Capítulo 44.
Naenia pidió que les llevaran bocadillos a la oficina de Kael, mientras dos de sus asistentes se hacían cargo de la limpieza de ese lugar. Nadie entendía como había llegado esa estatuilla a romperse y causar tanto desastre, si Kael no daba alguna explicación referente a ello. Ninguna buena reacción hubo en cuanto se vieron. El mayor parecía disgustado y Cameron, desde el punto de vista de su hijo, tenía algo para decir, pero no se atrevía, mientras los asistentes terminaban—Los dejaré solos. Tengo trabajo, pero lo que necesiten solo deben llamar a Sun para obtenerlo. —se despidió, dando una exhalación cuando cruzó la puerta. Ser hospitalaria no era lo suyo y no se quedaría a fingir que la visita de su suegro era de lo mejor, porque no lo era en absoluto. Soltó una bocanada de aire y continuó su camino. A dónde fuera no era lo importante, sino estar lejos de esa oficina tan tensa. —¿Estás sosteniendo una relación extramarital con la esposa de tu sobrino? —le preguntó directamente
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