Mi mamá, llegó con su novio temprano, preparó la cena. Max, no se sumó con nosotros. Ellos hablaban de trabajo, pues en ese lugar se conocieron. Terminamos de cenar, marché hacia mi habitación, puse una película para ver, pero en algún momento me quedé completamente dormida. Luego un fuerte gruñido me despertó, ¿qué diablos fue eso?, no debía sorprenderme, teniendo a un lobo como mascota. Salí de mi habitación, marché hacia la cocina a tomar un vaso de agua y ahí lo ví. Era el enorme lobo blanco, estaba mirándome, me quedé inmóvil, tratando de controlar mis nervios. ¡Maldición!, dije y mis lágrimas comenzaron a caer cuando lo veo acercarse a mí. Miró hacía mi alrededor para ver si hay algo para poder defenderme, pero no creo que tenga oportunidad con semejante bestia. Correr es inútil, ni de modo que ingresé a la habitación del idiota de Max... la bestia me muestra sus afilados dientes, no tengo opción. Corrí con todas mis fuerzas, y me encerré aquí muy asustada.¡Ay, Dios ayúdam
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