Dolía, dolía, tanto que ella no era capaz de saber exactamente qué lugar de su cuerpo dolía más, se abrazó a sí misma como pudo preocupada por su vientre mientras agradecía que la hubiesen lastimado en cualquier lugar que no su vientre. Abrió los ojos cuando se dio cuenta de que ya ni siquiera era de día. Tragó con fuerza mientras trataba de encontrar algún modo de no sentirse tan asustada.«Nuestro cachorro está bien, no dejaré que le hagan daño»Melissa lloró de alivio ante aquellas palabras, intentó limpiar la sangre que corría por su rostro desde la herida causada por algunos rasguños en su mejilla, pero sus manos estaban atadas, así que no había forma de que lo consiguiera.— Esta maldita zorra cree que puede venir aquí y hacer que nuestra familia se destruya — la voz de la mujer que rasguñó su cuerpo se acerca una vez más a ella — ¡Despierta maldita perra!, mírame!La chica alzó la mirada, la mujer supo como lastimarla en los lugares correctos, no solo para que sanara más lento,
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