Forest estaba pleno, su corazón estaba completamente rebosante de emoción y su lobo no podía estar más contento de tener a su luna, junto a él, acariciándola con su hocico mientras ella simplemente mostraba su garganta como símbolo más absoluto de complicidad. Un aullido movido por la briza hizo que el lobo notara que el tiempo había pasado demasiado de prisa, se puso en pie antes de sacudir la nieve que había caído sobre ambos y la loba lo miró.El alfa pudo notar la chica dentro de la mirada de aquella exquisita loba rojiza, sus ojos se movieron al objeto olvidado entre los dos y supo que aquel lindo momento había terminado. Tomó el objeto en sus fauces. La loba que observaba al alfa gimió con la más absoluta advertencia en dicho sonido, pero Forest simplemente corrió lejos con aquella loba pisándole los talones.«Nuestra luna es hermosa, es única, su pelaje es perfecto, nuestros cachorros serán maravillosos»— Nuestra luna nos odia,«Su loba nos ama, ella también lo hace, debemos m
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