41. Fracturas Familiares
Aunque nunca se los dijo, la compañía de su hermano, de Franco y a veces de Agustín, solían convertir las noches de lluvia en las mejores. Pero ahora sus rostros, antes joviales y despreocupados, ahora mostraban líneas de preocupación que Andrea no recordaba haber visto antes.Cuando la veían de mal humor, se esforzaban para hacerla reír y esa era otra de las razones por las cuales, Sara, la culpaba por llamar la atención de los hombres a propósito.Recordó con diversión y una pizca de melancolía que así fue como su hermana se propuso conquistar a Franco, pero fue Agustín el que cayó en su red sorprendiendo a todos. Cuando jugaban, tenían prohibido apostar y si sus padres se enteraban, eran castigados como en la época de la inquisición por su madre. Así que como no podían involucrar dinero; los trabajos escolares, salidas y compañía eran su moneda de cambio, excepto para Andrea.A ella le encantaba ganarles para ponerles retos en público que quedaron como las mejores anécdotas del r
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