Una terrible tormenta se había desatado en la vida Ángela, después de haber tenido todo con lo que siempre había soñado, ahora no le quedaba absolutamente nada.Su esposo se había ido de este mundo, dejándola llena de deudas, con una niña de solo un año, ¿Qué debía hacer? Era la pregunta, que se repetía una y otra vez, mientras seguía tirada en el piso, con su rostro lleno de lágrimas. Pero debía sacar fuerzas de donde fuera, no por ella, sino por su princesa.…Ángela.Me levanté y continué preparando el desayuno, al terminar fui por mi niña. Por hoy no pensaría en nada o eso trataría, debía procesar las cosas antes de tomar una decisión.—Lo haré bien—le dije a mi princesa.Ella me sonrió, mostrando sus pocos dientes, dando fuerza, así que, llamé a Mónica, para que cuidara de ella.Cuando Mónica llegó, la dejé con mi hija en su habitación y yo me dirigí a la mía, debía alistarme para ir al banco, pero para eso tenía que ir a la constructora por los documentos. Busqué en mi closet al
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