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Todos los capítulos de La loba perdida : Capítulo 1 - Capítulo 10
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Capítulo 1
— ¡Me cago en la …! — maldije mientras buscaba a ciegas mi teléfono móvil para apagar la alarma. Eran las 6 de la mañana y ya era hora de levantarme para ir al instituto — ¿Ya es lunes de nuevo..? — gruñí dejando caer la cabeza con desgana y cansancio en la cama: mis largos rizos se desparramaron y rebotaron como si fueran pequeños muelles rebeldes por toda la almohada.Odiaba el instituto. Odiaba tener que ir a clase y estudiar, odiaba tener que ver a los compañeros, odiaba como me trataban."Pero eso es porque te dejas pisotear. " Dijo esa molesta vocecilla en mi cabeza. "Si me dejases tomar el control, las cosas serían muy diferentes".— ¡Oh, cállate! ¡Déjame en paz! No existes, sólo eres producto de mi imaginación, de mis delirios y de mi trauma, no voy a prestarte atención. — murmuré asqueada. Había pasado una mala noche y no me apetecía tener que lidiar con mi locura… bueno, nunca me apetecía, pero hoy especialmente me apetecía menos."Lo que tú digas, Mar, pero en el fondo sabes
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Capítulo 2
El instituto estaba cerca de casa, pero aún así, caminé durante casi 20 minutos. No me gustaba coger el camino directo: había demasiada gente mirándome de forma demasiado incómoda. Prefería callejear y evitar tantas personas como pudiera. El instituto para mí era una pesadilla: debido a mi problema, muchos me marginaban, pero había un pequeño grupo que se burlaba de mí todo el rato. Además, si no huía pronto y se juntaban varios, me pegaban. En realidad, podía defenderme, con mi fuerza, mis reflejos y las clases de artes marciales que recibí durante varios años, no tendría ningún problema, pero no lo hacía. Temía perder el escaso control mental que tenía, ya que cuándo me golpeaban, la vocecilla de mi cabeza sonaba enfurecida y exigía sangre. Si me defendía, quizás me pasase de fuerza y alguien terminase gravemente herido. Así que era mejor recibir los golpes sabiendo que en un rato estaría curada, a mandar al hospital a alguien sin querer. Lo único que hacía ligeramente agradable e
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Capítulo 3
— Perdona, no te habíamos visto — dijo burlonamente una voz femenina que por desgracia conocía muy bien. Maldije en mis adentros y busqué rápidamente una posible salida, por si pudiera huir corriendo. Había una salida cerca pero no estaba a mi alcance: estaba justo detrás de mis agresores y sabía que no se conformarían con ésto. Tragué saliva con fuerza. Sólo me quedaban dos opciones: luchar y quizás enviar a alguno al hospital o dejar que me pegasen. Ninguna de las opciones me gustaba.— Lo siento mucho… iba distraída. Ha sido culpa mía. — dije mirando al suelo para evitar provocarlas — si me disculpais… tengo prisa y…Ellas se rieron con fuerza. Odiaba esa risa con toda mi alma. Casi al instante, sentí que Sahira (no sabíamos el motivo de que llamase así a la voz, quizás fuera el nombre de algún familiar o de mi madre) se acercaba bastante enfurecida. Era una sensación extraña, pero no podía centrarme en eso: en estas situaciones, ella exigía sangre y eso era algo que no podía dejar
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Capítulo 4
La semana pasó más rápido de lo que esperaba, y sin darme cuenta, habíamos llegado al día de la excursión.La verdad es que mis compañeros del instituto estaban muy emocionados, ya que era lo único de lo que se hablaba en el pasillo. Después de aquel feo encuentro con Rose y su grupito, Sahira había estado muy callada, algo que agradecía. Ellas tampoco me habían vuelto a molestar, lo que era todo un milagro. Parecía que daban más importancia a la excursión, aunque sospechaba, por el tipo de conversaciones, que sólo querían ser el centro de atención (y follarse a algún nativo de allí, por lo que había escuchado una vez).Como yo iba a ser la excepción y pasar las noches en la cabaña, había decidido llevar ropa cómoda pero que me permitiera realizar cualquier movimiento. Eso incluía unas mallas ajustadas, un sujetador deportivo y una sudadera, todo de color negro. Había pensado en usar la típica ropa de camuflaje, pero... decidí que sería mejor atarme varias hojas: así también se me pega
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Capítulo 5
Seguí a Alfred hasta un coche de lujo. Pensé que pasaríamos de largo cuando sacó el mando y abrió el coche. Me quedé quieta y muy sorprendida, no esperaba que tuvieran ese tipo de coches. Alfred se giró hacia mí y soltó una carcajada.— ¿Nunca habías visto un coche?— Uno tan caro, no. — Entonces será todo un placer darte tu primer paseo en el. — dijo de forma burlesca. Pasaron unos segundos en los que no me moví — ¿Pasa algo?— No, nada... es sólo que me da miedo mancharlo. Mantener esa tapicería limpia debe costar una fortuna. — dije con timidez. — Normalmente no está tan limpio, no te preocupes. — dijo riéndose — Lo hemos preparado especialmente para ti. Aunque si te resulta incómodo, podemos llamar a un taxi... pero eso no se incluye en el curso y el instituto tendría que pagarlo. — ¿Qué? ¡No, no! Ahora mismo me subo. — dije alarmada y corrí hacia el asiento trasero. Lo último que necesitaba era hacer un cargo al instituto que tendrían que pagar todos los padres. La vuelta a la
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Capítulo 6
Un maldito y estruendoso ruido perforó mis tímpanos de forma repentina, sobresaltándome en la cama.— ¿Pero qué diabl..?No pude terminar la frase porque algo se había abalanzado sobre mí, inmovilizándome... y al segundo siguiente, sentí algo frío y afilado en mi garganta."¿Luchamos? Si mueres no me sirves de nada" escuché decir a mi locura con una clara sed de pelea. "Puedo matarlo para que las dos vivamos".No pude llegar a dar una respuesta, porque sentí, de forma repentina, esa oleada de adrenalina que sentía cuando Sahira entraba en batalla. Así que no me lo pensé y dejé que ella actuase: agarré con las dos manos el brazo que sujetaba el cuchillo, me agaché y me giré en un movimiento tan rápido que a mi captor no le dió tiempo de reaccionar. Una vez había escapado de su abrazo letal, levanté la rodilla para golpearlo en los huevos... por fortuna, mi captor intuyó lo que iba a hacer y me soltó mientras se alejaba, dejando mi rodilla durante un par de segundos en el aire. — Buen
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Capítulo 7
Pasaron dos años desde aquella excursión. Mi vida no había cambiado mucho: Seguían apareciendo pintadas en mi taquilla y seguía sufriendo acoso físico y verbal. Tampoco tenía nuevos amigos y mi relación con Laida era la misma. Supongo que tendría que alegrarme de eso, ya que habían dejado de acosarla. Le pregunté cómo, pero lo único que me dijo fue que le había dado una patada en las pelotas a su principal acosador. Por desgracia para mi, eso no era una opción. Lo único que había cambiado un poco era mi relación con mi locura: estando en Mariesh, descubrí que no buscaba siempre sangre y violencia. Eso hizo que me sintiera un poco más cómoda y ya no tenía miedo cuando me hablaba. Aunque desde que habíamos vuelto, seguía siendo muy violenta y sanguinaria. Creí que era porque el pueblo le hacía daño, así que decidí abandonarlo e irme a estudiar muy lejos cuando cumpliese los 18 años. Sin embargo, me sorprendí cuando me dijo que no quería alejarse mucho del lugar así que no tenía muy clar
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Capítulo 8
Terminé de vestirme. Decidí ponerme una ropa cómoda, así que llevaba un pantalón de chándal, una sudadera y unas tenis, todo completamente negro. Si tenía que evitar a las personas, la ropa oscura era la mejor que se podía llevar de noche.Fui a coger mi bolso y me quedé dubitativa: Si de casualidad lo que decía Sahira era cierto... ¿me serviría de algo el móvil? ¿Podría siquiera llevármelo? Era una buena pregunta. Al final, decidí dejar el teléfono en casa aunque sabía que era peligroso salir de casa sin teléfono. Así que me fui al armario y busqué mi joyero: lo abrí y saqué un reloj sumergible. Al menos, sabría la hora. Cerré el armario y bajé por las escaleras e iba a salir de casa cuando la voz de mi padre me sobresaltó.— ¿A dónde vas, cariño? — Hola papá... voy a salir a dar una vuelta.— ¿A estas horas?— Sí... Sahira está muy inquieta y creo que será bueno que me dé un poco el aire. — odiaba mentir a mis padres, pero... técnicamente, no estaba mintiendo. — ¿Quieres que te aco
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Capítulo 9
Abrí mis ojos y me quedé sin palabras: en el agua cristalina , podía ver el reflejo de una loba preciosa. Tenía el pelaje blanco como la nieve con un ligero brillo que no supe identificar: no sabía si era perlado o plateado. Quizás fuera una mezcla de ambos. Me fijé en mis ojos, ya que nunca había visto unos ojos de un color tan peculiar. Eran de color rosa, pero me recordaban mucho al color de los zafiros rosas pulidos: intenso y con cierta claridad, parecían brillar con luz propia. Eran preciosos y al instante me enamoré de ese color: decidí que, en algún momento de mi vida, tendría que comprar alguna joya con un zafiro rosa. Después de ver lo impresionantes que eran, necesitaba poder ver, siempre que quisiera, ese color. Giré la cabeza para observarme bien y me di cuenta de que tenía ligeras manchas doradas. Me pareció sorprendente y me moví, pero las manchas doradas no brillaron. "Me pregunto si brillarán con la luz del sol, al igual que brilla la parte blanca." — pensé observand
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Capítulo 10
Tuve miedo. Mucho, quizás demasiado. Me escondí detrás de un pequeño árbol del jardín. Lo que yo quería era entrar a casa, subir a mi habitación y vestirme rápido antes de que mis padres me viesen. Ahora eso iba a ser algo muchísimo más complicado. Vi salir a mi padre, con las llaves y una linterna en la mano. Lo hacía siempre que yo no le respondía pero... ¿cómo iba a responderle en este cuerpo? Incluso un gruñido lo asustaría mucho más.— ¿Quién anda ahí? — escuché decir a mi padre, con claridad y firmeza. Ojalá yo tuviera algo de todo eso. Me encogí un poco más."Quédate quieta o nos descubrirá""Lo siento, estoy muy nerviosa.""Lo sé, pero debes controlarte"No nos habíamos dado cuenta de que el movimiento había atraído la atención de mi padre, que se había ido acercando poco a poco después de coger el palo que tenía siempre en la puerta.Mierda. Tenía que quedarme quieta. Esperaba que el pelaje no brillase ahora mismo, no necesitaba darle más pistas. También comencé a respirar má
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