Ya un mes llevaba Ariel aprendiendo muchas cosas, la casa siempre olía a panecillos, postres, en la mesa siempre había uno diferente, mientras ella aprendía las técnicas, arruinando algunas recetas y quemando una que otras tartas. Pero la alegría que sentía de hacer aquello era tan grande que no sabía cómo expresarla.Estaba tan entusiasmada que cada día hacía algo diferente, ella era su mayor fan, le agradaba todo lo que preparaba. Y Alejandro, que poco amor tenía a los postres, no le quedó de otra que acostumbrarse, pues en casa siempre había y ella lo hacía probar para saber si sabían deliciosos.La relación entre ambos había mejorado bastante.Aquella noche mientras estaba sentada en el porche, comiendo un trozo de tarta de zanahoria, sintió un fuerte dolor en su vientre.Su período era muy irregular, demasiado.Hubo meses anteriores en los que aquello no la visitaba y para Ariel era normal, era más extraño que la menstruación le llegara en la fecha, lo normal era que no fuera así
Leer más