Capítulo 2: Defectos

‘Antonella, no has salido de un problema cuando estás en otro, ¿acaso hoy vas a morir?’ me pregunto mentalmente mirando todo a mi alrededor.

La oscuridad no me asusta, he vivido siempre en la oscuridad y la suciedad, por lo que, la considero mi compañera fiel, pero, ahora no puedo decir que me siento cómoda, ya que, el bosque desconocido y una voz tan tenebrosa es lo que me acompaña.

— Lo siento mucho, no entré con la intención de ofenderlo.

— Aun así lo has hecho, pequeña.

— M-me marcharé. — digo con la voz entrecortada.

— Dije que mataría a cualquiera que se atreviera a interrumpir el descanso de mi alfa. — dice el hombre que no puedo ver, por lo que, corro tan rápido como puedo.

Retrocedo con temor e imploro que mi vida no acabe esta noche, sabiendo que si he luchado tanto por sobrevivir en una manada que es el mismo infierno, no puedo morir ahora que faltan minutos para cumplir mis veinte años y con ello, conocer mi loba. Porque yo sí tengo mi loba.

— ¡Busquen a esa defectuosa antes que el alfa nos castigue por no traerla! — grita alguien.

— Señor, se lo pido. Salve mi vida, le aseguro que me marcharé tan rápido como entre en este lugar. solo… permita que viva.

— No eres de esta manada y aun así te atreves a pedir algo.

‘Lo has empeorado, Antonella. ¿Cómo puedes ser tan tonta?’ me regaño mentalmente sabiendo que si muero aquí, nadie se interesará por darme una sepultura adecuada o llorar mi muerte.

— Sé que es atrevido de mi parte hacerlo, pero, la situación lo requiere. Yo… me marcharé de aquí sin dejar rastro, solo permita que me marche. — digo mirando a mi alrededor sin encontrar la persona que me habla.

— Si sobrevives a este bosque, entonces, habrás demostrado que tu vida no podría acabar tan pronto.

— Entonces…

— Vete.

— ¡G-gracias! — digo de inmediato.

— No me agradezcas, quizás, te di permiso para ir a tu propia muerte. — dice un hombre de más de dos metros de alto y piel completamente negra.

El miedo me invade y yo corro tan lejos como puedo sin saber de dónde viene el peligro exactamente. Porque necesito irme lejos antes que ese hombre temible se arrepienta. Con mi cuerpo sintiendo mucho dolor y sin saber hacia dónde voy, corro y me caigo tantas veces, que siento que moriré por tanta sangre que derramo.

No escucho más los aullidos de los lobos, pero, eso no me da buenas noticias, en el pasado ha sido así y solo lo hacen para que yo no huya y así capturarme fácilmente. Por lo que, con todo mi cuerpo doliendo, reúno todas las ganas de alejarme de esos bastardos que tanto daño me hicieron, sin importarme hacia donde camino.

No sé cuánto tiempo ha pasado, ni mucho menos si estoy por salir del bosque, sin embargo, sí sé qué hora es y por ello, miro mi reloj disminuyendo mi velocidad, para celebrar que el reloj marca las doce de la noche y por ende, mi loba debe mostrarse.

Ansiosa por este momento del que he tenido muchos sueños, cierro mis ojos y espero sentirme diferente, pero, por mucho que espero, nada sucede. La iluminación de la diosa luna no se muestra ni mucho menos, veo el espíritu de mi loba.

Por lo que, mis piernas pierden fuerza y yo agarro la arena con impotencia confirmando la causa de todos los ataques de la manada a la que pertenezco.

— No tengo una loba. Soy una mujer lobo defectuosa. — susurro recordando varias de las palabras menos crueles que los lobos de mi manada me han dicho durante toda mi vida.

El dolor se expande en mi pecho y yo obligo a mis piernas a mantenerse firme y así caminar por un bosque desconocido donde la única que se muestra es la gran luna llena que ilumina levemente el camino donde estoy, pero, solo lo hace para que el bosque sea más tenebroso.

— ¿Por qué me diste este castigo, diosa luna? He sido una buena chica, ¿Por qué me toca pasar por esto? — pregunto preocupada.

No hay respuesta a mis preguntas, como siempre y yo comienzo a reírme, por ser una tonta que pensaba que era posible que las cosas fueran diferentes para mí, cuando la realidad es que no soy más que una sucia huérfana que solo se mantiene con vida para ser el entretenimiento de los demás.

La esclava y sucia Antonella que no tiene un solo familiar al que le importe o piense en ella. Eso es lo que soy, entonces, ¿Por qué creí que al tener mi loba las cosas serían diferentes cuando todo mostraba que soy una mujer defectuosa?

— Parece que Jason no se toma en serio la vigilancia. — dice una voz terrorífica y yo miro a mi alrededor, sin embargo, todo se ve diferente.

De mi cuerpo puedo sentir como un aura emana y mis ojos arden mostrándome hilos extraños que se mueven como si fueran olas hermosas que me dicen que no todo está perdido, que no soy tan defectuosa como creí.

— ¿Eres sorda, pequeña? — pregunta nuevamente esa voz y yo me giro encontrándome a un lobo que causa mucho miedo por su mirada roja, sus dientes grandes y su pelaje negro como la noche.

— Yo… señor…

— ¿No vas a transformarte en loba? — pregunta el lobo y yo lo observo confundida, porque uno de los hilos está conectado al hombre frente a mí.

— ¡Antonella! — grita alguien y yo retrocedo con temor al ver al alfa Robert.

El hombre lobo que no muestra su aspecto humano, mira al alfa Robert que aunque está en su versión lobo, no es tan alto como él. De inmediato, yo caigo sobre mis rodillas porque además de ser encontrada por el alfa de mi manada, el mismo hilo que me une al lobo extraño, me une a mi alfa.

— ¡¿Qué es esto?! — exclamo sorprendida.

Es entonces cuando me doy cuenta que el hilo rojo del destino que muestra quien es la pareja destinada de cada lobo también está defectuoso, porque aunque de mí sale un solo hilo, este está dividido en tres, de los cuales, dos muestran ahora quien se supone que es mi mate.

‘¡¿Tengo tres mates?!’ me pregunto mentalmente histérica.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo