Las calles estaban aglomeradas de gente, era como entrar en otro mundo, algunas personas vestían de forma extravagante y otras llevaban poca ropa.—Este lugar es espantoso—exclamó Arturo.Marlon condujo hasta una disco llamado el gato negro, había una fila para entrar, pero Marlon había arreglado todo para la llegada de su jefe, así que pudieron entrar sin problema.Adentro el ruido era fuerte, las personas gritaban mientras bailaba.— Señor, tengo un lugar reservado para usted, también pedí que enviaran a la señora Fernández a atenderlo— le indicó Marlon y Arturo asintió.Arturo trago grueso al escuchar lo último, el de verdad había pensado en una manera en acercarse a ella, pero por su mente nunca pasó que algo así ocurriera…Ángela.De no creer, pero así resultaron las cosas, desde muy joven empecé a luchar para lograr mis metas, pues siempre soñé con ser alguien reconocido.Pero la vida a veces te golpea de la peor manera.Sentí que la mitad de mi vida se había ido con la muerte
Ángela se apresuró en alejarse, ya que Arturo la ponía muy nerviosa.Ella bajó rápidamente las escaleras y se acercó a la barra en donde le entregaron el pedido de Arturo, ella podía sentir una mirada sobre ella y eso hacía de su piel se eriza.…Arturo.Las cosas se estaban tornando algo interesantes, cada día mi interés hacia esa mujer crecía más.Todo lo relacionado con ella era un completo misterio, misterio que estaba dispuesto a descubrir, pero en este momento solo había algo que deseaba y era sacarla de ese lugar.La vi alejarse apresurada después de roce su mano, llevándome a pensar que ella sintió lo mismo que yo.Era realmente hermosa, de verdad que lo era y sé que no era el único en notarlo, ya que podía ver cómo más de uno no le quitaba los ojos de encima, cosa que despertó en mí algo que nunca había sentido, ¿celos?Sonreí a mí a dentro de solo pensarlo, pues yo nunca me había interesado así por una mujer y mucho menos había sentido celos.La observé dirigirse de nuevo a
Ángela se encontraba tocando fondo, sin dinero en el bolsillo y sin comida en su estómago.Pero no se rindió y empezó a trabajar como mesera en ese lugar. No fue fácil el sentir la mirada lujuriosa de tantas personas e incluso el tener que aguantar a esos hombres, propasarse con ella.Aparte de eso, se topó con uno que otro conocido de su difunto esposo en más de una ocasión, claro que negó ser ella, pues qué más podías hacer.Pero su mala racha duraría para siempre, solo debía ser paciente y nunca perder la fe. Arturo Villegas llegó a su vida como un rayo de luz cuando era consumida por la oscuridad, demostrando que la paciencia es una buena virtud.…Ángela.Es de admirar a las mujeres que trabajan en este bajo mundo, eso le repetía cada día a Viviana, que a diferencia mía, ella sí se acostaba con un, sin número de hombres cada noche.—¿Cómo has podido aguantar tantos años?—pregunte mientras la observaba vestirse.—Al principio lloraba cada vez que llegaba a casa, no era la vida qu
Arturo.Me sentía tontamente nervioso y muy ansioso, le había dejado la clara indicación a Vanesa, la recepcionista, de que me avisara cuando Ángela llegara, así que desde que llegué a mi oficina no he quitado mis ojos del teléfono.Cuando sonó, mi corazón empezó a correr a mil.—Bueno—dije tratando de sonar calmado.—Buenos días, señor, la señora Martínez va subiendo —me informó—. Pero con ella va la señorita Tatiana.Sentí mi sangre hervir, ya no sabía de qué manera hacerle entender que ya no la quiero cerca.—Lo siento, señor— se disculpó.—No te preocupes, yo me encargo—le dije antes de colgar.Tome nuevamente el teléfono y llame a los de seguridad.—Por favor, suban a mi oficina— ordené.Me levanté de mi silla y luego salí de mi oficina, unos segundo después el timbre del elevador sonó y este se abrió, mis ojos se centraron en la espectacular mujer de vestido azul, se veía tan hermosa.Pero una voz chillona, me sacó de mi sueño.—¡Cariño!—gritó Tatiana, al tiempo que hacía a un l
La química que había entre los dos era más que evidente y era algo que Ángela estaba empezando a notar, pues sentía esa electricidad que le provocaba, el solo toque de Arturo.—Pues como ves no eres el único—dijo ella con una sonrisa.Él sonrió de igual forma haciendo que el corazón de Ángela se aclara aún más e incluso sus mejillas se ruborizan.…Ángela.¿Qué clase de mujer era?, fue la pregunta que me surgió en ese momento.Cómo era posible que mi corazón se descontrola de esa manera, debía estar loca, Mauro solo tenía un poco más de un mes de haber muerto y yo ya estaba sintiendo cosas por otro. Al notarlo, me apresuré a despedirme de Arturo.— Muchas gracias por traerme—le dije—Te veo mañana.Me giro y subo corriendo a mi apartamento sin esperar a que él dijera algo, una vez adentro trato de calmar mi acelerado corazón.—Debe ser por él, sube y baja de emociones de las últimas semanas —traté de mentirme.Cuando la realidad es que desde que lo vi en aquel lugar al cual no espero v
Más de uno de los presentes pudieron notar la manera en la que Arturo miraba a Ángela, no era una mirada cualquiera, esta mirada estaba cargada de mucho interés.—Buenos días—inicio Arturo—El día de hoy he pedido su presencia para tratar varios asuntos de suma importancia, el primero es presentarles a Ángela Martínez, quien se unirá a nuestro equipo contable desde el día de hoy.Las miradas nuevamente se dirigieron a Ángela, quien se puso de pie, dejando que todos la apreciaran, ese elegante traje, no solo la hacía lucir profesional, sino que se veía muy hermosa.—Buenos días, es un placer, mi nombre es Ángela Martínez y espero que hagamos un excelente trabajo junto—se presentó.—Bienvenida—dijo David—Mi nombre es David Villegas, vicepresidente de la compañía y hermano de Arturo.—Muchas gracias David, es un placer—le dijo Ángela con una hermosa sonrisa que cautivo a más de uno de los presentes.…Arturo.Estuve bastante molesto durante la reunión, el ver como todos miraban a Ángela d
Las palabras de Arturo, eran firme y sinceras, cosa que le causaba más dolor a Tatiana, quien no estaba dispuesta a dejarlo ir.— ¿Desde cuándo? ¿Por qué no me lo dijiste antes? —reprocho ella.—Tatiana, puedo entender que estés dolida, pero no tenía por qué hablarte de un asunto que no te compete y si lo hago ahora es para que de una vez por toda dejemos este asunto atrás—le dijo él.—Como puedes ser tan cruel—el sollozo de Tatiana se podía escuchar con claridad—Te he amado por años y tú simplemente me haces a un lado.— Y qué quieres, que me obligue a sentir algo que no siento y que sé que nunca sentiré—dijo ya irritado.Arturo se levantó del sofá con la idea de irse, pero Tatiana lo sujeto por el brazo.—Por favor, no te vayas—suplico ella.—Tatiana no te hagas esto—dijo él, soltándose de su agarre—Eres una mujer hermosa, cualquier hombre sería feliz de tenerte a su lado.—Pero el hombre que yo quiero eres tú—grito fuera de sí.—Pues eso ya es tu problema, ahora te pido que te mar
Damián respiró profundo para controlar su enojo, quien se creía esa mujer para hacer tal escándalo en su casa.—Yo lo arreglaré—le dijo a Alfredo y este sintió.Damián caminó a la entrada, en donde dos de sus hombres de seguridad sostenían a Tatiana de los brazos.—Pueden soltarla—ordenó.Los hombres obedecieron de inmediato.—¿Qué te trae a mi casa?—preguntó el hombre con evidente enojo.—Lamento llegar de esta forma, solo deseo hablar con usted y la señora Emilia—contestó Tatiana con dificultad.—No sé si es que no te has dado cuenta de la hora que es, mi esposa aún duerme, así que te pido que te marches y vuelvas en otro momento—Damián se dispuso a ingresar de nuevo a la casa, pero Tatiana lo detuvo.—Sé que es un mal momento, pero lo que debo decirles es de suma importancia—Tatiana sostenía la parte trasera de la bata de Damián.—Sea lo que sea, tendrá que esperar, si hay algo que molesta a Emilia es que la despierten, ahora suéltame—dijo el hombre caminando al interior de casa.T