Damián había llegado con esa excusa para conocer a Ángela, cuando la verdad era que estaba bastante intrigado, él quería conocer a la mujer que había enamorado a su hijo.Pues no solo había escuchado de ella por boca de Tatiana, sino que David también había hablado maravillas de ella.—No me queda más que darte la bienvenida, Ángela—dijo Damián.—Muchas gracias, señor Villegas—Ángela sonrió llena de emoción.—Bueno, no te interrumpo más—dijo el encaminado sé a la puerta—Cuídate Ángela.—Cuídese, señor y muchas gracias— Damián salió contento, pues pudo percibir que Ángela era una excelente mujer.A ocho horas de diferencia, Gloria se encontraba feliz, había viajado a los Ángeles con la pequeña victoria con el fin de que su hijo, la pudiera ver.Pero qué había pasado, como que para que su hijo la pudiera ver, no era su hijo el que según había muerto hacía un mes.…Mauro.Llevaba una vida tranquila y feliz al lado de la mujer que más he amado en esta vida, esa misma que me había dado la
Mauro sabía que todo era su culpa, pero el saberlo no le quitaría el dolor que sentía al no poder estar con su familia, esa familia que había formado con la mujer que amaba. Pero sentía que su madre no lo entendía.—No quieras culparme de tus errores, pues te recuerdo que estamos en esta situación por ti o no te has puesto a pensar la cara de Ángela si te apareciera, qué le dirías, “lo siento amor, lo que pasa es que me metí con la mujer de un narcotraficante, así que me tocó huir porque me quería matar, así que me toco fingir mi muerte, pero todo está bien, yo quiero estar contigo”— las palabras de Glorias estaban llenas de sarcasmos, pero también tenían mucha verdad.—Ese que tienes mucha razón, pero tampoco me pidas que la deje ir por qué no estoy dispuesto a hacerlo—Mauro se alejó de su madre con su hija en brazos.Escuchar eso molesto a Gloria, ella no sabía por qué su hijo se seguía aferrando a Ángela, no era más feliz solo olvidarla.…Ángela.Todo en mi vida se había tornado t
Hanna le contó a su madre con lujos y detalles lo acontecido.Gloria sentía su enojo crecer, ella había movido todas sus influencias para que Ángela no logrará conseguir un trabajo, ahora no entendía como se había podido relacionar con alguien, a solo dos meses del supuesto fallecimiento de Mauro.—Sabes quién es el hombre con el que estaba—preguntó Gloria.—Claro que sé y no me vas a creer de quién se trata—dijo Hanna—Nada más y nada menos que el empresario Arturo Villegas.—¿Qué?—soltó llena de sorpresa la mujer—Está segura de eso.—Totalmente, mamá, y no sabes cómo me enoja que esa m*****a tenga tanta suerte, un hombre como ese debería de estar con una mujer como yo—dijo llena de molestia.—No entiendo cómo pudo pasar, si lo último que supe de ella era que estaba de mesera en un bar de mala muerte—Gloria caminaba de un lado a otro—Llamaré a tu padre, después hablamos.Gloria colgó la llamada e inmediatamente marcó el número de su esposo.—¿Qué sucede, por qué llamas a esta hora?—con
Ángela se había quedado dormida con su cabeza recostada en el hombro de Arturo, él al notarlo decidió llevarla dentro de la casa para qué descansará.La casa era pequeña, solo contaba con una planta y una habitación, la cual tenía un balcón que conducía a la playa dejando apreciar su majestuosidad.Arturo la recostó en la cómoda cama de casi dos metros y la cubrió con una fina sábana blanca, ella se veía tan angelical.—Las protegeré sin importar que—le susurro Arturo mientras corría un mechón de cabello que tenía sobre el rostro—Les haré pagar todos ellos el daño que te han hecho.Arturo se quitó su camisa quedando con el dorso desnudo y se recostó a su lado con la idea de dormir, pero antes admiro el rostro dormido de la mujer que amaba con locura.Ya mañana sería otro día e iniciaría con todo el proceso para que Ángela pueda recuperar a su hija.Ángela durmió muy tranquila, al despertar en la mañana se sintió encantada al ver por el gran ventanal el mar en todo su esplendor.—¿Este
Treinta años antes.Ramiro se había levantado como cada mañana, tomo una ducha, luego se vistió con un traje negro, acompañado de una camisa blanca y corbata negra.Cuando estuvo listo bajó a la cocina en donde su esposa Macarena preparaba el desayuno.—Buenos días, mi reina—Ramiro abrazó a su amada esposa por la espalda mientras esta vigilaba que no se le quemaran los huevos.—Buenos días, cielo—contestó ella girándose—El desayuno está casi listo.Ramiro le dio un beso en los labios, antes de alejarse de ella.—Mientras iré a ver a mi pequeña Ángela—dijo y ella asintió.Ese día desayunaron juntos los tres, como cada día, Ángela apenas había cumplido sus tres años y era la adoración de sus padres.Ramiro se despidió y se fue a la oficina en donde trabajaba como asistente del presidente de la constructora Fernández.Todo marchaba normal, nada parecía diferente, él acompañó a su jefe a todas las reuniones y citas que tuvo, solo faltaba una y era una cena con unos posibles clientes.Desp
…Gloria tomó el vuelo que la llevaría de vuelta a Barcelona, durante este estuvo pensando que hacer, debía de buscar una manera de desaparecer a Ángela, matarla quizás era la manera más rápida, pero ella quería verla sufrir, pues su odio hacia ella crecía cada día más.Después de varias horas de vuelo, por din llego a Barcelona en donde su esposo la esperaba en el aeropuerto.—Bienvenidas—les dijo el hombre.—Hiciste lo que te pedí—fue la respuesta que recibió de su esposa.El rostro de Mauricio cambio a uno muy molesto.—No me mires así—le dijo Gloria.—No voy a discutir aquí contigo—Mauricio se acercó a ella para tomar a la pequeña victoria en brazos.…Arturo.No deseaba volver, había sido el mejor fin de semana de mi vida, aunque también fue difícil el tener que contenerme y no lanzarme como un animal encima de Ángela.No sabía si ella no era consciente, pero verla llegar a la cocina con mi camisa puesta fue una tortura, se veía tan sexy, la camisa era en un tono azul claro, su b
Ángela se sentía feliz al saber que contaba con el apoyo de Arturo, algo en su interior le decía que muy pronto su pequeña estaría con ella.Lo que no se imaginaba era todo lo que estaba por venir. …Ángela.Con la ayuda Arturo, todo se agilizó, aunque pude ver qué el juez está poniendo muchos obstáculos, lo que me llevó a pensar que estaba comprado por los que un día fueron mis suegros.—Señora Martínez, el juez, ha exigido una serie de requisitos para que usted pueda obtener la custodia de su hija—el abogado me entregó unos documentos en donde había una lista.Él me exigía que debía tener un mejor lugar, así como que debía pagar el jardín, pero no era uno cualquiera, era el más caro de la ciudad, sabía que eso era obra de los Fernández, pero no les daría el gusto, quizás el sueldo no me alcance, pero algo debía de hacer.—No hay problemas, hoy mismo organizamos todo—dijo Arturo, quien me había quitado el documento para verlo—Así que quiero que mañana mismo la niña sea entregada.Yo
Ese día Ángela se arregló muy feliz, había pasado una noche maravillosa con el hombre que se había convertido en todo para ella y sumándole a eso, ese día su pequeña volvería a estar a su lado.—Me gustaría acompañarte, pero no quiero darte problemas—le dijo Arturo desde la cama.—A mí me encantaría que estuvieras ahí conmigo, pero no quiero darle razones a esas personas para que quieran quitarme nuevamente a mi hija—dijo mientras se maquillaba.—Estaré al pendiente de todo, así que por favor llama si necesitas algo—Ángela asintió.Arturo se levantó de la cama, con su pecho desnudo, Ángela lo miró con atención mientras caminaba hacia ella.—Prometo llamarte si te necesito—respondió ella y Arturo la abrazó por la espalda.—Por favor ten mucho cuidado—le pidió él.Ángela salió de su nuevo hogar rumbo a la casa de los Fernández, a las afueras se encontró con el abogado y dos agentes, quienes estarían presente durante la entrega.Ángela se sentía nerviosa y a la vez muy emocionada de volv