Deivis.-¡No quiero que me des más de tus tontas explicaciones!-Eleve mi mano y la dejé caer en su mejilla.-Señor, por favor, perdóname. Juro que no me di cuenta que el joven señor estaba dentro del auto.-Mira pedazo de estorbo, si a mi hijo le llega a suceder algo, no te va a alcanzar la vida para…En cuanto iba a terminar mi sermón mi hermana Elisa me interrumpe.-¡Ya basta hermano!-Sus ojos estaban a punto de llorar-No sigas, no quiero más violencia. Además fue mi culpa, tu me lo dejaste a mi cargo, y fallé.Pase mis manos por mi cabello y luego resopló, estaba alterado, mi hijo, mi único hijo en estos momentos se debatía entre la vida y la muerte.-Cálmate, tienes que ser un hombre maduro y empezar a entender que este proceso no será fácil–dijo Elisa.-Pero Elisa, es mi hijo, es mi bebé-Ella me abraza y de inmediato una lágrima intenta escapar de mí. Pero no la dejé salir, no voy a llorar, mi hijo me necesita.-Si, es verdad, pero recuerda que no todo está perdido, en estos mome
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