La piel de sus brazos estaba china, el escalofrío que recorría inminente su espalda también era algo digno de destacar y el corazón de Melissa, desbocado, seguía bombeando sangre ardiente a casa, a centímetros de su cuerpo. El olor que se hacía a cada segundo más intenso, también ardía fuertemente en sus pensamientos.La loba dentro de la chica aulló de placer, los sentimientos desbordantes que la acorralaban e impedían que se moviese de ese lugar sobre el colchón donde había sido recluida con el cuerpo de Forest desconcordaban completamente con el dolor y la rabia que invadía la única parte consciente de su mente.Era el asesino de su alfa, su hombre, la persona que debió darle felicidad, pero en lugar de eso era un asesino. El asesino de su padre, nada más y nada menos así que entregarse a él, a la pasión que ardía en ella más que hacerla feliz la destrozaba.Forest, movía su mano hacia la cintura de la chica bajo su cuerpo, su lobo aullaba una y otra vez en el más puro éxtasis de t
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