HOSPITAL DE CHICAGO. —¡Dios! Está operación fue un poco complicada. —Gracias colega, gracias por ayudarme, yo sabía que tú eras el hombre para esta operación, gracias a ti pudimos salvarle el riñón. —Para eso estamos hermano para ayudarnos, ahora me voy tengo un compromiso en la casa de mis suegros, ya es tarde. En efecto, ya es de noche, me cambio rápidamente y me voy al estacionamiento —Tanto que le pedí a mi bebé que no llegara tarde a la cena, ahora resulta que soy yo quien va a llegar retardado. Tengo que apurarme, gracias a Dios no hay mucho tráfico, ya salí del estacionamiento, ahora voy a tomar la avenida principal. —Ahora sí, lo que faltaba mi teléfono está sonando, pero no sé dónde lo puse, allí está con el apuro lo tire en el piso del auto. Bajo la vista hacia el piso, me inclino para tomar el teléfono que no deja de sonar cuando escucho un fuerte grito. —¡Dios que hice! ¿A quién golpeé con el auto? Me bajo rápidamente
HOSPITAL DE CHICAGO. —Buenos días doctor. —Buenos días. —Doctor la joven que atropelló, debe estar por despertar. —Ya voy a verla, pero primero voy a darle una vuelta a mis pacientes, así le doy más chance para que duerma. Ya terminé con mi ronda de visitas, ahora sí, voy a la habitación de la señorita. —Buenos días señorita. —Doctor porque es tan formal, llámame por mi nombre, Sophie, no se le olvide me llamo Sophie. Hice como si no hubiese escuchado el comentario. —¿Cómo se siente? —No sé que me pasó anoche, la enfermera me puso un analgésico y me quedé profundamente dormida, hasta hace unos minutos que desperté. —Eso es bueno, así descansa, ¿cómo están los dolores? —Un poco mejor, pero aún me duele en ciertos lugares del cuerpo, como aquí. Se levanta la blusa y me enseña su abdomen, pero la levanta tanto que se le ve todo el brassier, me quedo atónito porque no esperaba esto; de repente siento unos brazos que me r
MANSIÓN DE LOS RAYTON. —Buenos días doctor. —Buenos días, doña Bertha le he dicho en infinidades de ocasiones que no me llame doctor, usted prácticamente me vio nacer, no entiendo porque no me llama por mi nombre de pila. —Joven, pero es que lo veo como una falta de respeto, pero le prometo que voy hacer el intento. —¿Tu niña ya está lista? —Creo que sí, ya se la llamo, ¿quiere un cafecito? —Sí, no me puedo negar a tomar su café. —Ya se lo traigo, mire ya mi niña viene bajando con maleta en mano. —Buenos días bebé. —Buenos días precioso. Brandon se me acerca, me toma en sus brazos y me levanta, indudablemente que soy una pluma en sus manos, me da un beso en cada mejilla y luego en los labios, suspira y me dice en el oído. —Esto es solo un adelanto de los besos que te voy a dar en el viaje. —Espero que sean muchos. —Mi amor estás preciosa no me cansó de decírtelo, muchos se van a morir de la envidia, me encanta pres
LA ISLA. Cuando despierto, me veo sola en la cama, Brandon no está, entro al baño para darme una ducha. Recuerdo que anoche estaba muy mareada, recuerdo a Brandon cuando me levantó en sus brazos y me llevó a la cama, me arropó con una manta, sentí su brazo y su pierna encima de mí, en ese momento me sentí protegida, así en esa posición nos quedamos dormidos. Tan bello mi Brandon, anoche era una presa fácil a sus encantos, pero no sé aprovechó de eso, sólo me abrazó, menos mal que me quedé dormida, si no de seguro hubiese sucumbido a sus caricias. Me visto, elijo un vestido playero que me compré para el viaje y salgo a cubierta, allí lo veo, tan hermoso como siempre, hablando con el capitán. Me acerco y le doy un ligero beso en los labios. —Buenos días amor. —Buenos días hermosa, ¿dormiste bien? —Yo creo que sí, no me desperté en toda la noche, ¿y tú, te dejé dormir, no te molesté? —Tú nunca me molestas. —Buenos días gente, ¿cómo a
Abro mis ojos y allí está mirándome con tanta ternura, como si estuviera velando mi sueño. —Buenos días. —Buenos días amor, no quise despertarte te ves tan hermosa dormida. —Amor tu teléfono está sonando. —Déjalo que suene, primero tengo que darte el beso de los buenos días. —Amor toma el teléfono. —Está bien, que conste que lo hago por ti. —Dime Michael. —Dormilón despierta, estamos esperándolos para ir a desayunar. —No esperen por nosotros, vayan a desayunar, cuando estemos listos te llamo para encontrarnos, nos vemos luego. —Okey. —Amor, es mejor que nos apresuremos para ir a desayunar con los muchachos. —Ya va, yo no tengo apuros, déjame abrazarte, necesito tu cuerpo aquí pegado al mío, para que me dé fuerzas para comenzar el día. Lo miro, me mira, lo abrazo, me abraza, lo beso, me besa, así se nos va pasando la mañana, enrollados entre las sábanas, amándonos una y otra vez. —Señor Brandon es hora de sal
Fue un fin de semana inolvidable, la verdad que Brandon se portó como todo un príncipe, te amo mi rey, me hubiese gustado ir al hospital para desayunar contigo, pero tengo que ir con urgencia a la universidad, mi grupo me está esperando, según Mary tenemos que resolver algo urgente, antes que llegue el profesor. Está sonando mi teléfono. Veo la pantalla y allí está mi galán en video llamada. —Buenos días mi amor, mi tesoro, mi princesa, mi todo. —¡Mi madre! Hoy amaneciste muy romántico. —Mi amor, ya veo que estás en tu auto, vienes un rato para acá antes de irte a la universidad. —Amor, no puedo, mis intenciones eran ir a desayunar contigo, pero se presentó un problema con un trabajo que tenemos que presentar hoy, vamos a reunirnos con urgencia ahorita, antes que llegue el profe. Te prometo, que en cuanto salga de clases te llamo para vernos, mi amor estás muy callado, dime algo. —Te extraño, pensé que nos íbamos a ver en la mañana. —Y
Cara e’ niño no es tan tonto, no ha desperdiciado su dinero, dinero que se ha ganado haciendo sus trabajitos, como los llama él. Todos en el barrio saben que lo buscan cuando quieren quitar a alguien del medio, es muy bueno en eso, nunca deja huellas, en sus espaldas lleva unos cuantos muertos, todo el barrio lo sabe, pero nadie dice nada. Tiene una casa grande, muy cómoda, bonitos muebles y la habitación con una cama muy espaciosa, vive sólo, dicen que él es huérfano, su niñez la pasó en la calle, durmiendo debajo de los puentes, allí conoció a un muchacho un poco mayor que él, lo enseñó a disparar, así empezó a ganarse la vida, es muy bueno con las armas, no falla. —Adelante mi princesa, ¿quieres un whisky? —¿Tan temprano? —Para tomar no hay horario, yo tomo cuando quiero. —Como tú digas, entonces vamos a tomar. Cara e’ niño, me sirve un vaso de whisky, puso música y me invita a bailar. Mientras bailaba sus manos recorrían mi espalda, lue
MANSIÓN DE LOS RAYTON. —Buenas noches hija. —Buenas noches mamita. —Pensé que ibas a llegar más tarde, no tienes ni dos horas que saliste de casa. —Fuimos a cenar y nos regresamos de inmediato. —¿Llamaron a Brandon para una emergencia? —No. —Ven acá, siéntate a mi lado. Mami me queda mirando, me toma de las manos y luego me dice. —Cuéntame, tuviste algún problema con Brandon. —Sí, me molesté con él, está insoportable. —¿Puedo preguntar por qué la molestia? —Mamá, el viernes tengo que ir con un grupo de la universidad para hacer un trabajo en las afueras de la ciudad, el rector me nombró líder del grupo de los estudiantes, pues como va un profesor que según él está interesado en mí, el muy descarado me dijo que seguro me nombraron la líder porque el profesor lo pidió. —Brandon lo que está es celoso. —Sí, pero eso no le da derecho a faltarme el respeto, mucho menos meterse con mi carrera. —Ya salió el peine