencia de mí.’ Me digo mentalmente. El recorrido es largo, pero, yo disfruto de ello, porque aquí no soy empujada, humillada ni maltratada solo por ser una mujer que no tiene poderes de mujer lobo. Pero, la felicidad no tarda mucho, porque frente a mí se muestra un castillo tenebroso que me hace temer lo peor. — Has llegado a tu nueva tortura. — dice el conductor y yo trago duro. — Solo espero que no tarde mucho. — digo y rápidamente mi alfa en su versión lobo, me observa con enojo. Rápidamente, bajo del auto y lo sigo tensionando mi cuerpo, porque los alfas de las otras manadas están presentes con cuchillos, látigos y todo tipo de cosas que sé que usarán en mí. — ¡Robert, me alegra que hayas traído el juguete para divertirnos! — dice el alfa Daniel. — Siempre les he cumplido, así que, toda suya. Recuerden no matarla o no tendríamos diversión para las siguientes reuniones. Sé lo que van a hacer, soy consciente que si no hago algo voy a pasar largas horas de dolor, pero, no puedo huir, fácilmente seria atrapada por no poder transformarme en loba y correr. Así que, solo puedo caminar como un cerdo al matadero. — ¿Ya ha llegado el rey alfa? ¿Se encuentra al menos en casa? — pregunta el alfa Robert. — Esta aquí, pero, no se ha mostrado. Es misterioso, como siempre. — Bueno, jueguen un poco mientras llega. — dice el lobo tomándome del brazo y lanzándome tan lejos, que mis piernas sufren dejándome en medio del salón, aunque estaba a más de diez metros de distancia. — ¡Ese fue un buen lanzamiento! — dice uno de los alfas levantándose para caminar hacia mí. De inmediato, retrocedo, pero, un dolor en mi espalda, me hace gritar del dolor sabiendo que mi tortura comienza. Otra persona me golpea con fuerza y yo comienzo a llorar causándole mucha diversión a los alfas. Ya no intento suplicar, porque eso les divierte, pero, sigo esforzándome por huir de sus golpes, sin embargo, hay muchos alfas rodeándome con feromonas que me debilitan. — ¡Ha llegado el rey alfa! — anuncia alguien y eso entretiene a los alfas que me lastiman por diversión, por lo que, me muevo tan rápido como puedo y nadie me persigue. Todos están tan ansiosos por ver al rey alfa, que olvidan a la pobre mujer que no tendrá su lobo para protegerla de estás heridas ni de alguien. Por lo que, camino por los pasillos desconocidos, deseando nunca volver a la manada que tanto daño me hace. Por fortuna, logro salir del castillo y me adentro en un bosque que espero sea mi protección de esos lobos crueles. — ¡Antonella! — grita el alfa Robert y yo corro sabiendo que mi vida depende de ello. — ¡La buscaremos, señor! — ¡Deben encontrarla y dañarla tanto que no pueda moverse aunque lo desee! — grita el alfa Robert y yo continuo corriendo. ‘Debo dejar la manada. Necesito buscar asilo en otra manada menos cruel antes que me mate.’ Me digo mentalmente. — No sabía que existían lobos desobedientes. Deje una orden clara que nadie podía entrar al bosque esta noche. — dice una voz que me causa temor.‘Antonella, no has salido de un problema cuando estás en otro, ¿acaso hoy vas a morir?’ me pregunto mentalmente mirando todo a mi alrededor.La oscuridad no me asusta, he vivido siempre en la oscuridad y la suciedad, por lo que, la considero mi compañera fiel, pero, ahora no puedo decir que me siento cómoda, ya que, el bosque desconocido y una voz tan tenebrosa es lo que me acompaña.— Lo siento mucho, no entré con la intención de ofenderlo.— Aun así lo has hecho, pequeña.— M-me marcharé. — digo con la voz entrecortada.— Dije que mataría a cualquiera que se atreviera a interrumpir el descanso de mi alfa. — dice el hombre que no puedo ver, por lo que, corro tan rápido como puedo.Retrocedo con temor e imploro que mi vida no acabe esta noche, sabiendo que si he luchado tanto por sobrevivir en una manada que es el mismo infierno, no puedo morir ahora que faltan minutos para cumplir mis veinte años y con ello, conocer mi loba. Porque yo sí tengo mi loba.— ¡Busquen a esa defectuosa ant
Soy una mujer lobo defectuosa, de eso no hay dudas, porque ni siquiera ahora puedo conocer a mi espíritu lobo, pero, ¿Por qué tengo otro defecto? ¿Acaso me gané la lotería de los defectos o que sucede?— ¿Qué está sucediendo?— Ven aquí, Antonella. — ordena mi alfa y yo me estremezco.— Señor…— Es una orden, ¿acaso vas a desobedecer a tu alfa?— ¿Usted lo sabía? — pregunto angustiada.— ¿Te sorprende tanto que una huérfana tan poca cosa y defectuosa sea la pareja destinada de este alfa? — pregunta mi alfa transformándose en humano, para mostrarme que mi hilo del destino, está conectado a su dedo anular.Es verdad… realmente es mi pareja destinada… bueno, una de mis parejas destinadas. Pero, ¿Por qué razón? Se supone que uno nada más tiene una sola pareja destinada. Entonces…— No lo entiendo.— ¡Yo tampoco entiendo porque me castigaron de esta forma! Pero, tranquila, serás útil como tapete para limpiarme los pies, esa será tu forma de pagarme por la condena que tengo que vivir por se
El ruido de varios pájaros me hace despertar y yo intento procesar lo que sucede, porque estoy en medio de un bosque hermoso lleno de muchas flores y árboles frutales que anoche veía como cosas terroríficas.Aturdida, reviso mi cuerpo para saber qué es lo que sucede, porque en mi condición, no podría soportar un rechazo sobre todo, cuando proviene del alfa. Así que, no puedo entender que es lo que sucede.‘¿Es una nueva forma de castigarme, diosa luna?’ me pregunto mentalmente.Mi alfa, me ha rechazado, ¿Cómo podría regresar a la manada cuando vivo en su casa como una sirvienta que todos maltratan? Mi plan de marcharme con mi pareja, es un completo desastre y no puedo regresar a una manada de la que tanto quiero marcharme, pero, tampoco tengo la posibilidad de irme, sin tener una manada que me acoja.Estoy conectada a la manada y si el rechazo del alfa casi acaba con mi vida, no puedo tentar mi suerte renunciando a mi conexión con la manada ahora o realmente moriré.— Mejor pensemos e
Definitivamente no he salido de un problema cuando ya estoy en otro, porque de todos los lobos que este hombre pudo ser, es el mismísimo rey de los alfas, presidente de la asociación unánime y el despiadado alfa que somete incluso a hombres como Robert.— Quiero pedir disculpas, señor Waldorf, esta mujer está completamente loca, por eso, hace cosas inapropiadas como estás. — dice el alfa Robert tomándome del brazo para alejarme del rey alfa.‘Finalmente hace algo que le agradezco, alfa.’ le digo mentalmente.Pero, el esfuerzo por alejarme de un hombre tan peligroso no da los resultados que esperaba, ya que, el rey alfa se aferra a mi cuerpo de tal manera que no puedo alejarme siquiera un centímetro de él.— Parece que tu manada requiere de varias clases de modales o quizás, no sabe de lo que soy capaz y por eso, son tan osados, ¿no es así, querida? — pregunta el rey alfa suavizando sus palabras para mí, pero, yo siento que es más una amenaza que cumplirá por mi atrevimiento.— Mis dis
Intento procesar que es lo que está sucediendo, porque no me parece lógico que un hombre tan poderoso se conforme con una mujer lobo defectuosa, pero, él no está jugando, ya que, se pega a uno de mis pechos con tanta violencia que no puedo evitar gemir.Mi espalda se arquea, mis manos se aferran a él y yo soy cargada por él rumbo a una pared que se abre antes que la toque con mi espalda. Sus manos, se aferran a mi ropa y en pocos segundos soy despojada de esta, causando que reaccione por el calor que mi cuerpo siente y él parece provocar.— ¡Espera un momento! — digo alejándome de él solo para tropezar con la cama que me hace rebotar cuando caigo sobre ella.— Si estabas cansada de la posición, pudiste decirme, querida. Pero, no te regañaré, ver tu pecho rebotar es una vista hermosa.— ¡Rey alfa! — exclamo avergonzada, cubriendo mi pecho son mis brazos.— ¿Por qué te cubres? Anoche lamí cada parte de tu cuerpo para sanarte, así que, no hay un solo centímetro de tu piel que no conozca.
El dolor me invade y yo me aferro al cuerpo de este hombre desconocido, que solamente he visto pocas veces y la mayoría de estas han sido para causarme miedo. Ya que colocando en una balanza lo que conozco y tengo en comparación a lo desconocido que él me proporciona, el rey alfa es la mejor opción.‘Dijo que te sacaría de esa manada y eso es lo que necesitamos.’ Me digo mentalmente.Mis manos se aferran a su cuerpo arañando su piel, pero eso a él no le importa porque está concentrado con sus manos aferradas a cada lado de mi cadera para poder presionar o levantar levemente mi pelvis y así comenzar con una fricción que aumenta mi dolor.Sus gemidos se escuchan claramente porque su boca está cerca de mi oído y aunque parezca increíble, ese sonido causa que mi cuerpo se sienta tan caliente que me sorprende, porque no debería reaccionar de esta manera ante alguien que apenas he visto.‘Respira profundo Antonella porque esto tardará mucho tiempo.’ digo mientras él deja caer su cabeza sobr
‘Vaya, lo dice como si fuera motivo de orgullo, cuando fácilmente podría llamarlo el rey de los precoces. No conozco la enfermedades de los hombres, pero, seguramente ese tiempo lo hace clasificar como el flash precoz.’ Me digo mentalmente.Con esto, realmente me preocupa que todas las lobas estén experimentando la misma frustración, por lo que me hace pensar: ¿Cómo es posible que sigan naciendo niños cuando estos hombres ni siquiera han preparado bien lo que van a soltar cuando ya lo soltaron?‘A este paso estaremos en vía de extinción.’ Me quejo mentalmente.— No voy a hacerte daño, así que, permite que pueda tratar tu herida. Te prometo que después de haberte ayudado no sentirás dolor. — dice el rey alfa.Lo observó confundida porque realmente me sorprenda que pueda notar que estuve sangrando un poco y que además de ello, no comprenda que es algo normal en una mujer que acaba de perder su virginidad.— ¿Cómo lo sabes?— Percibí un leve olor de sangre en ti. — dice él.— Entonces, d
Voy a enloquecer, realmente perderé la razón ante lo que estoy sintiendo, porque a diferencia de antes, la invasión se siente placentera y poco dolorosa. Estar en un suelo firme, me ayuda a sentirme segura y ni hablar de lo agradable que se siente su cuerpo presionando el mío desde arriba.Mentalmente, cuento para contabilizar los tres minutos, pero, antes de llegar al número cien, él sale de mi interior, para observarme atormentado. Confundida, levanto mi espalda del suelo, pero, antes de poder hacerlo completamente, él me ha girado y limpiando mi trasero con su mano, me invade nuevamente cortándome la respiración.La invasión es la misma, pero, desde una postura diferente, se siente mucho más, por lo que, me aferro a la arena que aprieto en mis manos, mientras intento recuperar el aliento liberado por la invasión que sin comprender que sea peor, me han hecho experimentar.— Antonella… creo que voy a enloquecer. — dice él entrando tan profundamente en mí, que siento que va a partirme