Todos los capítulos de Una Esposa Comprada Para El CEO: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Capítulo 1. La chica que miente.
— ¡Pase, adelante! Isabella agarró el CV con sus manos un poco temblorosas, el papel aún está caliente, estaba recién impreso y ella estaba muy nerviosa por dentro, era su primera entrevista. Quería conseguir el trabajo, necesitaba esta oportunidad desesperadamente porque era muy importante para salvar a su padre y tenía que conseguir dinero cuánto antes. Pero, irónicamente, nada de la experiencia laboral que figuraba en ese papel era real, salvo su nombre, porque incluso su edad era falsa. Excepto por su fluidez en inglés y francés. Este trozo de papel era, más o menos, la mayor mentira que había dicho en su vida. Había encontrado la oportunidad de trabajo bien remunerado en un sitio web de servicios hoteleros. Era una oferta especial y urgente, no la había podido desaprovechar, por eso se apresuró a venir sin importarle nada más. — Hola Sr Ramírez, este es mi currículum. El puesto para el que me entrevisto es de personal temporal para el vestíbulo de banquetes. Los ojos del ent
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Capítulo 2. ¡Solo te ensuciarás más!
Al levantarse, Isabella recibió un mensaje desde el tutor Tomas, lo que la alegró muchísimo. "Sé que estás de mal humor. Lamento lo que pasó en tu casa. Oscar me lo contó todo. Si es posible, espero invitarte a cenar esta noche, por supuesto, también con Oscar." Este mensaje le había llegado a las 22:00 anoche, cuando ya se había quedado dormida y ahora no sabía que decirle luego de ni siquiera haberle contestado, pero no tuvo demasiado tiempo para pensar en esto cuando de repente recordó el trabajo que tenía que hacer por la noche. Este fue su primer trabajo. Además, en su situación actual, su padre estaba en quiebra y ella no podía continuar sus estudios universitarios, por lo que sólo podía trabajar a tiempo parcial. Ella ya no es digna de él, por lo que sonrió amargamente y bloqueó su número de teléfono.Ya no podía permitirse ser una chica despreocupada a la que solo le importaba ser feliz, ahora tenía otras responsabilidades y por esa razón debía olvidarse de este amor. Sin
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Capítulo 3. Podrás venir aquí y seducir a los hombres.
Sin perder más tiempo, ella se acercó rápidamente entre los guardaespaldas , pero una docena de guardaespaldas la bloquearon como una pared, ella solo podía quedarse afuera y ni siquiera podía ver el rostro del hombre.«Hablar con él? ¡Imposible! Las medidas de seguridad son tan buenas que ni siquiera el personal lo alcance. ¿Será que es un tipo feo en silla de ruedas que está desfigurado? ¿O un viejecito que ha hecho demasiadas cosas malas y tiene miedo a la represalia?» Empezó a preguntarse, confundida y curiosa al mismo tiempo.— Hola señor Meyers soy la recepcionista en el lobby de este banquete, les doy la bienvenida, el banquete comienza oficialmente a las 7 en punto y aún queda una hora de preparación. El primer piso es un bar comedor, el segundo piso es un vestidor y sala de estar privados, el tercer piso es un salón de banquetes y el ascensor gira a la izquierda ¿Tiene alguna otra necesidad? — Explicó Isabella.El Sr Meyers al escuchar esta voz se le hizo bastante familiar, m
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Capítulo 4. Una subasta secreta.
— Me complace anunciar que el ganador de este importante premio por todos sus maravillosos logros en la industria de la moda, por innovar constantemente y por cada año sorprendemos con diseños increíbles, es el señor François Meyers, un enorme aplauso para él por favor. — Pidió Isabella con una enorme sonrisa que la hacía lucir mucho más bella, esperando que se subiera al escenario un señor mayor, porque aunque ya Meyers le había dicho que estaba equivocada, ella no estaba segura si era así o no. Meyers que observó lo hermosa que era Isabella y lo mucho que se parecía a su difunta esposa sintió que su corazón se aceleraba y como era de costumbre, su asistente estaba por levantarse a recibir el premio por él, ya que él nunca estaba interesado en subir al escenario, pero como se sintió tan atraído por Isabella, negó con la cabeza y fue él quien se levantó. Con su aura poderosa y toda su imponencia Meyers subió al escenario, ante la atenta mirada de todos los presentes que no dejaban d
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Capítulo 5. Le habían puesto una trampa.
— Suéltenme. — Gritó Isabella desesperada, sin dejar de luchar, no sabía que estaba haciendo aquí ni que querían estás personas que la estaban reteniendo, pero sabía que debería salir de aquí, no podía ser algo bueno esto si no la dejaban ir. — Quédate quieta muchachita, aquí viniste a trabajar, así que más te vale que obedezcas. — Se escuchó una voz e Isabella miró hacía la persona de dónde provenía, se trataba de una mujer como de cuarenta años que observaba todo en la distancia y parecía disgustada. — Quítenle la ropa de una vez. — Ordenó e Isabella se estremeció al escuchar esto y cuando sintió que las otras tres mujeres comenzaban a rasgar su vestido, empezó a luchar más fuertemente, tratando de evitar que la desnudaran, terriblemente asustada. Su corazón latía con demasiada fuerza y sus ojos no dejaban de picar, mientras luchaba y al mismo tiempo gritaba que la dejarán en paz, pero solo consiguió con esto que las otras mujeres la golpearan y fueran más crueles, rasgando su ves
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Capítulo 6. Puedes pagarme casándote conmigo.
Isabella se sintió desesperada, tenía miedo de lo que le pasaría, de las cosas a los que los hombres que no dejaban de ofertar pudieran obligarla, estaba completamente aterrorizada, bajo un torbellino de emociones dolorosas y sin poderlo soportar más, justo en el momento en que la puerta se abrió de una patada, un hombre entró luciendo furioso con algunos guardaespaldas siguiéndolo, las piernas de ella fallaron y sus ojos se cerraron, cayendo al suelo desmayada. — Diez millones de dólares. — Gritó Meyers con sus ojos echando fuego y todos lo miraron totalmente desconcertados, como si estuviera totalmente loco, incluso Alicia no lo podía creer. Pero a él no le importaba nada más que Isabella, que estaba entre los brazos de otra de las chicas que estaban en venta, intentando socorrerla, pero aún en estás circunstancias los hombres a su alrededor no dejaban de mirarla con deseo y eso lo tenía mucho más furioso. — ¿Está seguro? — Preguntó Alicia incrédula, no tenía idea de quién era Me
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Capítulo 7. Su vida volvería a cambiar.
Isabella aún no lograba calmarse y se sentía muy dudosa con respecto a casarse con Meyers, pero después de que él la salvó, tenía que pagarle. — Vendrá en un momento, ¿Quieres algo comer o beber? — Preguntó él cuando volvió, al ver que ella aún estaba demasiado pálida. — No es necesario, gracias. — Susurró ella y los dos se quedaron en silencio, mientras Meyers simplemente la miraba. No podía quitarle los ojos de encima, en parte por ver lo parecida que Isabella era con su difunta esposa lo cual lo tenía casi hipnotizado y por otra parte, también se sentía un poco atraído por su personalidad y sus ojos, los cuales eran de un hermoso azul, diferentes a los de color avellana de su esposa, esta era otra diferencia entre ellas, pero no le disgustaba, le parecía atrayente. Cuando Meyers se levantó de su asiento para abrirle al abogado, Isabella finalmente suspiró, se sentía un poco rara con la mirada de él todo el tiempo puesta sobre ella. — Aquí tienes el contrato, puedes leerlo con
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Capítulo 8. No voy a dejarte ir.
— ¿Cómo está señorita Isabella? — Preguntó Meyers con una sonrisa imperceptible al verla subirse a la camioneta, dándose cuenta que al menos hoy ella parecía estar un poco mejor que ayer y eso lo aliviaba. Porque después de lo que pasó ayer ella debería estar un poco traumada, lo que le hicieron fue realmente malo y ahora él estaba intentando investigar que era lo que había pasado realmente, como ella había terminado siendo obligada a venderse. — Bien, gracias, ¿Y usted? — Respondió Isabella acomodándose en el asiento, aún demasiado nerviosa, se seguía sintiendo muy extraña por la manera en la que él la miraba. — Muy bien. — Dijo él y le hizo un gesto al conductor para que empezará a manejar. Cuando llegaron al registro Isabella y él bajaron de la camioneta, ella dudo por un segundo, quedándose quieta, pensando en lo mucho que su vida podría cambiar, después de todo solo tenía dieciocho años y casarse para pagar una deuda fue algo que nunca imaginó. — ¿Está dudando en hacer esto S
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Capítulo 9. Una gran tentación.
— Bienvenida a casa, ven que te presentaré a Bastian y a los demás. — Dijo François cuando entraron a su casa, él la había ido a buscar para que finalmente viniera a quedarse. Isabella que aún estaba sorprendida por la inmensa mansión y el derroche de lujos, ya que a pesar de que estaba acostumbrada a los lujos y ver hermosas casas, está mansión era la más hermosa y grande que había visto, pero al escuchar esto frunció el ceño confundida, ella había pensado que vivía solo con Bastian y el personal. Aunque observando lo enorme que era el lugar sintió que tenía sentido que él viviera también con su familia. — Está bien. — Accedió y los dos caminaron juntos hacía el salón donde habían cuatro personas sentadas en el sofá y todos los presentes abrieron los ojos de par en par al verla, como si estuviesen viendo un fantasma, lo cual confundió un poco a Isabella, no comprendía porque la miraban de forma tan extraña. — Que bueno que están todos, ella es Isabella y ellos son Carla, Mariela,
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Capítulo 10. Solo estás aquí para calentar la cama.
Cuando Isabella se despertó ya Meyers no estaba en la cama, así aprovecho para llamar a Ana para preguntar si Oscar había ido a la escuela y cuando ella le confirmó esto y le dijo que Oscar estaba bien, finalizó la llamada, se levantó de la cama y se arregló para bajar. — Buenos días. — Saludó Isabella al ver a Carla, Daniel y Mariela en el comedor, por la hora, ya ni Meyers ni Bastian estaban en casa. Mariela y Carla también trabajaban en la empresa de Myers, pero como iban a buscar a Bastian y lo llevarían a comer y luego al parque, Meyers les había dejado que se tomarán el día libre. — Así que aquí está la señora de la casa y ni siquiera se despertó a desayunar y despedirse de su esposo, se nota que no mereces el lugar que tienes. — Siseó Carla, sorprendiendo por completo a Isabella, porque aunque está mujer no había sido súper amigable había mantenido un trato cordial y ahora parecía otra persona. — Disculpe, pero no creo que eso tenga que ver con usted. — Replicó Isabella con
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