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Todos los capítulos de Los Hijos del Griego: Capítulo 171 - Capítulo 180
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10.El hombre ideal
Capítulo diez. El hombre idealDiane despertó más tarde de lo habitual aquella mañana, pero no le importó. La noche anterior había sido reconocida como la Empresaria del Año, se había encontrado con el extraño del bar, su padre se encontraba fuera del coma y ella se sentía extasiada debido a una de las mejores noches de sexo de toda su vida. No podía definir cuál encuentro lideraba la tabla de posiciones: el de hacía un mes o este último. Lo que sí debía admitir con certeza era que jamás se había sentido de esa forma antes; ni si quiera con Ernesto, a quien consideraba un experto en la cama. Se descubrió sola en la habitación, por lo que aprovechó para utilizar el baño. Luego, se colocó la primera camisa que encontró y se dirigió hacia la salida, puesto que necesitaba encontrar su ropa. No obstante, apenas cruzó la puerta, un delicioso aroma invadió sus fosas nasales. No dudó en seguir el camino hasta la fuente del mismo. Al llegar a la espectacular cocina, se encontró con el magn
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11.Qué hay de nuestro bebé?
Capítulo once. ¿Qué hay de nuestro bebé?El día transcurrió de forma habitual entre reuniones, proyectos y firmas. Diane no tuvo mucho tiempo para pensar en las últimas veinticuatro horas, sin embargo, la sonrisa no desaparecía de su rostro. Había comprobado el estado de su padre en la mañana y la recuperación del mismo parecía marchar sobre ruedas. Por fin, después de meses agotadores, volvía a sentir un poco de sosiego. Aunque debía admitir que desde hacía un mes muchas cosas habían cambiado en su vida y en el fondo sabía que en su mayoría se debía a un nombre. "¿Cenamos esta noche?" Apenas vio el mensaje Diane soltó una pequeña carcajada, pero su felicidad se arruinó al notar la presencia de su ex novio. —Diana... —¿Qué quieres? —le cortó ella en el acto —. Si necesitas alguna firma, déjale el documento a mi secretaria. —Diana, yo… —Ya te dije q mi nombre es Diane. No quiero escuchar nada de ti si no es sobre trabajo, Ernesto —le volvió a interrumpir de inmediato. La situaci
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12.Una pregunta indecente
Capítulo doce. Una pregunta indecente Diane puso los ojos en blanco antes de abrazar a ambos. Por lo visto, el papá celoso Fernando de la Concepción estaba de vuelta al ruedo. —Tan directo como siempre, papá. Por lo visto tu recuperación va sobre ruedas —evitó la pregunta de manera deliberada —. Entonces me iré. Les daré una última vuelta antes de ir a la casa. —Ni te molestes —objetó Ana Lucía con una amplia sonrisa —. Nosotros estamos muy bien, cariño. Tú disfruta de tu noche. Y dale mis saludos a mi chef favorito. —Los quiero — la joven demoró su partida unos diez minutos más para luego manejar hacia el restaurante. Estaba lista para degustar el menú preparado por el chef más famoso de España... y por darle de comer también.Diane contempló el letrero dorado de la entrada como sí estuviera allí por primera vez.La Corona era el restaurante más concurrido de Madrid no solo por sus exquisitos platos y la fama del chef, sino también por su perfecta localización en el centro, a
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13.Voy a comerte
Capítulo trece. Voy a comerte Diane se atoró con el trozo de carne aún sin digerir y casi escupió el trago de vino en el acto.Ella con la cabeza en las nubes y aquel descarado venía con esas... preguntas.¿De dónde diablos había salido Tyler West?Jamás había conocido nadie tan atrevido de una forma... agradable. Contradictorio, enigmático e inesperado...: eran las tres palabras que describían muy bien al inglés.'Bueno, yo también puedo jugar este juego', pensó con malicia. Era hora de divertirse...—Pues... — bebió de su copa buscando aumentar la expectación y el misterio —, me gusta el sexo sucio y duro. Que me dominen y me hagan arder.—Con que te gusta jugar con el fuego — reflexionó Tyler mientras se acariciaba la barbilla — y sexo duro... — entrecerró los ojos y entonces, rio con ganas —. ¡Ah! Casi te creo, Diane de la Concepción.—¿Qué te ha hecho dudar? — preguntó ella, disfrutando el momento.—He compartido la cama contigo más de una vez y he visto un poco de tu conducta h
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14.Mi condición para ayudarte
Capítulo catorce. Mi condición para ayudarte Los días transcurrieron de maravilla y demasiado rápido y con ellos, los encuentros entre Diane y Tyler se volvieron más frecuentes. En una semana solo habían dejado de verse un día debido a la carga de trabajo por las dos partes. Tanto la muchacha española como el chef británico eran personas ocupadas que dirigían sus propios negocios, por lo que se comprendían mutuamente y por eso podían ser honestos el uno con el otro. Él no pensaba dejar a Diane ir nunca más, en tanto ella se estaba volviendo adicta a los besos del extraño pedante, a su cuerpo, a su comida y a él en general.Una mañana Diane entró corriendo al baño de la oficina en cuanto sintió una nueva oleada de unas horribles náuseas. En los últimos días su estómago se había revelado contra sí misma con fuerza y ella apenas conseguía retener algún alimento. Todo lo que le entraba a la boca lo expulsaba por el mismo lugar. Diane pensó que de seguro debía de haber pescado algún viru
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15.El cierre del acuerdo
Capítulo quince. El cierre del acuerdo Diane se quedó quieta y no supo qué decir. Si se negaba a la exigencia de Tyler, perdería el beneplácito de los portugueses y si aceptaba..., estaría dando pie a llevar aquella relación "sin ataduras ni intereses románticos" a otro nivel. De una u otra forma correría peligro y lo más curioso de todo era que prefería tener un primer fracaso en los negocios dentro de su intachable carrera, a fracasar una vez más en el amor. Estaba un poco asustada, la increíble química con Tyler comenzaba a darle miedo. Miedo de verdad.Tyler podía escuchar la respiración de Diane a través de la línea telefónica, sin embargo, no se amedrentó ni se echó para atrás. Así que con paciencia esperó la respuesta de la joven. Estaba decidido a conseguir su objetivo, pues aspiraba a ser algo más que su amante. Las noches esporádicas de pasión ya no eran suficientes para él. Quería más... por primera vez en su vida quería más de alguien... y también se sentía capaz y digno
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16.No se puede tener todo en la vida
Capítulo dieciséis. No se puede tener todo en la vida Tyler sostuvo a Diane en cuanto se percató del temblor en las piernas dela joven.—Vamos — le rodeó los hombros con sus brazos y caminó hacia el vestidor privado para cambiarse.En ningún momento dejó de sostenerla, puesto que temía que se desplomase en cualquier momento. La preocupación se había instalado en su pecho junto a otro sentimiento, el cual todavía no podía definir con claridad.Una vez más, la joven empresaria debió aceptar la oferta del chef de conducir por ella. Se encontraba muy nerviosa. El parto de Ana Lucía se había programado para dentro de una semana. Diane sabía que su madre ya había cumplido los nueve meses, por lo que no existía riesgo de prematuridad. Sin embargo, no era lo mismo una cesárea programada que un parto improvisado. Además, habían varios factores como los pequeños traumatismos del accidente, la tensión arterial y la edad de su madre, lo cuales podrían resultar peligrosos. Por ello todo se había
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17.Lo hemos logrado
Capítulo diecisiete. Lo hemos logrado Aquella mañana todo parecía diferente. Diane no sabía la razón, pero algo en su interior le decía que a partir de aquel día, la vida le cambiaría por completo. Era ridículo y Diane se rio de sí misma al pensarlo. No obstante, al escuchar una corta frase el mundo se le puso de cabeza:—Bueno, estás embarazada...Sentía que todo le daba vueltas.—Ess...o... eso es... — titubeó sin saber muy bien cómo demonios respiraba — imposible...—Técnicamente no. Tienes de cinco a seis semanas de gestación, Diane.'La primera noche con Tyler.'Las palabras del doctor no podían ser ciertas. Ella lo había intentado por años y ningún tratamiento había funcionado. Además, recordaba haber utilizado protección aquella noche. Era imposible…, pero al ver la pequeña mancha en la pantalla, las dudas se disiparon: de verdad estaba embarazada.—Tienes un poco de anemia, la cual debemos corregir o puede ser peligrosa — escuchó la voz del médico al salir de su estado de ens
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18.La mejor cita del mundo
Capítulo dieciocho. La mejor cita del mundo... con el peor final Tyler había pensado muy bien cómo planificar la salida. Había sido todo un reto. ¿Qué podría sorprender a una mujer rica, dueña de hoteles y sitios turísticos? Al final, optó por lo sencillo.Apenas salieron los primeros rayos del sol, la citó a orillas de la Laguna del Duque, uno de los sitios más asombrosos de Madrid.La vio aparecer en el lugar pactado vestida con unos simples vaqueros, una sudadera con capucha y zapatillas deportivas a juego. Él le había recomendado llevar ropa cómoda, pero no imaginó que incluso con aquella simple vestimenta, se vería tan guapa y seductora.En más de una ocasión había idealizado a Diane de la Concepción como una diosa de la antigua mitología griega y no cualquiera: se debatía entre Hera o Afrodita, o tal vez una combinación de todas, puesto que también tenía algo de Atenea. Su sola presencia conseguía iluminar el paisaje en derredor.—Buenos días, sexi feminista.Ella sonrió al ver
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19.Señales del Universo
Capítulo diecinueve. Señales del Universo El vino se desparramó sobre la mesa al mismo tiempo que la copa se volvía añicos en el suelo. Tyler comenzó a toser para combatir la sensación de ahogo, pero la misma no desaparecía. Él simplemente no encontraba la manera de respirar. El inglés se había percatado de que el cuerpo de Diane destilaba tensión desde el primer momento en que se habían visto en la mañana y él lo había percibido. En el fondo presentía que ella necesitaba decirle algo y que tenía miedo de hacerlo a la misma vez, sin embargo, aquellas dos palabras jamás atravesaron su mente ni por asomo. Embarazada. Diane estaba embarazada. Tendría un hijo… ¡Él tendría un hijo! Porque era suyo. De otra forma ella no se lo hubiera contado así. Repetía las frases una y otra vez en su cabeza sin poder creerlo. —No sé cómo sucedió — continuó la mujer una vez superado el ataque de ahogo —. Recuerdo habernos protegido esa noche… Él también lo recordaba, aunque habían hecho el amor tan
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