CAPITULO 2Tengo derecho a amar, a escoger a quien entregarle la vida, pero no, mi padre me arrebató el derecho, me arrebató la alegría y la felicidad que me merecía.No tengo un cuento de princesas, aquí no hay un caballero con armadura dorada que me salve.—¿Todo bien, señora? —Jasón el jefe de guardas me preguntan y solo asiento.Entro de nuevo a la sala, todos son una manada de lobos. Adler está hasta los cojones de borracho y lo único que quiero es descansar, levantarme al día siguiente y darme cuenta que todo esto fue solo una pesadilla.Escucho el son de la música, la gente me canta el cumpleaños feliz y esto de feliz no tiene nada. Adler coloca sus manos sobre mis glúteos, la gente nos toma fotos y trato de sonreír de verdad trato de mantenerme fuerte.Mi esposo me toma de la mano llevándome hacia la pista de baile, una canción romántica suena y me muevo al ritmo de la música.—Eres todo para mí, lieben. «Amor» —Y tú para mí, Adler—. Respondo rápidamente.Adler me besa desen
Leer más