62. “Te encontré.”
Y el aferre a su hijo es inminente, porque no hay ningún motivo ahora que le genere tranquilidad. Antonio es la única persona en la tierra a la que tanto miedo le ha tenido. Ese pasado oscuro, lleno de mentiras y dolores, se había quedado donde pertenecía, en el pasado. Y ahora, un presente irradiando esperanzas, una vida que nunca imaginó desde pequeña y mucho menos al lado de Antonio, se ve eclipsado por su simple nombre. María Teresa se vuelve a girar hacia Roselia y trata de sonreír. —Hiciste muy bien en no dejarlo pasar. Desde ahora pondremos más seguridad al apartamento —se acerca hacia Roselia para darle una sonrisa—. Te prometo que una cosa como esa no volverá a pasar. —Ah, señora, pero ese hombre no me daba buena espina. Su mirada era extraña, pero sólo pensé en Angelito —Roselia y María Teresa comienzan el rumbo hacia la salida—. ¿Hay algo que desea que haga yo? —Sólo que sigas estando alerta ante cualquier cosa, y si es necesario colocarte un guardaespaldas, lo haré. Ha
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