Martyn me invitó al club para jugar tenis. Prefiero esto a estar encerrada en la casa con mi hermana sermoneándome por haber peleado con Serena, sin saber por completo la historia. Claramente me va a culpar por dañar todo con Gael.Estoy reposando con Martyn después de jugar, tengo las mejillas encendidas de rubor. Tomamos un mal momento para jugar, el sol está de muerte, así que, si apenas jugamos unos treinta minutos, no soportamos el calor, aunque usáramos gorras.Tomamos limonada, sentados debajo de un árbol de mango, en una de esas mesas de hierro que parecen antiguas y que las sillas nunca logran acomodarse bien en el piso, así que debo tener cuidado, la mía parece que no logra encajar bien en el piso y se menea si me acomodo.Martyn no deja de carcajear después que le cuento todo lo que sucedió, incluyendo el vómito.—Bueno, es natural que no te haya llamado aún —dice—, si una chica me vomita los zapatos yo también reaccionaría igual.—Pero me regaló un anillo —alego y se lo mu
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