Ella, vestida de enfermera y con el rostro cansado, siente la tensión del estrés sobre los hombros y el cuello, producto del arduo trabajo. Toma su celular para revisar algún mensaje dejado por su esposo, pero al mirar, nota las llamadas perdidas de Taís.«¡Rayos!», piensa acongojada, y se apresura a buscar algún mensaje de texto de su amiga.De pronto, recibe una llamada y la responde al instante, pero al escuchar la voz preocupada y llena de reclamos de la morena, se siente avergonzada.—Lo siento, es que me pidieron en emergencia y no tuve chance de avisarte. Pídele disculpas a Ian de mi parte. ¿Sabes qué? Los invitaré a un trago para disculparme; te enviaré la ubicación del bar donde nos encontraremos, no está lejos del restaurante —responde.Después de recoger sus cosas y quitarse el uniforme, Lilia se apresura hacia el bar donde la esperan su amiga e Ian. Al llegar, se encuentra con una escena que la conmueve, renovando sus esperanzas de que Taís logre conquistar a Ian.Ellos ba
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