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Todos los capítulos de La viuda, de mi amigo.: Capítulo 11 - Capítulo 20
23 chapters
once.
Leonardo:No, no estaba dispuesto a quedarme con ella y que solo se conformara con ver los lujos que los demás tenían, yo podía darle todo eso y más, salir de la mansión de Alexander, escuchando como me llamaba a gritos fue lo más doloroso que he hecho, pero debo mostrarle a Florencia de que puedo protegerla de su pasado y para eso necesito dinero.Pero al final del día, nada cambio, todo un día perdido, golpeando puerta tras puerta de los que una vez considere mis amigos, todos y cada uno me dieron la espalda.Dicen que una persona que deja a su familia y rompe un compromiso de tantos años por una mujer insignificante, no es nada confiable, y es ahí cuando me doy cuenta de que ellos no saben una mierda del amor.Nadie podría entenderme y me sentía tocando fondo.— Ahogar los problemas en una copa no es buena idea.— Alexander, ¿qué haces aquí? — Hace media hora que decidí entrar en este bar, y tomarme un tiempo para pensar... y beber solo, pero para mi sorpresa Alexander Scott está
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doce.
Leonardo:Me estoy volviendo loco, a Florencia la está revisando el doctor de Alexander, mientras volvía a la mansión la familia de Camila se comunicó conmigo, para informarme que alguien la había atacado por no querer dar el paradero de Flor, estoy seguro de que es el narcotraficante que está obsesionado con mi hada.— No debe preocuparse por nada, fue algo emocional, lo que provocó el desmayo de su esposa, solo necesita descansar un poco.— Bien, gracias doctor.— Permítame acompañarlo doctor.— Gracias, Amara, hasta luego señor Leonardo, señor Alexander. — Con un estrechamiento de mano el doctor se retiró de la habitación, mientras yo veía a mi esposa en la cama aún dormida.— Tranquilo Leonardo, ellas están bien, lo dijo el doctor. — trata de tranquilizarme Alex, pero es imposible, no hasta que vea sus hermosos ojos abierto una vez más.— Sí, lo sé, pero no entiendo ¿qué fue lo que pasó? ¿porque estaba empacando?— Deberás esperar a que despierte para saber.— Mi padre, ¿a que fu
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trece.
Florencia:Termino de cantar y escucho los aplausos y acto seguido Bill y Amara me abrazan, pero la alegría del momento se opaca cuando veo a Leonardo salir del salón y detrás de él ella, la bruja de Charlotte, su ex.No puedo solo quedarme aquí, ¿verdad? ¡¿Que hacía esa mujer persiguiendo a mi novio?!— Flor. — Alexander trata de interponerse en mi camino, pero lo evito con facilidad y es que me está llevando el mismo diablo.— Ahora no Alex. — Paso de largo, casi sin mirarlo para encontrarme a mi novio y su ex demasiado cerca, entonces me detengo al escucharla.— Cariño, no seas tan pervertido, claro que podrás hacerme eso y más.No doy crédito a mis ojos, ¡ellos no pueden estar besándose!— Leonardo. — fue lo único que pude decir antes de que él comenzara a balbucear idioteces.Salí de ese lugar, casi corriendo, mi intención era irme a casa de Amara, pero una mano sostuvo mi brazo y me llevo de regreso al salón y de allí hacia uno de los pequeños balcones del lugar.— ¿Qué haces A
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catorce.
Leonardo:Me desperté en el hospital, mientras el doctor me revisaba, después de contestar sus preguntas y ver sus gestos sé que algo no está bien.— Florencia, cariño, necesito que llames a Alexander. — le digo lo más calmo posible.— ¿Para qué?, no te voy a dejarte lo llamaré luego.— Ve ahora, ¿sí?, no quiero que estés sola, estás embarazada, solo así estaré tranquilo.— Ok. ¿Doctor podría decirme que le pasa?— Flor, después hablas con él, ¡¿ahora podrías hacer lo que te pido?!— De acuerdo, pero no te alteres.Flor sale de la habitación y me siento como la mierda por gritarle, ¿porque no puedo controlarme?— ¿Este tipo de situaciones pasa seguido señor Roth? es decir el cambio de humor.— Si doctor y créame no soy una persona que grita, y menos a mi prometida, es solo que exploto por momentos, el dolor de cabeza es insoportable, creo que es por eso.— Bien, deberá permanecer ingresado unos días, para hacer un chequeo completo.— Doctor, todo lo referente a mi salud, solo me lo di
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quince.
Leonardo:Veo a mi hermosa mujer caminar hacia la recámara, y también observo como los ojos de Alexander la siguen.— Es sorprendente su voz, ¿verdad? Ella te hechiza cuando canta. — decido cortar el silencio que quedó flotando por la partida de mi mujer.— Sí, realmente es como el canto de las sirenas, te hechiza, aunque no quieras.— Ja, no, las sirenas te embrujan para llevarte a las profundidades del mar y ahogarte en ellas, Florencia es como un hada, te guía al paraíso más hermoso, te hace olvidar cualquier pena, te hace latir el corazón, te vuelve a la vida, es la felicidad hecha persona. — Alexander me miraba en silencio, con esa comprensión de saber muy bien a lo que me refiero, y es que él estaba hechizado con mi chica, y ... eso estaba bien, ¿no?— Alexander, tengo que pedirte algo, algo muy importante.— ¿Qué es?— Quiero que me prometas que cuidarás a mi hija, como si fuera tuya.— ¡¿De qué hablas?! - Era divertido ver la confusión en su rostro, pero esta situación y mi pe
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dieciseis.
FLORENCIA:Estaba segura de que era eso, Leonardo se arrepentía de estar conmigo, perdió todo por mí, su familia, sus amigos.— ¡Están aquí! Vamos es tiempo de que abras tus regalos. — La voz de Amara tranquilizó a Leo y me sacó del camino de mis pensamientos.— ¡De que hablas! No lo haré. — la cara de horror de Alexander es algo digno de ver.— Por favor, en realidad debes abrir uno, el que Florencia eligió para ti, o tú serás el responsable de lo que le pasé. — Dios, nunca había pensado en eso, el pobre cachorro hace 2 horas que está en esa caja, aunque tenga agua y agujeros, no es nada lindo estar encerrado.Leonardo comenzó a caminar con Amara, mientras Alex y yo los seguíamos.— Tú elegiste un regalo… ¿para mí? — la voz de Alexander suena extraña, pero no me permito quitar mis ojos de Leonardo.— Sí, es para agradecerte por cuidar de mi mientras Leo estaba en el hospital y por tu cumpleaños obviamente.— Gracias. — Lo dijo tan despacio, que casi no lo logró escuchar.Al lleg
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diecisiete.
Florencia:Miro a mi pequeña que ya tiene un mes y no puedo creer lo parecida a su papá que es.Su cabello negro, su piel un poco bronceada, salvo el color de sus ojos que son como los míos, celestes con motas de verde, tienen el mismo color del lago donde me entregue a su padre la primera vez.— Nuestra hija será la más hermosa de esta ciudad. — dijo llena de orgullo.— Ella es la más hermosa, del mundo y si aprende a cantar como la madre ... grr tendrá a demasiados pretendientes detrás de ella. — La cara de sufrimiento de Leonardo me daba mucha risa.— Sabes, ella es tan hermosa... que nadie se puede resistir cuando la ve, mira incluso Alexander que juro que jamás la tomaría en brazos hasta que no sea más grande y " resistente" anoche no había forma de que la dejara en su cuna, alegaba que se despertaría, como si no notáramos que estaba embobado mirándola.— ¡Eso es! Ponle el vestido más hermoso que tenga, iremos a ver a mis padres.— ¿Que? ¿Estás seguro que sea una buena idea?—
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dieciocho.
Florencia: No sé cuánto tiempo pasó, Leonardo se fue y nuestra pequeña despertó en ese momento, me obligué a mantener la calma mientras la volvía a mecer, para que durmiera un poco más, y una vez que lo conseguí, volvía al comedor, mientras comencé a recoger todo, mis lágrimas comenzaron a salir y junto con ellas toda la frustración que había guardado con cada grito de Leonardo.Entonces exploté, comencé a arrojar la poca loza que no se había roto, y a gritar tan fuerte que mi garganta dolía, fue por eso por lo que no escuché la puerta abrirse.— ¡¿Por qué?! ¡MALDICION! ¡¿POR QUE?! ¡¿DONDE ESTA DIOS, POR QUE ME CASTIGAS ASI?!Estaba a punto de cometer la peor estupidez del mundo, porque es verdad, lo que estaba a punto de hacer solo era la salida del cobarde, terminar mi vida, para no afrontar la enfermedad del hombre que amaba, dejar a mi hija totalmente desamparada, solo... en ese segundo no pensaba, solo quería terminar todo, llevarme conmigo los dulces recuerdos y terminar con el
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diecinueve.
LEONARDO:Mi pequeña Agustina, comenzó a despertar, así que me levanté para atenderla, la alimente y cambié, luego la acosté y comencé a mecerla para que durmiera nuevamente, a cambio ella me regaló la más hermosa sonrisa que eh visto en este mundo, aún más linda que la de su madre.— ¿Leo?— Aquí estoy, solo me ocupaba de nuestra hija, ven, vuelve a dormir.Ya estaba amaneciendo, cuando ella cayó rendida en mis brazos y la acune, deseaba protegerla, pero ahora era una persona débil nuevamente, la adrenalina abandonó mi cuerpo y en su lugar llego el tan esperado dolor que me aquejaba, ¿era lógico pasar de estar en el cielo al mismo infierno?No dejaría que este momento se arruinará, Dios concédeme solo un poco de tranquilidad unos minutos más, por favor, déjame dormir a su lado una última vez.El sonido de su voz me sacó de mi plegaria.— Yo vivo por ti mi Leo. — La miré creyendo que estaba despierta, pero me di cuenta que dormía, con una paz y calma que hacía mucho no veía.— Tú por
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veinte.
Florencia:Estaba sumida en una pesadilla, de esas en las que parece que despiertas, pero no es así, sigues en el mismo sueño horrible, una y otra vez.Para ser honesta, no había nada aterrador en esta pesadilla, sino todo lo contrario, estaba en un bosque maravilloso, rodeada de esculturas talladas en los troncos, sabía dónde estaba, con Leonardo siempre íbamos a ese lugar, era el bosque tallado del Bolsón, en Argentina, pero esta vez estaba sola, por más vueltas que daba, no veía a nadie, entonces me desperté, o eso pensaba, ahora estaba en nuestro lago, ese donde hicimos el amor la primera vez, con aguas frías y cristalinas, producto del deshielo patagónico, pero la escena se repetía, corría y corría, solo para darme cuenta que está sola, completamente sola y la desesperación se adueñaba de mí, hasta que escuche su voz.— No estás sola amor, solo es la tristeza que no te deja ver lo que tienes.Giré para ver un paisaje totalmente distinto, pero que también conocía. Era la playa, en
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