Inicio / Romántica / Atrévete a quererme / Capítulo 1 - Capítulo 10
Todos los capítulos de Atrévete a quererme: Capítulo 1 - Capítulo 10
95 chapters
Sinopsis
¡Bienvenidos!No saben lo feliz que me siento, pues, "sin querer queriendo" estoy cumpliendo una de mis metas al crear esta tercera novela. Siempre quise hacer una saga y creo que voy por buen camino, jijiji :P"Atrévete a quererme" es la tercer entrega de la serie "Citas con el destino". Si aún no has leído las dos primeras, te aconsejo que vayas y las guardes en tu biblioteca si no quieres hacerte spoiler.La primera entrega de la serie es "Una esposa para el señor perfecto", donde conocerás a un enigmático Justin, quien, con la ayuda de su leal y eficaz asistente Sunmi, buscarán a la mejor candidata para cumplir las exigentes demandas para heredar el prestigioso bufete de su tío.La segunda novela de la serie es "No lo llames casualidad", donde el destino hará de las suyas cuando dos extraños en circunstancias extremas, acuerdan casarse por acuerdo en Las Vegas y así desafiar el destino que la familia de Maya, tenía pensado para ella.SINOPSIS:Cuando mi vida en Milán se volvió un
Leer más
01. Despertar inesperado
Atrévete a quererme es una novela escrita por Andrea Paz PS y registrada en SafeCreative bajo el código: 2405208038196. Se prohíbe cualquier copia parcial o total de la obra, ya que estará infringiendo los derechos de autor._________________________________˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Milán, Italia.Despierto aturdida y desorientada, sintiendo como un intenso olor a desinfectante inunda mis fosas nasales, provocándome náuseas y un revoltijo en el estómago. A lo lejos, escucho voces cuchicheando entre susurros, y cuando intento abrir los ojos, siento la vista borrosa. La claridad de las luces blancas del techo confirman mis sospechas: estoy en un hospital. Parpadeo repetidamente hasta que mi visión comienza a aclararse.—Hasta que despertaste, mi niña, por Dios… —exclama mi abuela, sentada a mi lado. Su rostro arrugado por la preocupación pero también por el alivio de verme despierta. Junto a ella está su amiga, Matilda, una presencia constante en mi vida desde que era niña.—Nonna, ¿qué pasó? —pr
Leer más
02. Es un ogro feo y verde
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Milán, Italia.La enfermera acaba de salir de la habitación, llevándose con ella las muestras que tomó para los análisis adicionales. Había llegado justo antes de contestarle a mi abuela, por lo que el silencio que queda en su ausencia es pesado pero necesario. Es el momento de enfrentar la realidad, de procesar lo que ha pasado y de comenzar a entender lo que vendrá.Mi abuela y Matilda continúan a mi lado, sus rostros llenos de preocupación, pero también de una inquebrantable determinación. Tomo aire y me siento un poco más erguida en la cama, decidida a compartir mi historia, a aclarar las dudas que sé que están en sus mentes.—Bien, creo que es hora de ponerlas al día —digo, mi voz firme pero con un toque de vulnerabilidad que no puedo evitar. Mi nonna asiente, su mano aprieta la mía en señal de apoyo. Matilda se inclina hacia adelante, atenta—. Todo comenzó hace unos meses, después de perder mi trabajo en Éclat Couture. Fue un golpe duro, una verdadera decepción —c
Leer más
03. Ahora o nunca
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Milán, Italia.Salimos del hospital y el sol de la tarde nos recibe con su calidez. Mi abuela y Matilda caminan a mi lado, cuidando de mí como siempre lo han hecho. Subimos al taxi y, mientras el vehículo recorre las calles de Milán, mi mente se llena de pensamientos sobre lo que acaba de suceder. Los latidos de los corazones de mis bebés siguen resonando en mis oídos, una melodía de esperanza que me da fuerzas para seguir adelante.Perdida en mis pensamientos, apenas noto que hemos llegado a mi apartamento hasta que la voz de mi abuela me trae de vuelta al presente.—Flavia, baja con cuidado —dice, sosteniéndome del brazo mientras salgo del taxi.—Gracias, nonna. Gracias, Matilda —digo, esperando que su visita termine aquí y poder pensar en lo que haré de ahora en adelante. Pero ninguna de las dos se mueve de mi lado—. Pensé que volverían a Alagna… —menciono confundida.—Nada de eso, cucciola mia. Nos quedaremos contigo hasta que estés mejor —responde mi abuela, con un
Leer más
04. Encantadísimo
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Milán, Italia.El abrazo de Cory me toma por sorpresa, pero enseguida me encuentro devolviéndolo con la misma intensidad. Su energía positiva y su sonrisa contagiosa me reconfortan al instante, como si hubiera traído consigo un rayo de sol en medio de la incertidumbre que siento.—¡Cory! —exclamo, apartándome para mirarlo a los ojos, con una mezcla de alegría y confusión. Su sonrisa contagiosa ilumina el umbral de mi puerta, y me doy cuenta de lo mucho que he echado de menos su compañía.—¡Fla! ¿Cómo estás, guapa? —responde con la misma calidez. Volteo a ver a mi nonna y ambas ancianas se mantienen en silencio, observando nuestra interacción con curiosidad y una pizca de sorpresa.—¡Qué sorpresa verte por aquí! —digo, sin poder ocultar mi alegría. Me aparto un poco para dejarlo entrar, y él cruza el umbral con una expresión de asombro en el rostro al ver a mis dos acompañantes—. Déjame presentarte a mi nonnaFiorella y a su amiga Matilda. Abuela, Matilda, él es Cory, un
Leer más
05. Me da miedo, Cory
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Milán, Italia.Cory se queda inmóvil, con los ojos muy abiertos, procesando lo que acaba de oír. Puedo ver cómo su expresión cambia de la sorpresa a la preocupación en cuestión de segundos. Las lágrimas que he estado conteniendo comienzan a escapar, y me siento abrumada por todo lo que ha sucedido hoy. Me tapo la cara con las manos, incapaz de mantener la compostura.—Fla... —susurra Cory, su voz llena de preocupación. Sin embargo, no se acerca, dándome espacio para respirar y calmarme un poco. Mientras mi nonna y Matilda parecen darse cuenta de la tensión en el aire y, con una sonrisa forzada, empiezan a hablar de otra cosa, intentando distraer a mi amigo.—Entonces, Cory, cuéntanos más sobre tus viajes. ¿Cuál es el lugar más interesante que has visitado? —pregunta Matilda, esforzándose por mantener un tono casual.La conversación a mi alrededor se vuelve un murmullo distante cuando me levanto de la mesa.—Perdón… necesito un momento —murmuro, alejándome hacia mi habit
Leer más
06. Maldición, Flavia...
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Milán, Italia.Salgo de la ducha y, antes de comenzar a secarme, me detengo para enfrentar mi reflejo en el espejo. La incertidumbre sobre lo que me deparará el futuro me aterra, pero por ahora, me concentro en el presente y en encontrar la fuerza para seguir adelante. Debo ser valiente y enfrentar los desafíos como siempre lo he hecho.El vapor se condensa en el cristal, difuminando ligeramente mi imagen. Aun así, puedo ver claramente que el embarazo ha comenzado a hacerse evidente con un ligero abultamiento en mi vientre, un detalle que había pasado desapercibido para mí hasta ahora. Me doy cuenta de que lo que creí que era simplemente hinchazón por colon irritable es, en realidad, el comienzo de dos nuevas vidas que crecen dentro de mí. Mis dedos trazan suavemente la curva, casi como si estuviera asegurándome de que no sea una ilusión.Después de haberme dado un largo y relajante baño, me siento más tranquila que antes. El agua tibia ha disipado parte del peso del dí
Leer más
07. Todo va a estar bien
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Milán, Italia.La piel se me eriza por completo con los recuerdos tan vívidos. Casi puedo sentir el calor de su cuerpo contra el mío y escuchar su respiración agitada junto a mi oído. Desde ese momento, mi vida ha sido un torbellino de emociones y que, de una u otra forma, la cambió para siempre.El suave sonido de la puerta al abrirse deja entrar un rayo de luz en la habitación. Giro la cabeza y veo la figura familiar de mi abuela.—Nonna —susurro, sentándome en la cama—, ¿qué haces aquí? Pensé que estarías descansando con Matilda. —Se acerca y se sienta a mi lado, su mano cálida cubre la mía con un gesto reconfortante.—Sabía que estarías despierta, cucciola mia. No podía dejarte sola con tus pensamientos —murmura con suavidad, pero llena de certeza.Mi abuela siempre ha tenido esa habilidad de saber exactamente lo que necesito, incluso antes de que yo misma lo sepa. Me recuesto contra su costado y respiro hondo, dejando que la familiaridad de su presencia me calme.—E
Leer más
08. Ya no seremos solo tú y yo
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Milán, Italia.Siento una oleada de irritación. Están hablando de mí y tomando decisiones sobre mi vida sin siquiera consultarme primero. «¿Acaso creen que soy incapaz de tomar mis propias decisiones?». Mi mirada se endurece y abro la boca para protestar, pero Cory interviene antes de que pueda decir algo.—Fla, entiendo que es mucho para asimilar —dice con su tono siempre calmado, tomándome la mano—. Pero tienes que pensar en lo que es mejor para ti y para los bebés. —Sus palabras me tocan profundamente. Respiro hondo, tratando de mantener la calma y hacer a un lado la irritación.—Lo sé, Cory, es solo que... todo es tan abrumador. —Siento las lágrimas amenazando con salir nuevamente, pero me obligo a mantener la calma—. Necesito tiempo para pensar en esto…—Y lo tendrás —asegura mi abuela—. No estamos apresurándote, cucciola mia, solo queremos que sepas que entendemos que es una situación complicada y, por lo mismo, estamos aquí para ayudarte a tomar la mejor decisión.
Leer más
09. Una mentira piadosa
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Alagna, Italia.El tiempo ha pasado más rápido de lo que imaginé desde que llegué a Alagna. Ya estamos a mediados de noviembre, el aire se ha enfriado y las hojas de los árboles se han teñido de un marrón dorado que cubre las calles. Me sorprende lo rápido que me estoy adaptando a esta nueva etapa de mi vida. Mi nonna y Matilda me consienten constantemente, llevándome a todos los rincones del pueblo, reviviendo recuerdos de mi infancia. Todo parece igual que antes, como si el tiempo se hubiera detenido. Las tiendas y los caminos me son familiares y cada día me siento un poco más en casa.Con el paso de los días, mi embarazo de diez semanas se hace más evidente. Ya no puedo esconder mi vientre bajo la ropa, y cada mañana, las náuseas se presentan con más fuerza. Hasta el aroma de la pasta dental me revuelve el estómago, obligándome a usarla lo menos posible, haciendo malabares al momento de cepillarme los dientes. El café, que solía ser mi placer matutino, ahora me result
Leer más