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Capítulo 2. ¡Solo te ensuciarás más!

Al levantarse, Isabella recibió un mensaje desde  el tutor Tomas, lo que la alegró muchísimo.

"Sé que estás de mal humor. Lamento lo que pasó en tu casa. Oscar me lo contó todo. Si es posible, espero invitarte a cenar esta noche, por supuesto, también con Oscar."

Este mensaje le había llegado a las 22:00 anoche, cuando ya se había quedado dormida y ahora no sabía que decirle luego de ni siquiera haberle contestado, pero no tuvo demasiado tiempo para pensar en esto cuando de repente recordó el trabajo que tenía que hacer por la noche. Este fue su primer trabajo. Además, en su situación actual, su padre estaba en quiebra y ella no podía continuar sus estudios universitarios, por lo que sólo podía trabajar a tiempo parcial. Ella ya no es digna de él, por lo que sonrió amargamente y bloqueó su número de teléfono.

Ya no podía permitirse ser una chica despreocupada a la que solo le importaba ser feliz, ahora tenía otras responsabilidades y por esa razón debía olvidarse de este amor.

Sin perder más tiempo se vistió y le preparó el desayuno a Oscar, Sonia ya se había ido temprano en la mañana y afortunadamente Ana no estaba hoy en casa, lo que la hizo relajarse mucho. No sabía cómo enfrentarse a la mujer bocazas después de lo que paso ayer en la cena.

Isabella después de que terminaran de comer, envió a Oscar al colegio y cuando llegó a la entrada, Oscar no entró directamente, sino que se volvió para preguntarle a Isabella nuevamente.

— Hermana, ¿vas a trabajar hoy?

— Sí, Oscar, guárdame el secreto por favor. 

— Dime ¿dónde trabajas? Por favor, no me lo ocultes, soy tu mejor hermanito. — Pidió el niño con una linda sonrisa, conmoviendo el corazón de Isabella.

— Trabajaré en una villa en las afueras, pero es temporal, necesitan que sea traductor temporal. — Respondió ella acariciando la cabeza del niño con ternura.

— Entonces, ¿cuándo podré decírselo a mi madre?

— Puedes decírselo a Sonia cuando te recoja del colegio, después de las cinco de la tarde. — Le respondió ella y luego de despedirse, Oscar finalmente entró a la escuela.

Isabella no tardó en aprovechar la tarde para prepararse de nuevo para su trabajo de traducción, el entrevistador le había dicho que el invitado especial era un profesional de la industria de la moda y que tenía que tomarse su tiempo para repasar de nuevo el vocabulario por si acaso.

Pronto se hicieron las cinco de la tarde y ella llegó a la mansión.

— ¡Los camareros sólo podían entrar por la puerta lateral! —Los organizadores en traje emiten gritos desagradablemente estridentes.

Isabella intentó entrar por la puerta indicada, pero el hombre rudo le lanzó una mirada despectiva, la detiene, detallando de arriba abajo la figura de ella con una mirada lujuriosa, que la hace sentir muy incomoda e inmediatamente vuelve a agarrarla por los hombros y la empuja a un lado.

— ¡Chica de la llamada especial, entra por la puerta de atrás!

— Soy la recepcionista del vestíbulo y la intérprete de francés para el cliente especial. — Aclaró Isabella frunciendo el ceño sin entender muy bien a lo que él hombre se había referido.

— Lo siento me equivoque, por favor entre Srta. Pero eso que haces se gana muy poco dinero, es una pena, con tu belleza podrías haber ganado mucho más, haciendo trabajos especiales, preciosa. — Dijo él sin dejar de mirarla con deseo.

Isabella al escucharlo de inmediato se sintió ofendida y molesta, ¿Una prostituta? ¿Este hombre le estaba sugiriendo que se prostituyera? no entendía en absoluto de qué estaba hablando. ¿Aquí hay servicio sexual? Bueno, esto no tiene nada que ver con ella.

— Isabella, que bueno que ya llegaste. — El entrevistador la vio de un vistazo en el vestíbulo y se acercó a ella de inmediato.

Mientras habla, el hombre da una lista de procedimiento de los eventos de esa gala y continua:

— Te cambiarás algunos conjuntos de ropa. Ahora familiarízate rápidamente con el proceso de los eventos de la gala. Toma este horario y ve a cambiarte ahora. ¡Consigue algunos de tus conjuntos en la habitación y la estilista te recibirá!

En la sala de espera, Isabella aprovechó el tiempo para enviar un mensaje a Sonia por razones de seguridad, sobre todo después de esa extraña sugerencia de "prostituirse". Se empezó a preocupar sin querer.

"Sonia, voy a trabajar a una finca privada en la ciudad. Firmé un contrato de confidencialidad y no puedo revelar mis responsabilidades específicas en detalle. El horario de trabajo es hasta las 8:00 de mañana por la mañana y necesito pasar la noche en el dormitorio del personal. También quiero recaudar dinero para ayudar a mi padre, ya no soy una niña mimada, puedo ayudar."

Cuando Sonia recibió este mensaje, sus manos comenzaron a temblar sin parar, algo sabía de esto, trabajar en fincas privadas requería que todo se mantuviera en secreto, sabía exactamente lo sucio que estaban jugando estos ricos, porque ella había sido una víctima.

Pensando en esto, los puños de Sonia se apretaron, cuando tenía 21 años, ingenuamente pensó que trabajar de esta manera sería suficiente para pagar los gastos médicos de su padre, pero no sabía que a pesar de ser contratada como mesera, la habían obligado a subastar su virginidad y ¡no recibió dinero!

Oscar había sido producto de esa situación, y el padre de Oscar tiene como herederos a su esposa y a su hijo mayor, y nunca reconocerá a Oscar.

Ana al ver que su amiga estaba pálida leyó el mensaje, dándose cuenta de que Isabella había hecho justo lo que le había sugerido, busco oportunidad de trabajo.

—¿Cómo es esto posible? ¿Isabella no se está preparando para postularse para la universidad? ¿Para qué va a trabajar? ¿Quién le dijo tal cosa? — Preguntó Sonia sin dejar de temblar preocupada, no quería que Isabella tuviera el mismo destino que ella.

Ana bajó la cabeza y permaneció en silencio y con esto Sonia entendió quién le había dado la buena idea a su hija.

Sonia no tuvo tiempo de enojarse, pero le susurró a Ana. — Trae aquí las llaves del auto, voy a recuperar a Isabella, ella ahora está en peligro, no tiene idea en qué situación se encuentra, Ella sólo tiene 18 años y no sabe identificar qué es un buen trabajo, ¡y nadie está dispuesto a ayudarla a identificarlo!¡Alguien la acaba de enviar al nido de los lobos!

Ana se culpó a sí misma y buscó de prisa las llaves del auto de prisa, era un poco cínica, pero su corazón no estaba mal. Las dos mujeres corrieron a la finca privada en las afueras, esperando que Isabella no cayera en la trampa.

...

Al entrar al vestuario Isabella vio que varias chicas estaban vestidas con trajes de conejita, esto la confundió y la hizo comenzar a preguntarse si era bueno que ella estuviera aquí o tal vez debería irse, porque algo no se sentía correcto.

— Este evento es muy importante y en diferentes horas de la noche vas a necesitar usar ropa diferente, por cierto no necesito recordarte la magnitud de este evento y que no debes hacer nada para arruinarlo, no muestres timidez con los clientes, sobre todo con el señor Meyers, necesitamos mantener la imagen del hotel. — La estilista explicó e Isabella un poco nerviosa asintió, así que está persona continuó explicándole lo que debía hacer antes de irse.

— Estilista, sabes algo del señor Meyers? Es que hay muy poca información sobre él en Internet. — Musitó ella, pensaba que para hacer su trabajo de mejor manera necesitaba saber un poco más sobre este invitado especial, pero en internet era muy poco lo que se podía conseguir de él.

— El Sr. Meyers es el mayor invitado a esta fiesta privada y, por supuesto, probablemente traerá a su mujer y a sus hijos.

— Entonces está casado.

— Claro! Se caso hace 30 años, Por favor, está en sus cincuenta.

Isabella tomo un gran respiro, cree que este cliente tiene más o menos la misma edad que su padre y no debería ser difícil llevarse bien con él.

Isabella muy nerviosa se cambió según las instrucciones, primero se puso el traje blanquecino y se quedó de pie en el mostrador de recepción, para esperar a los invitados, por lo que las personas podían darse cuenta de que ella era una empleada fácilmente.

Pronto comenzaron a llegar los invitados y entre ellos un rostro familiar que, al verla, de inmediato se acercó.

Isabella se encogió inmediatamente porque odiaba a esta persona de principio a fin. Se llama Laurence, es un mujeriego que la persiguió durante varios meses, pero ella nunca accedió.

— ¿Isabella? ¿Eres realmente tú? ¡Guau! ¿Trabajas aquí? Ah sí, había olvidado que tú padre ahora está en la cárcel y ya no tienes dinero, es una lástima, ya no eres digna de ser mi novia. —el tono de Laurence se volvió muy emocionado y la miro con depravación.

— Por favor, no se pare en el pasillo, Sr. Laurence. Estoy trabajando. — Dijo ella, tratando de no perder más tiempo con esta persona molesta.

— ¿Necesitas mucho el dinero? ¿No? Nuestra señorita de orgullo en fin llega a ser una sirvienta jajaja. Dios es justo con todos, ¿no? puedo echarte una mano porque somos amigos, claro que todo tiene un precio y debes acompañarme está noche en mi cama y te daré el doble de lo que puedes ganar aquí. — le susurro al oído de Isabella, con una sonrisa de victoria, creía que ahora tenía el derecho a tratarla como le diera la gana.

— Sigue soñando, nunca me acostaré contigo, me das asco. — Replicó Isabella totalmente disgustada por su simple sugerencia, él nunca le había gustado, ni siquiera cuando era amable con ella, ahora menos que la trataba así.

— Quieres fingir ser digna y estás en un sitio como este, solo eres una perra más y tendrás que dejar que hombres viejos como mi padre hagan lo que quieran contigo, tendrás que complacer a muchos ¡Solo te ensuciarás más! Voy a darte una lección ahora mismo, perra tonta. — diciendo eso, Laurence extendió la mano furioso, no entendía como ella era capaz de negarse cuando igual tendría que estar con hombres mayores que él y viejos, odiaba que a pesar de todo volviera a rechazarlo y estuvo a punto de golpearla.

—¡No la toques! —Se escuchó una voz en la puerta nuevamente, y otro hombre se acercó directamente.

Se trataba de Tomas, el tutor de Oscar y a quien Isabella había bloqueado recién.

Lo que no podía entender era porque él estaba aquí, nunca había escuchado que la familia de él fuera una de las poderosas del país, como eran casi todas las que estaban participando en el evento.

— ¿Ese es tu nuevo novio Isabella? Entiendo que ahora ya no eres digna de alguien como yo, pero deberías buscar al menos a alguien que te pueda ayudar, porque se nota claramente la baja clase de él. —Siguió provocando Laurence e Isabella sintió como su rabia crecía en su interior, pero antes de que pudiera decir algo, alguien más habló.

— Tomás, mi amor, ¿qué haces ahí?, ¡ven aquí! — Se escuchó la voz de una mujer e Isabella sintió que está era un poco familiar. Pero no sabía quién era ella.

—Discúlpeme señorita Isabella, mi novia me está llamando, las presentaré más tarde. — Se despidió Tomas antes de comenzar a alejarse e Isabella de inmediato sintió como su corazón se apretaba.

Isabella pensó en su reacción excesiva de bloquear su número. Ahora entendía el motivo por el que Tomas le había pedido hablar con ella a solas, tiene novia entonces quiere que ella deje de hacerse ilusiones y se aleje de él.

Los tres se alejaron e Isabella se advirtió a sí misma que debía ser profesional y tranquila, y tratar a esas dos personas como si no existieran, no importaba cuán molesta estuviera, tenía que ignorarlos. Forzó una sonrisa y de repente hubo una conmoción afuera de la puerta.

Una gran cantidad de guardaespaldas entró corriendo por la puerta y se escuchó el sonido de cámaras haciendo clic y tomando fotografías.

《¿Pero no es esto un banquete privado?, ¿por qué se permiten las fotografías? 》Isabella inconscientemente se asomó y vio a una docena de guardaespaldas de más de 1.9 metros de altura y con gafas de sol abriendo el camino, lo que fue aún más exagerado fue que incluso la alfombra roja por la que caminaban había sido arrancada y reemplazada por una más llamativa y espaciosa.

El visitante era bastante grandioso, así que tal vez necesitaba saludarlo. Pensando en esto, Isabella rápidamente ajustó su postura y mostró una sonrisa falsa profesional, pero aún así se quedó allí y estaba lista.

— La intérprete, señorita Isabella, por favor suba. ¡Vaya inmediatamente al frente para recibir al Sr. Meyers, el CEO que ha regresado de París! —El gerente que estaba a su lado rápidamente le ordenó que siguiera la cola de los guardaespaldas.

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