La gente corría aterrada en la dirección que Angela les había dicho, el miedo y el desespero se reflejaba en sus miradas y con pasos temblorosos escapaban de ese lugar. Angela, escondida, observaba la feroz batalla de los guerreros. De repente, vio a un lobo sanguinario apuntando directamente a la cabeza de Dilan. Sin perder tiempo, su mirada se posó en un arma cerca del cuerpo de un enemigo caído. La tomó rápidamente, muchas veces había observado como esos hombres la utilizaban y con manos temblorosas, corrió hacia Dilan.Dilan, estaba desarmado frente a un hombre que se reía con malicia, creyó que ese sería su final. Cerró los ojos, esperando el impacto, pero en su lugar escuchó un disparo que no lo alcanzó. Cuando abrió los ojos, vio al hombre caer de rodillas, sangrando, y detrás de él, a Angela, temblando con el arma aún en sus manos. Sin dudarlo, Dilan corrió hacia ella, la tomó de los hombros justo antes de que cayera al suelo.—Gracias por salvarme la vida —dijo, con la voz aú
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