Melissa se asustó, el hombre que la arrastró sobre la cama la miró por unos minutos y luego se alejó, su gesto de dolor causó mucho más dolor en la chica. El alfa se hizo a un lado, cayó sobre el colchón junto a la chica y solo entonces se dio cuenta de cuánto daño había hecho.— Esto sí que no lo esperaba — sonrío — pero ahora que lo has hecho creo que debería enseñarte la forma correcta.La chica asustada y conmocionada aún sobre la cama, ni siquiera supo cómo hablar cuando su alfa herido la tomó del brazo, ignorando completamente la sangre que escapaba de su cuerpo manchando la camiseta.Forest maldijo mientras abría la puerta secreta dentro de la habitación que antes había sido de su hermano. Melissa fue arrastrada dentro de aquel visiblemente descuidado pasadizo y cuando por fin los pasos se detuvieron, La chica quedó completamente congelada.El lugar donde se encontraba era una especie de calabozo, sabrá dios en donde, un par de celdas estaban ocupadas con unos cuantos hombres
Una semana después.El ambiente se había vuelto aún más gélido alrededor de aquella inmensa mansión donde Melissa se encontraba, aunque su alfa realmente no había hecho nada después del incidente con aquel hombre que incluso ahora la pobre chica seguía dudando si era o no una alucinación.Su pecho latió extrañamente mientras terminaba de alizar las mantas que habían sido lavadas en la mañana, como su único trabajo en aquella casa era cuidar justamente del asesino de su padre, las cosas eran mucho más relajadas, pero todos los empleados de aquel lugar parecían odiar a la pobre muchacha cada vez que la veían al pie de la escalera sentada esperando que algún trabajo surgiera.— ¿Estás muy ocupada? — la voz hizo a Melissa saltar sobre su lugar, el hombre junto a ella sonrío antes de tomar la manta que había caído al suelo sobre la nieve — hacía días que no te veía.Red sonrío antes de lanzar la sábana sucia al cesto casi vacío junto a la joven chica. Melissa sonrió un poco agradecida de q
Forest observó a la señora que servía cuidadosamente una taza de té para él. Pensó en lo complicado que había sido llegar hacia aquel lugar, pero también se recordó que era la única forma que tenía de encontrar alguna pista.— Sí que usted es el nuevo alfa King — la señora sonrió — no parece usted tan cruel como todos comentan abajo en la ciudad.— Mis enemigos han hecho hasta lo imposible para que todos me odien, pero soy un hombre determinado a no rendirme.— Lo sé, señor, no cabe duda de que usted es muy diferente a los rumores, solo hace falta mirarlo para darse cuenta de eso.— Es un honor viniendo de alguien como usted, una señora tan… Experimentada.— Vieja querido — respondió la loba frente a ella — puedes decirlo con toda confianza, han pasado cuatro generaciones desde que dejó de importarme la edad — suspiró la mujer — ¿Qué es lo que realmente necesita saber?Forest bebió de la tasa de té que había sido servida para él, degustó el dulce sabor de la vainilla, se filtraba en s
Regresar no fue fácil para Melissa, pero qué más podía hacer, se cuestionó la chica mientras los hombres en la entrada le permitían entrar una vez más a su cárcel. La chica sujetó con fuerza la caja vacía que aún llevaba en el bolsillo de su ropa y sintió el pánico correr por su cuerpo al recordar la respuesta en aquel predictor que había desechado en la basura del baño unos minutos antes de regresar. No podía dejar que nadie sospechara o encontrara dicho objeto.Al menos eso pensó antes de darse cuenta de que tenía escasamente un par de meses antes de que su vientre comenzara a crecer. La chica se detuvo en el nevado jardín de la mansión del alfa. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras trataba de alejarlas, dándose fuerzas en silencio.«Cuéntale a nuestro alfa, él nos ayudará a criar al cachorro»Melissa cerró sus ojos ante aquellas palabras, odiaba que su loba fuera capaz de hablarle cuando menos lo necesitaba. La muchacha caminó dentro de casa con prisas, se sacudió rápidamente
«Vámonos, vámonos de aquí»Melissa escuchó los gemidos de su loba, sus uñas se alargaron mientras sus piernas temblaron haciéndola caer sobre el suelo y sintió el sudor correr por su espalda mientras el pánico más absoluto la hacía jadear. La oscura habitación que rodeaba a la chica pareció de repente iluminarse, los muebles cubiertos por una tela blanca fueron completamente descubiertos y la chica vio a una niña de unos seis años sonreír frente al inmenso espejo de aquella habitación colocado justo a la ventana.«¿Deberíamos ir fuera?»La loba susurró esas palabras a Melissa, la niña sonrió antes de asentir frente al espejo y su pequeño cuerpo cambió lentamente. La pequeña pasó su lengua por esa pequeña mancha blanca que tenía justo como su madre. Dio un par de vueltas mirándose al espejo para luego gruñir feliz mientras caminaba hacia el balcón.«Deberíamos ir a perseguir al gato» «¿Oh quizás ir con papá?»«Papá está ocupado, papá siempre está ocupado…»La tristeza resonó en los pen
Melissa negó no dijo ni media palabra mientras su alfa conducía de regreso a casa, nunca pensó realmente en lo que había sucedido en su infancia, ni siquiera recordaba por qué su loba había dejado de cambiar.Cuando sus ojos se encontraron con los del hombre que conducía en el más absoluto silencio, se cuestionó realmente qué era lo que estaba sucediendo.¿Por qué querría él el colgante de su madre?¡Porque la necesitaba!Melissa negó para sí misma antes de intentar siquiera pensar en lo poco que le importaba aquel colgante, ni siquiera lo recordó antes de eso y fue por eso que Melissa se sintió forzada a pensar seriamente en esas cosas.También pensó en que aquel lobo gris que la había lastimado le resultaba familiar, no sabía exactamente por qué, pero se juró a sí misma haberlo visto antes. Entonces trató de pensar aún más seriamente cualquier cosa que su madre había dicho de aquel colgante, pero realmente no había nada que le interesara.El auto que había tardado mucho más tiempo e
Dolía, dolía, tanto que ella no era capaz de saber exactamente qué lugar de su cuerpo dolía más, se abrazó a sí misma como pudo preocupada por su vientre mientras agradecía que la hubiesen lastimado en cualquier lugar que no su vientre. Abrió los ojos cuando se dio cuenta de que ya ni siquiera era de día. Tragó con fuerza mientras trataba de encontrar algún modo de no sentirse tan asustada.«Nuestro cachorro está bien, no dejaré que le hagan daño»Melissa lloró de alivio ante aquellas palabras, intentó limpiar la sangre que corría por su rostro desde la herida causada por algunos rasguños en su mejilla, pero sus manos estaban atadas, así que no había forma de que lo consiguiera.— Esta maldita zorra cree que puede venir aquí y hacer que nuestra familia se destruya — la voz de la mujer que rasguñó su cuerpo se acerca una vez más a ella — ¡Despierta maldita perra!, mírame!La chica alzó la mirada, la mujer supo como lastimarla en los lugares correctos, no solo para que sanara más lento,
Red entró en la habitación de su tío después de asegurarse de que no estuviera en casa, lo último que necesitaba era otro enfrentamiento como el de la última vez. Había cruzado la línea mucho más de lo que pensaba, sin duda su tío tenía algo por aquella mujer y no había nada que le diera más curiosidad. Sin embargo, prefería descubrirlo mientras aún seguía vivo.Melissa alzó sus ojos hacia el hombre que había entrado en la habitación, su cuerpo dolía, así que ni siquiera fue capaz de herirse sobre la cama. Las heridas no se habían curado aún porque eran demasiado profundas y con la loba que ni siquiera quería hablar con ella de algo más de cuando decirle a alfa que estaba esperando un bebé las cosas eran mucho más difíciles.— No sé por qué mi madre hizo esto muchacha, pero realmente se pasó de la raya — la voz de aquel amable hombre reconfortó un poco a la dolorida Melissa — me disculpo por ella, realmente lo lamento muchísimo.— No tienes nada por lo que disculparte — musitó la chic