Cada disparo resonó como un trueno con los cazadores cayendo al suelo antes de poder reaccionar. Sin perder un segundo, Kael giró sobre sus talones, disparando en ráfagas controladas que derribaban a los enemigos uno tras otro.Cada bala era una extensión de su voluntad, cada disparo una declaración de su furia contenida. El Mayor se movía de cobertura en cobertura, su cuerpo en constante movimiento, nunca permaneciendo en un lugar el tiempo suficiente para ser un blanco fácil. Sus disparos eran precisos, cada uno encontrando su marca con una eficiencia brutal.Un cazador apareció a su izquierda, pero Kael ya lo había visto. Con un giro rápido, disparó dos veces, las balas perforandole el pecho y enviándolo al suelo. Otro cazador intentó flanquearlo, pero el irlandés, anticipando el movimiento, se lanzó hacia adelante, rodando sobre el suelo y disparando en pleno movimiento. El cazador cayó, con su arma resbalando de sus manos.La nube de humo y fuego se levantó cuando le disparó a lo
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