Cinco años después:Macarena caminaba bajo el manto de la noche, no había estrellas ni luna que guiaran sus pasos, parecía que incluso el cielo se había olvidado de ella, no estaba segura de lo que estaba a punto de hacer, mejor dicho, no quería ni pensarlo, sentía el frio calar sus huesos, pero no era el clima, eran sus nervios.Decir que su jefe era guapo, era un insulto, Mateo Zabet era hermoso, con un aura imponente, mentiría si dijera que nunca lo vio con interés, pero no era solo por ser su jefe, del momento que Macarena consiguió el trabajo de la chica de los recados quedó impresionada, aquel hombre le hacía recordar tanto a Stefano Neizan, el primer hombre que amo, el primero que la lastimo, el padre de su hija, era ridículo que ella encontrara algún parecido entre ellos, su cabello era lacio y el de Stefano ondulado, Mateo tenía una estatura normal para un hombre fornido, mientras Stefano media casi dos metros la última vez que lo vio, pero había algo en el brillo de sus ojos
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