Soy una mujer lobo defectuosa, de eso no hay dudas, porque ni siquiera ahora puedo conocer a mi espíritu lobo, pero, ¿Por qué tengo otro defecto? ¿Acaso me gané la lotería de los defectos o que sucede?
— ¿Qué está sucediendo? — Ven aquí, Antonella. — ordena mi alfa y yo me estremezco. — Señor… — Es una orden, ¿acaso vas a desobedecer a tu alfa? — ¿Usted lo sabía? — pregunto angustiada. — ¿Te sorprende tanto que una huérfana tan poca cosa y defectuosa sea la pareja destinada de este alfa? — pregunta mi alfa transformándose en humano, para mostrarme que mi hilo del destino, está conectado a su dedo anular. Es verdad… realmente es mi pareja destinada… bueno, una de mis parejas destinadas. Pero, ¿Por qué razón? Se supone que uno nada más tiene una sola pareja destinada. Entonces… — No lo entiendo. — ¡Yo tampoco entiendo porque me castigaron de esta forma! Pero, tranquila, serás útil como tapete para limpiarme los pies, esa será tu forma de pagarme por la condena que tengo que vivir por ser tu mi mate. — dice el alfa Robert. Trago duro, mientras las lágrimas mojan mis mejillas. Ya que, por segunda vez en la noche, me decepciono al notar que lo que tanto anhele tener, me es entregado de la peor forma. ‘Ya no puedes demostrar que estaban equivocados sobre no tener una loba y ahora, no tienes un hombre lobo amable que te ame aunque no tienes una loba y te saque de la manada infernal en la que vives.’ Me digo mentalmente. No entiendo cuál es el pecado que estoy pagando, porque solo eso podría justificar porque me están tratando tan mal, cuando evidentemente yo no le he hecho daño a alguien, si no que, soy quien recibe todo este dolor. — No puede ser posible. — Si tienen problemas de los que encargarse, háganlo en su territorio y no en el territorio de alguien más. — dice el lobo negro marchándose con esa aura tan poderosa y peligrosa. — Ven ahora mismo, Antonella. — No puede ser… — Ha despertado la única cosa de loba que posees, así que, es más fácil someterte ahora, ¿quieres probar? — pregunta el alfa Robert. — Por favor, déjeme ir. No soy una mujer que… El alfa corre hacia mí y yo caigo sintiendo sus patas en mi pecho y su rostro tan cerca del mío que su gruñido se escucha fuerte. — No te he dado permiso para pedirme dejarte. ¿Acaso no comprendes que me has condenado a tu lado y por eso, debes pagar? — Usted tiene su prometida. — Eres una mujer lobo y no lo entiendes, Antonella. El placer solo puede conseguirse con la pareja destinada. Por eso, aunque marque a Eliza, será como tener una amante de la que escasamente tengo un vínculo sexual, cuando sabes que somos más que únicamente apareamiento. — No es mi culpa que sea mi pareja destinada, señor alfa. El lobo se aleja de mí y vuelve a transformarse en humano, solo para mostrarme su mirada roja llena de odio hacia mí, porque sin saber qué fue lo que le hice, ese hombre me odia. — Si tan solo los lobos tuviéramos más de una pareja destinada, todo fuera perfecto. Entonces, no estaría atado a esta inútil. — ¿No hay manera de que alguien tenga más de una pareja destinada? — ¿Eres idiota? Sabes perfectamente que la conexión entre lobos es única y por eso, solo puede estar destinada a una sola pareja. ‘Es verdad, entonces, ¿Por qué razón yo tengo tres mates? Además, ¿Por qué me muestran los tres como si fuera un examen con tres opciones de respuesta? ¿No debería esperar a ser rechazada por uno para poder aparecer el siguiente?’ me pregunto mentalmente. — ¿Qué es lo que me pasa a mí? ¿Por qué tengo que ser yo su pareja? — pregunto molesta. — ¿Te atreves a molestarte, Antonella? ¡Yo soy quien tiene todo que perder aquí, no tú! — grita el alfa y yo tiemblo del temor, pero, no me detengo. — ¿Qué puede perder usted? ¿Es el fin del mundo para usted no poder tener el máximo placer sexual con Eliza? ¡Míreme, señor! ¡Yo tenía la esperanza que mi pareja me sacara del infierno en el que vivo, pero, resulta que mi pareja es quien permite todo eso! Mi queja le resulta divertido al alfa y no me sorprende, algo que me ha mostrado él es que es un hombre que no siente lastima o empatía por alguien, ni siquiera por su prometida. Por lo que, no puedo esperar que él me entienda o cambie por ello su trato hacia mí. — Es lo menos que mereces por arruinarme la vida, sucia Antonella. — Si tanto le desagrado, puede romper el vínculo ahora. — digo enojada. Mi comentario, hace que mi alfa me tome del cuello y me levante al punto que sienta que me asfixie, pero, ni siquiera mi mirada de temor y mis manos intentando liberarme de su agarre, hace que él se detenga. Es una de mis parejas destinadas, entonces ¿Por qué me trata de una manera tan cruel? Sé que los alfas pueden soportar muchas cosas y por eso, son tan firmes, fríos y despiadados. Pero, ¿esto ya no es un abuso? — ¿Te atreves a decirme que es lo que tengo que hacer? — pregunta él con frialdad. — Señor… El alfa Robert me suelta con brusquedad y yo intento recuperar mi respiración, sintiendo que todo mi cuerpo duele. — Está bien, yo Robert Morales, te rechazo a ti, Antonella Priego como mi mate, ¿aceptas mi rechazo? Tú no te atreverías a ha… — dice el alfa Robert con fuerza, como si quisiera que la luna que brilla sobre nosotros lo escuchara. — Lo acepto. — digo De inmediato, el dolor se apodera de mí de una forma diferente a la habitual, es como si mis venas quemaran, mi corazón se endureciera y no pudiera latir. Me quejo del dolor e incluso de mi boca sale sangre que le divierte a mi alfa. — Una mujer lobo usaría a su espíritu lobo para tener una muerte sin dolor, pero, tú no tienes eso, así que, sufre hasta morir por ser rechazada. Quédate a ser comida de los animales salvajes, Antonella. — dice el alfa Robert marchándose. Mi vista se nubla, el dolor se siente en cada parte de mi cuerpo y yo grito del dolor sintiendo como la vida se me escapa, sin poder agarrarla. Es entonces cuando diviso al lobo negro de antes, que lame mi pecho. — Es inaudito que mi mate tenga una conexión con varios hombres. — dice él antes que yo cierre mis ojos.El ruido de varios pájaros me hace despertar y yo intento procesar lo que sucede, porque estoy en medio de un bosque hermoso lleno de muchas flores y árboles frutales que anoche veía como cosas terroríficas.Aturdida, reviso mi cuerpo para saber qué es lo que sucede, porque en mi condición, no podría soportar un rechazo sobre todo, cuando proviene del alfa. Así que, no puedo entender que es lo que sucede.‘¿Es una nueva forma de castigarme, diosa luna?’ me pregunto mentalmente.Mi alfa, me ha rechazado, ¿Cómo podría regresar a la manada cuando vivo en su casa como una sirvienta que todos maltratan? Mi plan de marcharme con mi pareja, es un completo desastre y no puedo regresar a una manada de la que tanto quiero marcharme, pero, tampoco tengo la posibilidad de irme, sin tener una manada que me acoja.Estoy conectada a la manada y si el rechazo del alfa casi acaba con mi vida, no puedo tentar mi suerte renunciando a mi conexión con la manada ahora o realmente moriré.— Mejor pensemos e
Definitivamente no he salido de un problema cuando ya estoy en otro, porque de todos los lobos que este hombre pudo ser, es el mismísimo rey de los alfas, presidente de la asociación unánime y el despiadado alfa que somete incluso a hombres como Robert.— Quiero pedir disculpas, señor Waldorf, esta mujer está completamente loca, por eso, hace cosas inapropiadas como estás. — dice el alfa Robert tomándome del brazo para alejarme del rey alfa.‘Finalmente hace algo que le agradezco, alfa.’ le digo mentalmente.Pero, el esfuerzo por alejarme de un hombre tan peligroso no da los resultados que esperaba, ya que, el rey alfa se aferra a mi cuerpo de tal manera que no puedo alejarme siquiera un centímetro de él.— Parece que tu manada requiere de varias clases de modales o quizás, no sabe de lo que soy capaz y por eso, son tan osados, ¿no es así, querida? — pregunta el rey alfa suavizando sus palabras para mí, pero, yo siento que es más una amenaza que cumplirá por mi atrevimiento.— Mis dis
Intento procesar que es lo que está sucediendo, porque no me parece lógico que un hombre tan poderoso se conforme con una mujer lobo defectuosa, pero, él no está jugando, ya que, se pega a uno de mis pechos con tanta violencia que no puedo evitar gemir.Mi espalda se arquea, mis manos se aferran a él y yo soy cargada por él rumbo a una pared que se abre antes que la toque con mi espalda. Sus manos, se aferran a mi ropa y en pocos segundos soy despojada de esta, causando que reaccione por el calor que mi cuerpo siente y él parece provocar.— ¡Espera un momento! — digo alejándome de él solo para tropezar con la cama que me hace rebotar cuando caigo sobre ella.— Si estabas cansada de la posición, pudiste decirme, querida. Pero, no te regañaré, ver tu pecho rebotar es una vista hermosa.— ¡Rey alfa! — exclamo avergonzada, cubriendo mi pecho son mis brazos.— ¿Por qué te cubres? Anoche lamí cada parte de tu cuerpo para sanarte, así que, no hay un solo centímetro de tu piel que no conozca.
El dolor me invade y yo me aferro al cuerpo de este hombre desconocido, que solamente he visto pocas veces y la mayoría de estas han sido para causarme miedo. Ya que colocando en una balanza lo que conozco y tengo en comparación a lo desconocido que él me proporciona, el rey alfa es la mejor opción.‘Dijo que te sacaría de esa manada y eso es lo que necesitamos.’ Me digo mentalmente.Mis manos se aferran a su cuerpo arañando su piel, pero eso a él no le importa porque está concentrado con sus manos aferradas a cada lado de mi cadera para poder presionar o levantar levemente mi pelvis y así comenzar con una fricción que aumenta mi dolor.Sus gemidos se escuchan claramente porque su boca está cerca de mi oído y aunque parezca increíble, ese sonido causa que mi cuerpo se sienta tan caliente que me sorprende, porque no debería reaccionar de esta manera ante alguien que apenas he visto.‘Respira profundo Antonella porque esto tardará mucho tiempo.’ digo mientras él deja caer su cabeza sobr
‘Vaya, lo dice como si fuera motivo de orgullo, cuando fácilmente podría llamarlo el rey de los precoces. No conozco la enfermedades de los hombres, pero, seguramente ese tiempo lo hace clasificar como el flash precoz.’ Me digo mentalmente.Con esto, realmente me preocupa que todas las lobas estén experimentando la misma frustración, por lo que me hace pensar: ¿Cómo es posible que sigan naciendo niños cuando estos hombres ni siquiera han preparado bien lo que van a soltar cuando ya lo soltaron?‘A este paso estaremos en vía de extinción.’ Me quejo mentalmente.— No voy a hacerte daño, así que, permite que pueda tratar tu herida. Te prometo que después de haberte ayudado no sentirás dolor. — dice el rey alfa.Lo observó confundida porque realmente me sorprenda que pueda notar que estuve sangrando un poco y que además de ello, no comprenda que es algo normal en una mujer que acaba de perder su virginidad.— ¿Cómo lo sabes?— Percibí un leve olor de sangre en ti. — dice él.— Entonces, d
Voy a enloquecer, realmente perderé la razón ante lo que estoy sintiendo, porque a diferencia de antes, la invasión se siente placentera y poco dolorosa. Estar en un suelo firme, me ayuda a sentirme segura y ni hablar de lo agradable que se siente su cuerpo presionando el mío desde arriba.Mentalmente, cuento para contabilizar los tres minutos, pero, antes de llegar al número cien, él sale de mi interior, para observarme atormentado. Confundida, levanto mi espalda del suelo, pero, antes de poder hacerlo completamente, él me ha girado y limpiando mi trasero con su mano, me invade nuevamente cortándome la respiración.La invasión es la misma, pero, desde una postura diferente, se siente mucho más, por lo que, me aferro a la arena que aprieto en mis manos, mientras intento recuperar el aliento liberado por la invasión que sin comprender que sea peor, me han hecho experimentar.— Antonella… creo que voy a enloquecer. — dice él entrando tan profundamente en mí, que siento que va a partirme
Algo que comprendí en estas horas que he estado junto a este hombre precoz al principio e insaciable después, es que no tenemos la misma percepción del tiempo. Por eso, en un principio tres minutos fueron mucho para él y poco para mí, y ahora tantas horas es poco para él y demasiado para mí.— Si continúa así, podrás causarme mucho daño.— No te preocupes si resulta herida, mi lengua te va a sanar. Intentaré entrar muy profundo en ti para poder sanar cada centímetro que mi polla ha lastimado en tu interior. — dice él y mi cuerpo responde calentándose más.— ¡N-no digas esas cosas vergonzosas!— Parece que te gusta porque me estás apretando mucho más. — dice él y yo lo alejo de mí.He leído muchos libros y realmente me parece imposible que en un segundo él fuera precoz y al segundo siguiente el señor sea todo lo opuesto a eso, por lo que, busco en su cuerpo algo que me diga que está utilizando algún tipo de herramienta para poder durar más tiempo.Nunca lo he visto, pero he leído de ap
Soy consciente que yo misma escogí quedarme con este hombre al no querer marcharme con el alfa Robert. Pero, no pensé que él utilizaría otro tipo de tortura donde perdería algo diferente a lo que acostumbro.‘En la manada Luna Plateada perdía dignidad, orgullo y otras cosas más, pero, no la virginidad. Solo bastaron unas pocas horas cerca de él y ya la había perdido.’ Me digo mentalmente.— Quiero marcarte, Antonella. ¿Puedo hacerlo? — pregunta el rey Alfa y yo trago duro con evidente preocupación.— Señor… rey… Edmond…— Parece que mi pregunta a causado que no puedas pensar correctamente. — dice él caminando con mucha tranquilidad.‘¿Acaso él piensa que marcarse es algo simple? ¿Existe la posibilidad de que haya un hombre lobo en el mundo que tome como algo simple ser marcado?&rs