Cara e’ niño no es tan tonto, no ha desperdiciado su dinero, dinero que se ha ganado haciendo sus trabajitos, como los llama él. Todos en el barrio saben que lo buscan cuando quieren quitar a alguien del medio, es muy bueno en eso, nunca deja huellas, en sus espaldas lleva unos cuantos muertos, todo el barrio lo sabe, pero nadie dice nada. Tiene una casa grande, muy cómoda, bonitos muebles y la habitación con una cama muy espaciosa, vive sólo, dicen que él es huérfano, su niñez la pasó en la calle, durmiendo debajo de los puentes, allí conoció a un muchacho un poco mayor que él, lo enseñó a disparar, así empezó a ganarse la vida, es muy bueno con las armas, no falla. —Adelante mi princesa, ¿quieres un whisky? —¿Tan temprano? —Para tomar no hay horario, yo tomo cuando quiero. —Como tú digas, entonces vamos a tomar. Cara e’ niño, me sirve un vaso de whisky, puso música y me invita a bailar. Mientras bailaba sus manos recorrían mi espalda, lue
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