Regresar no fue fácil para Melissa, pero qué más podía hacer, se cuestionó la chica mientras los hombres en la entrada le permitían entrar una vez más a su cárcel. La chica sujetó con fuerza la caja vacía que aún llevaba en el bolsillo de su ropa y sintió el pánico correr por su cuerpo al recordar la respuesta en aquel predictor que había desechado en la basura del baño unos minutos antes de regresar. No podía dejar que nadie sospechara o encontrara dicho objeto.Al menos eso pensó antes de darse cuenta de que tenía escasamente un par de meses antes de que su vientre comenzara a crecer. La chica se detuvo en el nevado jardín de la mansión del alfa. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras trataba de alejarlas, dándose fuerzas en silencio.«Cuéntale a nuestro alfa, él nos ayudará a criar al cachorro»Melissa cerró sus ojos ante aquellas palabras, odiaba que su loba fuera capaz de hablarle cuando menos lo necesitaba. La muchacha caminó dentro de casa con prisas, se sacudió rápidamente
«Vámonos, vámonos de aquí»Melissa escuchó los gemidos de su loba, sus uñas se alargaron mientras sus piernas temblaron haciéndola caer sobre el suelo y sintió el sudor correr por su espalda mientras el pánico más absoluto la hacía jadear. La oscura habitación que rodeaba a la chica pareció de repente iluminarse, los muebles cubiertos por una tela blanca fueron completamente descubiertos y la chica vio a una niña de unos seis años sonreír frente al inmenso espejo de aquella habitación colocado justo a la ventana.«¿Deberíamos ir fuera?»La loba susurró esas palabras a Melissa, la niña sonrió antes de asentir frente al espejo y su pequeño cuerpo cambió lentamente. La pequeña pasó su lengua por esa pequeña mancha blanca que tenía justo como su madre. Dio un par de vueltas mirándose al espejo para luego gruñir feliz mientras caminaba hacia el balcón.«Deberíamos ir a perseguir al gato» «¿Oh quizás ir con papá?»«Papá está ocupado, papá siempre está ocupado…»La tristeza resonó en los pen
Melissa negó no dijo ni media palabra mientras su alfa conducía de regreso a casa, nunca pensó realmente en lo que había sucedido en su infancia, ni siquiera recordaba por qué su loba había dejado de cambiar.Cuando sus ojos se encontraron con los del hombre que conducía en el más absoluto silencio, se cuestionó realmente qué era lo que estaba sucediendo.¿Por qué querría él el colgante de su madre?¡Porque la necesitaba!Melissa negó para sí misma antes de intentar siquiera pensar en lo poco que le importaba aquel colgante, ni siquiera lo recordó antes de eso y fue por eso que Melissa se sintió forzada a pensar seriamente en esas cosas.También pensó en que aquel lobo gris que la había lastimado le resultaba familiar, no sabía exactamente por qué, pero se juró a sí misma haberlo visto antes. Entonces trató de pensar aún más seriamente cualquier cosa que su madre había dicho de aquel colgante, pero realmente no había nada que le interesara.El auto que había tardado mucho más tiempo e
Dolía, dolía, tanto que ella no era capaz de saber exactamente qué lugar de su cuerpo dolía más, se abrazó a sí misma como pudo preocupada por su vientre mientras agradecía que la hubiesen lastimado en cualquier lugar que no su vientre. Abrió los ojos cuando se dio cuenta de que ya ni siquiera era de día. Tragó con fuerza mientras trataba de encontrar algún modo de no sentirse tan asustada.«Nuestro cachorro está bien, no dejaré que le hagan daño»Melissa lloró de alivio ante aquellas palabras, intentó limpiar la sangre que corría por su rostro desde la herida causada por algunos rasguños en su mejilla, pero sus manos estaban atadas, así que no había forma de que lo consiguiera.— Esta maldita zorra cree que puede venir aquí y hacer que nuestra familia se destruya — la voz de la mujer que rasguñó su cuerpo se acerca una vez más a ella — ¡Despierta maldita perra!, mírame!La chica alzó la mirada, la mujer supo como lastimarla en los lugares correctos, no solo para que sanara más lento,
Red entró en la habitación de su tío después de asegurarse de que no estuviera en casa, lo último que necesitaba era otro enfrentamiento como el de la última vez. Había cruzado la línea mucho más de lo que pensaba, sin duda su tío tenía algo por aquella mujer y no había nada que le diera más curiosidad. Sin embargo, prefería descubrirlo mientras aún seguía vivo.Melissa alzó sus ojos hacia el hombre que había entrado en la habitación, su cuerpo dolía, así que ni siquiera fue capaz de herirse sobre la cama. Las heridas no se habían curado aún porque eran demasiado profundas y con la loba que ni siquiera quería hablar con ella de algo más de cuando decirle a alfa que estaba esperando un bebé las cosas eran mucho más difíciles.— No sé por qué mi madre hizo esto muchacha, pero realmente se pasó de la raya — la voz de aquel amable hombre reconfortó un poco a la dolorida Melissa — me disculpo por ella, realmente lo lamento muchísimo.— No tienes nada por lo que disculparte — musitó la chic
Forest observó la pequeña figura femenina con demasiada ropa sobre su cuerpo, sabía que era difícil mantener el calor estando en un estado humano, pero aquella chica definitivamente era demasiado menuda en comparación al resto de lobos. El lobo ambarino que se sentó a su lado en aquella oculta colina hizo a Forest gruñir, el animal respondió con otro alarido y ambos cambiaron en aquel frío valle teñido por la nieve.— ¿Está todo bien?— Nadie nos vio Forest — Samuel miró a su alfa — ¿Debería seguirla?— Por supuesto que no — el alfa volvió a clavar los ojos en la figura que cada vez trataba de alejarse más — yo me haré cargo desde aquí, solo ven a la hora indicada — lo miro — ocúpate de que nadie entre a mi habitación o descubra que ninguno de nosotros estamos ahí.— Sí señor.El hombre cambió, corrió lejos de Forest mientras este mantuvo la mirada en la chica cada vez más apresurada por batallar por la nieve. Cambió cuando ya no fue capaz de verla y se obligó a mantenerse oculto entr
Forest estaba pleno, su corazón estaba completamente rebosante de emoción y su lobo no podía estar más contento de tener a su luna, junto a él, acariciándola con su hocico mientras ella simplemente mostraba su garganta como símbolo más absoluto de complicidad. Un aullido movido por la briza hizo que el lobo notara que el tiempo había pasado demasiado de prisa, se puso en pie antes de sacudir la nieve que había caído sobre ambos y la loba lo miró.El alfa pudo notar la chica dentro de la mirada de aquella exquisita loba rojiza, sus ojos se movieron al objeto olvidado entre los dos y supo que aquel lindo momento había terminado. Tomó el objeto en sus fauces. La loba que observaba al alfa gimió con la más absoluta advertencia en dicho sonido, pero Forest simplemente corrió lejos con aquella loba pisándole los talones.«Nuestra luna es hermosa, es única, su pelaje es perfecto, nuestros cachorros serán maravillosos»— Nuestra luna nos odia,«Su loba nos ama, ella también lo hace, debemos m
Las gotas de agua que caían cada cierto momento eran la única cosa que interrumpía el silencio en el húmedo baño donde, la luna y su alfa se hallaban. Era un silencio atronador y a la vez inaudible, una tormenta en calma, un simple silencio que escondía más de lo que alguna vez las palabras pudieron explicar.Melissa sintió su corazón agitarse cuando su mano se deslizó, como sabía debía hacer hacia la parte baja del hombre desnudo al otro lado de la bañera. Aquel hombre solo la miró, sus ojos clavados en la pálida piel del rostro de aquella chica que estaba más que segura se había sonrojado.La loba dentro de la chica aulló de pura emoción mientras la chica solo trataba de no pensar en cómo la hacía sentir estar de aquella manera en la misma bañera que su alfa. Melissa desvió los pensamientos libidinosos en su cabeza para pensar en que debería hacer a continuación. La muchacha sabía que debía convencer a aquel hombre de que de alguna manera había cedido a su voluntad.¿Por qué?Porque