La mujer entró, y miró tal escena, lanzó un grito aterrorizado, Evana tocaba su herida, evitando que la sangre siguiera fluyendo, tenía miedo, se sentía cansada, el dolor ardía hasta sus entrañas, pero pensó que era su último momento, él iba a matarla, estaba segura. Álvaro se distrajo con Nicol, suplicando que llamará a la ambulancia, cuando se giró Evana no estaba, la puerta resonó con su salida, intentó ir por ella, la vio correr, se desesperó, y la persiguió. Estaba seguro de que, si esa mujer hablaba y lo denunciaba, él estaría acabado, todo por lo que luchó se vendría abajo. Su abuela no lo elegiría presidente de la empresa Ford, además, acabaría en la cárcel. Corrió con más fuerza, pero no vio a la mujer por ningún lado, siguió su instinto, avanzando por una calle, sin saber que Evana se escondía tras un bote de basura, como un animal herido y asustado. Ella sabía que eran sus últimos momentos, estaba sangrando mucho, si llegaba a perder más sangre, iba a morir, sollozaba
Leer más