Las palabras de Arturo, eran firme y sinceras, cosa que le causaba más dolor a Tatiana, quien no estaba dispuesta a dejarlo ir.— ¿Desde cuándo? ¿Por qué no me lo dijiste antes? —reprocho ella.—Tatiana, puedo entender que estés dolida, pero no tenía por qué hablarte de un asunto que no te compete y si lo hago ahora es para que de una vez por toda dejemos este asunto atrás—le dijo él.—Como puedes ser tan cruel—el sollozo de Tatiana se podía escuchar con claridad—Te he amado por años y tú simplemente me haces a un lado.— Y qué quieres, que me obligue a sentir algo que no siento y que sé que nunca sentiré—dijo ya irritado.Arturo se levantó del sofá con la idea de irse, pero Tatiana lo sujeto por el brazo.—Por favor, no te vayas—suplico ella.—Tatiana no te hagas esto—dijo él, soltándose de su agarre—Eres una mujer hermosa, cualquier hombre sería feliz de tenerte a su lado.—Pero el hombre que yo quiero eres tú—grito fuera de sí.—Pues eso ya es tu problema, ahora te pido que te mar
Damián respiró profundo para controlar su enojo, quien se creía esa mujer para hacer tal escándalo en su casa.—Yo lo arreglaré—le dijo a Alfredo y este sintió.Damián caminó a la entrada, en donde dos de sus hombres de seguridad sostenían a Tatiana de los brazos.—Pueden soltarla—ordenó.Los hombres obedecieron de inmediato.—¿Qué te trae a mi casa?—preguntó el hombre con evidente enojo.—Lamento llegar de esta forma, solo deseo hablar con usted y la señora Emilia—contestó Tatiana con dificultad.—No sé si es que no te has dado cuenta de la hora que es, mi esposa aún duerme, así que te pido que te marches y vuelvas en otro momento—Damián se dispuso a ingresar de nuevo a la casa, pero Tatiana lo detuvo.—Sé que es un mal momento, pero lo que debo decirles es de suma importancia—Tatiana sostenía la parte trasera de la bata de Damián.—Sea lo que sea, tendrá que esperar, si hay algo que molesta a Emilia es que la despierten, ahora suéltame—dijo el hombre caminando al interior de casa.T
Ángela.Estaba en shock, era un sueño o de verdad había pasado.Lleve mis manos a mis labios, mientras se reproducen una y otra vez la imagen en mi mente.Mi corazón aún estaba latiendo a toda velocidad, reaccione al ver que la puerta del elevador se cerraba, así que me apresure a salir.Caminé hacia mi oficina ignorando a todos los que en el camino me encontraban.Cuando entré a mi oficina solté todo el aire que tenía retenido en los pulmones.¿Qué debía hacer? ¿Qué significaba esto? ¿Por qué me había besado? ¿Qué pasaría después de esto?Eran muchas preguntas de las cuales no tenía respuesta y si a eso le sumo toda la emoción que sentía por lo que había pasado.Él me gustaba y más de lo que me podía imaginar.Era una batalla entre mi corazón y mi conciencia.La puerta fue tocada haciendo brincar del susto, respire profundo para recuperar la compostura.—Adelante—respondí.David entró a mi oficina sonriendo como si hubiese visto a su persona favorita.—Buenos días, Ángela, espero no
Ángela y Arturo estaban teniendo un momento muy apasionado, era obvio lo que sentían el uno por el otro.David entró a la oficina como de costumbre, los vio, pero ellos estaban tan metidos en lo suyo que no lo notaron.David volvió a salir con una sonrisa en su rostro sin ser notado.—Debo asegurarme de que nadie los interrumpa—se dijo así mismo.David observó todo el piso, por suerte yodos estaban concentrados en sus trabajos, pero de igual forma se quedó cerca para asegurarse que nadie interrumpiera el idilio de su hermano.En la oficina Ángela se sentía muy deseosa de seguir, pero en su mente llegó la imagen de Mauro, por lo que rompió el beso abruptamente.—Esto no está bien Arturo—dijo llena de culpa.—¿Por qué no?, somos dos personas adultas y no tenemos compromiso con nadie—Arturo la tomó del rostro para que lo mirara a los ojos—Lo que siento por ti, es demasiado fuerte, así que no pienses que es algo pasajero, deseo todo contigo.—Arturo, soy una mujer que acaba de quedar viud
Damián había llegado con esa excusa para conocer a Ángela, cuando la verdad era que estaba bastante intrigado, él quería conocer a la mujer que había enamorado a su hijo.Pues no solo había escuchado de ella por boca de Tatiana, sino que David también había hablado maravillas de ella.—No me queda más que darte la bienvenida, Ángela—dijo Damián.—Muchas gracias, señor Villegas—Ángela sonrió llena de emoción.—Bueno, no te interrumpo más—dijo el encaminado sé a la puerta—Cuídate Ángela.—Cuídese, señor y muchas gracias— Damián salió contento, pues pudo percibir que Ángela era una excelente mujer.A ocho horas de diferencia, Gloria se encontraba feliz, había viajado a los Ángeles con la pequeña victoria con el fin de que su hijo, la pudiera ver.Pero qué había pasado, como que para que su hijo la pudiera ver, no era su hijo el que según había muerto hacía un mes.…Mauro.Llevaba una vida tranquila y feliz al lado de la mujer que más he amado en esta vida, esa misma que me había dado la
Mauro sabía que todo era su culpa, pero el saberlo no le quitaría el dolor que sentía al no poder estar con su familia, esa familia que había formado con la mujer que amaba. Pero sentía que su madre no lo entendía.—No quieras culparme de tus errores, pues te recuerdo que estamos en esta situación por ti o no te has puesto a pensar la cara de Ángela si te apareciera, qué le dirías, “lo siento amor, lo que pasa es que me metí con la mujer de un narcotraficante, así que me tocó huir porque me quería matar, así que me toco fingir mi muerte, pero todo está bien, yo quiero estar contigo”— las palabras de Glorias estaban llenas de sarcasmos, pero también tenían mucha verdad.—Ese que tienes mucha razón, pero tampoco me pidas que la deje ir por qué no estoy dispuesto a hacerlo—Mauro se alejó de su madre con su hija en brazos.Escuchar eso molesto a Gloria, ella no sabía por qué su hijo se seguía aferrando a Ángela, no era más feliz solo olvidarla.…Ángela.Todo en mi vida se había tornado t
Hanna le contó a su madre con lujos y detalles lo acontecido.Gloria sentía su enojo crecer, ella había movido todas sus influencias para que Ángela no logrará conseguir un trabajo, ahora no entendía como se había podido relacionar con alguien, a solo dos meses del supuesto fallecimiento de Mauro.—Sabes quién es el hombre con el que estaba—preguntó Gloria.—Claro que sé y no me vas a creer de quién se trata—dijo Hanna—Nada más y nada menos que el empresario Arturo Villegas.—¿Qué?—soltó llena de sorpresa la mujer—Está segura de eso.—Totalmente, mamá, y no sabes cómo me enoja que esa m*****a tenga tanta suerte, un hombre como ese debería de estar con una mujer como yo—dijo llena de molestia.—No entiendo cómo pudo pasar, si lo último que supe de ella era que estaba de mesera en un bar de mala muerte—Gloria caminaba de un lado a otro—Llamaré a tu padre, después hablamos.Gloria colgó la llamada e inmediatamente marcó el número de su esposo.—¿Qué sucede, por qué llamas a esta hora?—con
Ángela se había quedado dormida con su cabeza recostada en el hombro de Arturo, él al notarlo decidió llevarla dentro de la casa para qué descansará.La casa era pequeña, solo contaba con una planta y una habitación, la cual tenía un balcón que conducía a la playa dejando apreciar su majestuosidad.Arturo la recostó en la cómoda cama de casi dos metros y la cubrió con una fina sábana blanca, ella se veía tan angelical.—Las protegeré sin importar que—le susurro Arturo mientras corría un mechón de cabello que tenía sobre el rostro—Les haré pagar todos ellos el daño que te han hecho.Arturo se quitó su camisa quedando con el dorso desnudo y se recostó a su lado con la idea de dormir, pero antes admiro el rostro dormido de la mujer que amaba con locura.Ya mañana sería otro día e iniciaría con todo el proceso para que Ángela pueda recuperar a su hija.Ángela durmió muy tranquila, al despertar en la mañana se sintió encantada al ver por el gran ventanal el mar en todo su esplendor.—¿Este