En un café abarrotado de personas, ella da un sorbo a su taza. Habitualmente va allí todas las mañanas a desayunar y disfruta en esos momentos, de la tranquilidad que el aroma a café puede emanar. Mira alrededor las inmensas y concurridas calles de San Francisco, sitio donde decidió establecerse hasta que su corazón al menos dejara de sangrar, hasta que pudiese valerse por si sola.La muerte como enemigo común de todo ser humano, cuando toca a las puertas no hay nada que se pueda hacer o dar a cambio de vivir. La muerte solo entra sin más, sin precedentes, sin importar quién eres o qué fuiste. Irrumpe en planes, amor, felicidad, familias y juventud; simplemente llega a cobrar con intereses valiéndonos nada.Ella la ha tenido cerca tres veces y siente que cada vez que se aproxima rompe y agrieta todo la fortaleza que ha construido desde antes. Millares de preguntas llegan a tu mente cuando presencias la muerte tan cerca de ti, preguntas que por mucho que hagas seguirás sin encontrar re
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