Ella va al baño dejándonos a solas.-Deivis hay algo que te quiero decir.-Dime, soy oídos tuyos.-Mi hermana, es autista-Él sonríe como si nada le pareciera extraño.-Lo sé-respondió rápidamente.-¿Cómo lo sabes?–Me impresiona este hombre.-Amor, note sus rasgos, es muy común encontrarse con una persona autista y créeme son seres maravillosos.-Si, son super tiernos–Dije mientras miraba en dirección al baño donde se encontraba Carolina.-Coral, te quiero preguntar algo–Dijo Deivis en un tono misterioso.-Dime, te escucho.-¿Vives en el portal?-Su mano apretó un poquito la mía, tanto así que dolió. Su mirada estaba un poco molesta y su mandíbula apretada.-No, ¿De donde sacas esas cosas?-Mentí y así fue como liberó su agarre.-Solo pense que vivías en ese lugar-No sé porque le interesa saber dónde vivo, y además de eso, cambia mucho su personalidad.-¿Tienes algo con esa calle?–Cuestiono y él de inmediato negó.-No, no es eso, es solo que…En cuanto iba a hablar, mi hermana llega a la
Deivis.-¡No quiero que me des más de tus tontas explicaciones!-Eleve mi mano y la dejé caer en su mejilla.-Señor, por favor, perdóname. Juro que no me di cuenta que el joven señor estaba dentro del auto.-Mira pedazo de estorbo, si a mi hijo le llega a suceder algo, no te va a alcanzar la vida para…En cuanto iba a terminar mi sermón mi hermana Elisa me interrumpe.-¡Ya basta hermano!-Sus ojos estaban a punto de llorar-No sigas, no quiero más violencia. Además fue mi culpa, tu me lo dejaste a mi cargo, y fallé.Pase mis manos por mi cabello y luego resopló, estaba alterado, mi hijo, mi único hijo en estos momentos se debatía entre la vida y la muerte.-Cálmate, tienes que ser un hombre maduro y empezar a entender que este proceso no será fácil–dijo Elisa.-Pero Elisa, es mi hijo, es mi bebé-Ella me abraza y de inmediato una lágrima intenta escapar de mí. Pero no la dejé salir, no voy a llorar, mi hijo me necesita.-Si, es verdad, pero recuerda que no todo está perdido, en estos mome
Natalia. Hasta el son de hoy, no voy a dudar que fuiste una excelente mujer, pero se canso de esta vida de infierno, una vida en la cual no podemos salir a compartir como familia, porque estaríamos expuestos a nuestra propia muerte. Por ello decidió irse lejos y empezar de nuevo.Llama muy a menudo a nuestro hijo, de hecho le envía muchísimos regalos. Alan adora a su madre, ella es hermosa tiene muy bonitos ojos son de color azul, exactamente iguales a los de mi hijo.Por un momento en mi vida, quise dejarlo bajo su cuidado, pero no… Siento que a mi lado estaría mejor.Pero con lo que acaba de suceder hoy, creo que lo mejor sería que él esté bajo los cuidados de su madre y ella estaría dispuesta a cuidar de él.Levanté la manga de mi camisa y miré las huellas de pie que llevo tatuadas en mi brazo derecho, las cuales pertenecen a Alan.Mi corazón se encogió tras recordar su voz clamando por un helado.Le encantan los helados, lamento todo esto, me dirijo al baño y me doy una ligera duc
Las vías estaban despejadas y el fresco aire de la brisa hacía volar mi cabello, a la velocidad con la que voy creo que llegaré en menos de cuarenta minutos.Luego de viajar solo unos minutos llegué a la casa en la cual Deivis me trajo aquel día, a las afueras estaban tres de sus hombres vestidos con un uniforme formal de color negro.Sus rostros eran fríos y sus mandíbulas estaban apretadas, estacioné la moto a una esquina y luego bajé dejando el casco en el cacho de la moto.-Buenos días señores se encuentra el señor Deivis?-salude con timidez y luego pregunté con un poco de miedo la verdad sus rostros no son nada, comparado con los estúpidos, inútiles hombres de hermano.-¿Quién es usted señora?-Preguntó uno.A decir verdad estos tres hombres no fueron los mismos que llegaron al club con Deivis aquella noche, estos son un poco más jóvenes.-Yo soy una amiga-uno de ellos soltó una pequeña carcajada y luego miró a los otros.-Señora vuelva por dónde vino, nuestro jefe ordenó que nadi
El hombre se acerca a mi y me toma del antebrazo, luego me hace levantar del asiento con un brusco jalón.-¡Oye que te pasa!-Le grité confusa.El parecía no entender lo que yo le estaba diciendo por ello intensificó más su agarre hasta hacerme salir de la lujosa mansión.De un brusco empujón me tiró y caigo contra el pavimento, luego me tira las rejas en la cara cerrando de estas.Que gente tan maleducada, me imagino que eso fue lo que ordenó aquella mujer.–Desgraciados–Masculle.Me las van a pagar, ya verán, de mí nadie se burla, me levanté del piso apoyando las palmas de mis manos contra el sucio pavimento, luego sacudí mi trasero ya que quedaba arena encima de éste.Salí de la villa casi que volando, no aguanté ni un minuto más en ese apestoso lugar.Por un momento tenía ganas de gritarle sus verdades, y por otro lado me sentí abusada verbalmente, creo que las preguntas de esa mujer, eran más como prestigio. Pero bueno, lo importante es que salí sana de ese lugar.No quise llegar
Elisa se levantó de la cama y con una mirada furiosa me reta.-¿Qué es lo que quieres?-Jamás la había visto así, era otra Elisa. Se aventó a mi, mientras me reclamaba con enojo.-Sabes algo, ¡Lárgate!. ¡Lárgate de la casa!-Sus ojos se agrandaron tras escuchar mi pronta e inesperada respuesta. Si, jamás la había corrido de casa, pero creo que ya fue suficiente, no la quiero ver.-¿Y para donde me voy a ir?, ¿vas a dejar en la calle a tu hermana?– Se excusó de una manera tan deprimente.-No me importa, solo quiero que te largues de mi casa-hice énfasis en casa.Ella me miró por unos pequeños segundos y luego salió de la habitación. Sus ojos denotaban irá, y su mandíbula estaba temblorosa, creo que será lo mejor, voy a llamar a papá y le diré que Elisa ya no vivirá más conmigo.Coral.-Si no te gusta la isla, entonces cancelaré la compra y elegimos otra-Me encontraba hablando con mi hermano a las afueras de la villa, estábamos tomando aire puro mientras bebía un batido de fresa.-No es q
?Dale click para al corazón y agrega la historia para más capítulos tentadores.-Me gustas mucho nena-masculla por encima de mi cuello. Puse mis manos por encima de sus hombros y con rudeza lo empuje a la cama, con sensualidad me subi a su regazo, sentí que sus manos acarician mi trasero y luego eleve mi mirada encontrándome con esos apoteósicos ojos negros los cuales votaban chispas de lujuria.-¿Qué tanto te puede gustar una simple mujer como yo?-le preguntó al mismo tiempo que llevó mis manos hacia su cabeza.-Lo suficiente como para tenerme como un pendejo ante tus pies.Solté una risa coqueta tras escuchar su respuesta, en un principio no le creía ya que con todo lo que me contó su hermana de que a él le gustaban las mujeres de buen cuerpo y que sean actrices, por eso no le creí, pero luego de escuchar cómo su corazón latía rápidamente, ese gesto hizo despejar mis dudas, al parecer le gustó.Llevo sus manos adentro de mi cabello y me dio un breve masaje, mientras que con su boca
-Ponte en cuatro-ordenó con voz demandante.Hice caso a su petición y de inmediato me coloque en cuatro, tomé un suspiro en cuanto sentí su penetración, la cual iba entrando sin previo aviso. mis ojos se echaron para arriba y mi boca se abrió, era tan inmenso el placer que no podía describir esta sensación. Sus robustas estocadas eran tan salvajes que me aferré a las sábanas mientras mi cuerpo se balanceaba hacia adelante y atrás.-¡Ah!-Exclamó como toda una perra en calor.-Te gusta?-Cuestionó con voz entrecortada.-¡Si! ¡Me encanta!-Mis palabras hacen que sus movimientos se aceleren a tal punto de dejarme sin aliento y un pequeño dolor en mi vientre indicaba que me estaba excediendo.Descanse en cuanto Deivis se detuvo.-¡Nena, eso estuvo genial!-ruge al mismo tiempo que se derrumba en la cama, tomé la sábana y la coloque encima de mi cuerpo.Mire a Deivis quien sonreía como tonto mientras miraba para el techo.-Eres una delicia, ¡Joder!-Dijo esta vez soltando una risa.Al principi